¿Dios existe? II - Los mártires de la ciencia
Siguiendo con el libro DIOS - LA CIENCIA - LAS PRUEBAS de Oliver Bonnassies y Michel-Yves Bolloré, he avanzado unas páginas más, dedicadas a los mártires de la ciencia.
Casi todos conocemos a mártires de la ciencia ejecutados, torturados u obligados a retractarse por la Inquisición, es decir, la Iglesia Católica.
Quién no conoce el famoso "Eppur si muove" (y sin embargo, se mueve) de Galileo después de retractarse ante la Inquisición sobre el movimiento de la Tierra alrededor del sol (que probablemente no dijera, porque a ver quien es el majo que después de salvar la vida porque se rechaza una idea vuelve a insistir en ella).
Como compensación, y para ser justos, muchos grandes científicos han sido religiosos cristianos.
Sin embargo, no son tan conocidos los mártires de la ciencia del otro lado. Aquellos que por ejercer su labor científica llegaron a conclusiones que sugerían la existencia de Dios. Es a ellos a quienes dedica el libro bastantes páginas.
El régimen soviético fue especialmente duro con aquellos científicos que hablaban de un origen del universo, un universo en expansión o la muerte futura del universo. Cualquiera de esas ideas estaba en contra de la idea, consagrada por el régimen como dogma, de que Dios no existe y solo la materia con sus leyes conforma la realidad. Ideas inspiradas en el materialismo dialéctico de Marx y Engels y seguido a pies juntillas por Lenin.
Por ello el universo debía ser necesariamente eterno e inmutable.
Curiosamente los científicos rusos, ajenos al politiqueo, sacaban sus conclusiones observando el universo y estudiando sus propiedades, pero cuando esas conclusiones no iban en la línea de ese universo eterno sin principio ni fin, recibían la visita de unos señores de uniforme que acompañaban al rector y rara vez volvía a verse el pelo del pobre científico que estaba tan tranquilo en su despacho o laboratorio. La deportación a Siberia, el internamiento en gulags o la ejecución era su destino.
Otro tanto puede decirse del régimen nazi, en el que la existencia de Dios era mal vista porque no encajaba con sus postulados de raza aria y similares. Ellos eran más de hablar de Destino o Providencia, un misticismo un tanto confuso, ni ateo ni teísta.
Einstein, por ejemplo, a pesar del prestigio internacional que poseía por ser premio nobel tuvo que largarse de Alemania para evitar males mayores. Otros colegas suyos que no lo hicieron lo pagaron con su vida.
¿Qué conclusiones podemos sacar de estos hechos?
1º La Iglesia no se metía con los científicos por ser Iglesia, más bien al contrario, la Iglesia se metía con los científicos a pesar de ser Iglesia, pues los postulados de su fundador, Dios y Señor Jesús de Nazaret, van en sentido contrario: amad a vuestros enemigos, la verdad os hará libres, etc, etc.
Así que hablando con propiedad, los poderosos de la Iglesia (no la Iglesia) se metían con los científicos porque sospechaban que sus conclusiones podrían cuestionar algunas de las ideas que les mantenían en el poder (no hay más que recordar lo que ponía en todas las pesetas de Franco: Caudillo de España por la G. de Dios). Exactamente las mismas razones que motivaron a los regímenes nazi y soviético. La única diferencia es que a estos últimos la existencia de Dios les estorbaba, mientras que a los poderosos de la Iglesia la existencia de Dios les beneficiaba.
2º La búsqueda de la verdad, sea cual sea, siempre estorba al poder. Al poder le interesa que las cosas no cambien y que su poder se confirme. Solo las ideas que les apoyan salen adelante.
3º ¿Cómo sabemos que eso mismo no está ocurriendo ahora? Seguramente no vemos encarcelamientos ni ejecuciones, sin embargo solo salen adelante los proyectos que apoyan las ideas de los grupos de presión que los subvencionan. Un científico independiente, ni recibe subvenciones ni es apoyado por las grandes corrientes científicas. Fuera de esas corrientes es difícil sobrevivir.
El cambio climático es un tema evidente y actual. ¿Quién dice la verdad? ¿Hay científicos independientes o todos están pagados o bien por el lobby del petróleo o bien por el lobby de las placas solares y los coches eléctricos?
Volviendo al tema principal del libro y las ideas científicas que sugieren la existencia de Dios, de momento, menciona las evidencias sobre el origen, la expansión y el final del universo. Ideas que apuntan hacia la existencia de un Arquitecto que esté por encima de la materia del tiempo y el espacio. De ahí que el materialismo dialéctico de Marx-Engels y sus seguidores prohibieran esas ideas científicas aunque fueran respaldándose con observaciones directas o desarrollos matemáticos..
Seguramente la famosa frase de Marx “La religión es el opio del pueblo” sea cierta si ampliamos el concepto de religión. La frasecita está escrita en el sentido de religión como culto a un Dios, sin embargo, Lenin, Stalin y Hitler crearon su propia religión y la hicieron el opio del pueblo.
El consumo, el hedonismo y las apariencias son la religión del mundo actual (bueno, hay muchas más, pero son de este estilo), ese es ahora el opio del pueblo. A esta nueva religión, ¿Qué le beneficia más? ¿La existencia o la no existencia de Dios?
Responded a esta pregunta y sabréis qué defienden los poderosos actuales y por qué lo hacen.
(continuará)
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Las ideas aquí expuestas no tienen porque estar en lo cierto.
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