El coche eléctrico


Ayer tuve la suerte de conducir un coche eléctrico, en concreto el Opel Ampera. Como el tema tiene mucho que ver con los objetivos de esta página contaré mi experiencia, que sin duda fue muy interesante.

Para empezar, el hecho de arrancar el coche se tradujo en apretar un botón y obtener como respuesta: nada, salvo que se iluminaron los mandos y la pantalla multifunción, dando toda clase de indicaciones. No me fijé en ellas porque estaba más interesado en la propia experiencia de la conducción. El aire acondicionado también se puso en marcha aunque tampoco noté ningún ruido.

Al poner la marcha atrás en la palanca de cambios (que tiene las mismas posiciones que un coche automático), se activó la cámara trasera y mostró su imagen en la pantalla multifunción.
Levanté el pie del freno y sin pisar el acelerador, comenzó a moverse lenta y suavemente hacia atrás con ruido cero, vibraciones cero, como si flotara.
Luego puse la palanca de cambio en la posición D y al levantar el pie del freno de nuevo comenzó a moverse lentamente esperando a que pisara el acelerador. Cuando lo hice el coche respondió brillantemente, pues incluso lo puse a prueba acelerando un poco más intensamente para comparar su respuesta con los coches tradicionales. Nada que envidiarles, incluso mejora notablemente.
Todo ello en un ambiente de silencio absoluto y ausencia de vibraciones, con la sensación de que te mueves flotando.

La experiencia fue, sin duda, sensacional y creo que lo será para todos. Especialmente para los que como yo, nos gusta la tecnología, la buena tecnología, la que propicia el progreso del ser humano.

No es posible la comparación entre conducir un coche eléctrico y uno convencional porque sencillamente es otro nivel, el siguiente nivel como esta página.

Después de esta experiencia cercana al convencimiento de que la salvación para la especie humana aún es posible, me surgieron varias preguntas y reflexiones que quisiera compartir con vosotros y que me trajeron de nuevo a la cruda realidad y a la permanente sensación de que no tenemos remedio.

Veamos porqué, repasando someramente las ventajas e inconvenientes del coche eléctrico, primero vamos con las ventajas:

a) Conducción sencilla con estrés muy inferior al coche tradicional en todo momento pero especialmente en las ciudades. Menos estrés, significa para el conductor, mejor salud, menos médicos. Menos estrés significa también menos accidentes, es decir menos médicos. Por tanto, menor gasto sanitario.

b) El coche eléctrico no contamina, lo que significa mejor salud para los que vivimos en las ciudades al respirar un aire considerablemente más limpio. Este tema tiene gran importancia, tanto desde el punto de vista personal como social, pues se dice que un porcentaje importante de las enfermedades respiratorias y alérgicas tiene mucho que ver con la contaminación que los coches generan.
Pulmones más sanos y menores alergias, significan mejor salud y menos visitas al médico: Menos gasto sanitario.

c) El coche eléctrico no contamina (otra vez) y no genera gases que producen el efecto invernadero, es una lucha clara contra el cambio climático. En el peor de los casos, cuando la electricidad que consume ha sido generada por centrales contaminantes, al menos saca los humos de la ciudad y en el mejor de los casos (que es hacia donde tendemos), cuando la electricidad procede de fuentes renovables, su uso es absolutamente neutro y sostenible para el entorno.

d) El coche eléctrico no hace ruido, solo oiremos el de rodadura sobre el asfalto. Menos ruido en las ciudades, significa mayor salud, menor estrés y por tanto, menos médicos.

e) Mantenimiento mucho más barato. Mientras que los 100 Km te salen en un diesel por 7-8 euros, en uno eléctrico por 1-2 euros. Lo mismo pasa con las visitas al taller: el coche eléctrico tiene muchísimas menos piezas que uno convencional, por lo que es más difícil que se rompa.

Y ahora los inconvenientes

1. De momento, más caro que el convencional

2. Dónde huevos lo cargas. Si tienes garaje privado, no hay problema. Si tienes garaje comunitario, con esfuerzo puedes conseguir que te pongan una toma. Si no tienes garaje, estás apañado.

3. Las baterías se deterioran con el uso y su capacidad va disminuyendo con los años, como los móviles.

4. Hay quien dice que la contaminación que pueden generar las baterías al fabricarlas y desecharlas, invalida el resto de los beneficios del coche eléctrico.

El inconveniente 1 se solucionará cuando se fabriquen muchos más coches eléctricos, mientras que los inconvenientes 3 y 4 son un tema puramente tecnológico coyuntural que irá mejorando a medida que la tecnología avance.

En cambio, el inconveniente 2 es realmente el que paraliza el despliegue, y es donde deberían actuar con fuerza los poderes públicos.
Un ejemplo que demuestra la brillantez de las administraciones públicas: Cerca de donde yo vivo se instaló un punto de recarga para coches eléctricos en el 2.009. En el 2.011 lo desmontaron porque no lo usaba nadie. A día de hoy, no hay ningún punto de recarga público que yo conozca.

Si tras este análisis superficial queda demostrado que las ventajas superan con creces a los inconvenientes y mucho más si lo comparamos con los inconvenientes del coche convencional ¿por qué no se percibe una clara apuesta por este tipo de movilidad en este país? ¿por qué tenemos que ser los últimos en las cosas buenas y de los primeros en las malas?
¿Es que de esta manera nos dan puntos para conseguir una cubertería?

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