No es justo
Hace tiempo un amigo me comentó que un familiar suyo, alto
cargo de la junta de Extremadura, de esos de los de coche oficial, era muy
estricto y que aunque recibía multitud de regalos, los devolvía
sistemáticamente siempre con la misma nota para su destinatario, agradeciéndole
el detalle y recordándole que debido a su condición de servidor público no
podía aceptar regalos. Me comentaba que
era una pena, porque recibía jamones ibéricos, relojes caros, etc. y que en
Navidad era el acabose.
Sin embargo, no he oído hablar de él ni una sola vez en los
telediarios. Es que solo cumplía con su deber, me diréis. No estaba haciendo
nada especial.
No estoy de acuerdo, a juzgar por los telediarios, este
señor sí estaba haciendo algo especial, porque si nos limitamos a revisar los
medios, solo hay gente malvada que hace cosas malvadas y que los que cumplen
con su deber son los menos.
Pero no es así. La mayor parte de la gente, cumple con su
deber, es buena y no desea otra cosa que el bien para él, su familia y muchos
también para el resto de la sociedad. Así que, no es justo que se hable solo de
corrupción y violencia.
¿Porqué los telediarios dedican todo su tiempo a los
malvados? La respuesta es siempre la misma: Por dinero.
El ser humano está programado con unos instintos básicos que
le garantizan la supervivencia: hambre, sed, sexo, miedo, poder. Los medios
siempre recurren a estos instintos básicos para vender más. No usan los valores
más elevados del cerebro porque eso aburriría al personal al tener que pensar.
Es decir, los medios abdican de su responsabilidad social y
se quedan solo con la parte interesante: ganar dinero. La consecuencia es la
desmoralización de la sociedad. Los jóvenes piensan que todos los políticos son
corruptos y que, por tanto, la sociedad es corrupta. ¿Para qué han de
esforzarse trabajando, cumpliendo las normas si luego llega un corrupto/a y es
capaz de tirar por tierra el trabajo de miles de personas?
Si con dos llamadas alguien es capaz de acabar una carrera,
¿para qué esforzarse pasándose horas, meses, años delante de los libros, como
un pringao?
La desmoralización de la sociedad es algo realmente grave,
porque la desestructura y hace que se
pierdan las buenas cosas que tiene. Y, está claro que algo bueno tiene, y si no
comparémosla con las sociedades medievales de hace no tantos años.
Se trataría de mantener esas cosas buenas y mejorar las
malas, no de empezar de cero, como muchas personas ya desean.
La corrupción es algo grave, y hay que hablar de ella. Pero
no centrándose en las personas particulares (que también) sino en el hecho en
sí.
Recuerdo que tras tres legislaturas de Felipe González nos
levantábamos cada día con un caso de corrupción, mientras que el partido ahora
en el gobierno era el defensor, el adalid de la honradez (igual que los
partidos que nunca han gobernado ahora). ¿Tendríamos que concluir que la
corrupción es algo exclusivo del PSOE y del PP?
No. Hace mucho tiempo que se escribió este aforismo “el
poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, o lo que es lo
mismo, cuanto más poder concentra una sola persona más probable es que ceda a
la corrupción.
Por eso, la separación de poderes que inventaron los
ilustrados enciclopedistas y que fue el germen de la revolución francesa es tan
importante.
Hay que centrar los esfuerzos en evitar la corrupción, en
habilitar los mecanismos necesarios para que no se repita en el futuro. En vez
de hablar de los casos concretos de corrupción (que también, pero sin pasarse),
hablemos de cómo evitarlos en el futuro.
Que todos los partidos en vez de repartir mierda, se
dediquen a legislar para que no haya más corruptos, establecer mecanismos de
control, supervisiones independientes… es decir a hacer su trabajo.
Hablar es fácil y para encender el ventilador que esparce la
mierda no hace falta ni ser muy listo ni estar muy bien preparado, en cambio
para legislar, evitando la corrupción en el futuro, hay que arremangarse y
trabajar.
Que cada partido político se rompa la cabeza creando un
programa ilusionante y compita con otros programas ilusionantes en vez de
romperse la cabeza sobre como echar mierda en el oponente. Si la creatividad
que se usa para destrozar al oponente se usara en generar ilusión, ya
viviríamos en una sociedad utópica.
Y basta ya de legislar, administrar y gobernar para el 1% que
no cumple las normas e ignorar al 99% restante que sí las cumple, porque
simplemente, no es justo.
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