Cómo superar la depresión posvacacional
Sí, mis sufridos lectores, ya se acabaron las vacaciones (o está a puntito). Ahora toca enfrentarse a la cruda realidad, a los madrugones cotidianos, a las tontás de los jefes, a ese trabajo rutinario que, quitando el sueldo de fin de mes, ofrece menos alicientes que una boñiga de vaca. Y… lo que es más duro aún: rezando para que no falte durante muchos años. Durante estos días de asueto y descanso, hemos disfrutado de ese maravilloso turismo de consumo , gracias al cual nos hemos gastado los ahorros de casi todo el año y hemos visto diez ciudades milenarias en cinco días. Ciudades que para entender una sola de ellas, no sería suficiente una vida. En estos días, también hemos dejado atrás las masificaciones del Metro y Cercanías y las hemos sustituido por las masificaciones en el aeropuerto y en las estaciones de tren, esperando que los trabajadores de turno acaben con sus huelgas correspondientes. O por esas otras aglomeraciones en el restaurante, intentando encontrar u...