Los débiles siempre pierden


Ya voy teniendo una edad y debo reconocer que hay algunas cosas que me chocan bastante. Supongo que es por la diferencia de educación.
La que recibimos nuestra generación, aún con sus defectos, probablemente no fuera tan mala. Todavía se nos inculcaban algunos valores que sigo considerando positivos, a la vez que se comenzaba a dotar a la enseñanza de muchos más recursos.
Recuerdo, por ejemplo, de mis más tiernos años, que había unas reglas que por nada del mundo se podían romper: No se podía pegar a las niñas, no se podía pegar a los que eran menores que nosotros y no se podía pegar a un niño con gafas.
Recuerdo también que algunas veces pensaba que me gustaría llevar gafas para gozar de ese escudo que me protegiera de los abusones.
Violar cualquiera de esas reglas era considerado el mayor de los pecados sociales y te condenaba al ostracismo, aparte de alguna que otra guantá.

Con el tiempo fuimos comprendiendo que esas normas tan concretas emanaban de una norma general: No se puede abusar de la fuerza física para imponer nuestro criterio a los débiles. Vencer a un débil, no solo no tenía mérito sino que era la mayor de las vergüenzas.

También se usaba la frase “Hay que ser un Hombre” (imagino que eso no se lo decían a la chicas). He puesto con mayúsculas hombre porque representaba un ideal. Ser un hombre en aquella época hacía referencia no solo al coraje con el que había que enfrentarse a la vida y a la defensa de los débiles, sino a mantener la palabra y la propia dignidad. Los tratos se sellaban muchas veces con un apretón de manos y los hombres de antes eran capaces de pasar hambre e incluso morir, antes que romper su palabra.

Luego, los valores se fueron relajando, pero yo, y supongo que algunos más de mi generación, tenemos un poco algunos de esos valores grabados a fuego.
De ahí que los niños siempre me hayan parecido intocables, pero cuando me convertí en padre, se me desarrolló tal hipersensibilidad que solo oír que un niño era maltratado me provocaba tamaña indignación que si hubiera tenido a mi alcance al cobarde interfecto/a no sé lo que hubiera hecho.

Hoy día, asistimos al maltrato de los débiles casi con indiferencia. Oímos, por ejemplo, que se ha maltratado a una mujer embarazada. ¿Puede haber mayor cobardía?
Y de vez en cuando, nos sacuden las entrañas con las imágenes de delincuentes pegando a pobres ancianas con la única finalidad de quitarles una cadena que llevan al cuello.
Mis padres ya son mayores y la misma hipersensibilidad con el maltrato infantil que desarrollé cuando me hice padre, estoy desarrollando ahora con el maltrato al anciano.

Para colmo de los colmos, pixelan la cara del delincuente para proteger su intimidad. Curiosamente, no las de las pobres ancianas mientras son golpeadas y tiradas al suelo.
Me pregunto cuál será el objetivo de esas imágenes que nos ponen mientras comemos o cenamos revolviéndonos el estómago:
a) Advertirnos de que este tipo de cosas están pasando. Hay que tener cuidado
b) Advertirnos de que este individuo está haciendo esto, hay que tener cuidado con él.
c) Invitarnos a ver su telediario porque ponen imágenes impactantes y así podrán cobrar más por la publicidad. Hay que pixelar al delincuente para evitarse cualquier problema legal.

Llamadme mal pensado pero, ojala me equivoque, creo que es la opción c).
Las opciones a) y b) serían las propias de un servicio de utilidad pública y me temo no sea el caso.

Así pues, en esta absurda sociedad es más importante preservar la integridad del delincuente (de ahi los píxeles), no sea que se le amargue la vida, que la de una de sus inocentes posibles víctimas futuras, aunque a ellas se las pueda arruinar la vida para siempre.

Todo el mundo puede equivocarse y cometer un error en su vida. Tiene derecho a pagar el error y comenzar de nuevo como si nada hubiera pasado. Todos nos merecemos una segunda oportunidad.
Pero si alguien comete el mismo error seis veces, ya no es un error, es una forma de ser y la sociedad tiene el derecho y la obligación de defenderse.

Estamos hartos de escuchar que un violador en serie sale de la cárcel y está unos meses en la calle hasta que vuelve a violar. Es el Estado, junto al violador, el culpable de haber destrozado (en sentido estricto) la vida de una nueva víctima.
Es el Estado por no haber sabido defender con las leyes o las medidas adecuadas a sus ciudadanos.

Vivimos en un estado garantista que protege los derechos de los ciudadanos. Eso es bueno porque todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Nos protege de injusticias y acusaciones falsas.
El problema es que ese garantismo llega incluso cuando el delito es patente, grave, flagrante y repetitivo. Eso, a mi juicio, es una degeneración del garantismo que se llama permisividad y que nos pone en peligro a todos y especialmente a los miembros más débiles de nuestra sociedad.


Comentarios

  1. Escribes mucho sobre los viejos tiempos, para llegar a una conclusión: que los criminales salen de la carcel en pocos meses para seguir delinquiendo (matando, robando, violando, etc.)

    Vivimos en un estado de derecho, lo cual implica, que nadie puede ser condenado sin jucio, debiendo haber sentencia firme.

    No obstante, para proteger a las victimas, o a la sociedad, existe la figura de la prisión preventiva, que para proteger los derechos individuales, tiene que tener límites en sus causas (que haya fuertes indicios de culpabilidad, que exista riesgo de fuga que puede poner en peligro el cumplimiento de la pena, que pueda destruir pruebas, suponga un peligro para la víctima, o para evitar el riesgo de que pueda cometer otros hechos delictivos) y en el tiempo (máximo 2 años para delitos penados con más de 3 años, prorrogable hasta 2 años)

    Un violador, por tanto puede estar (y te garantizo que lo están) cinco años en prisión preventiva, aunque el juicio suele ser antes de agotar estos plazos.

    Otro caso es la graduación de las penas o los tipos de delito (código penal), que no entro a valorar en esta ocasión, pero si quieres te hablo sobre el particular en otro comentario.

    Lo de “Estamos hartos de escuchar que un violador en serie sale de la cárcel y está unos meses en la calle hasta que vuelve a violar”. Serán comentarios de mercado, o peor, campañas políticas que se basan en asustar a los potenciales votantes.

    No obstante si quieres vivir en un Estado que mantenga en la cárcel a la gente sin juicio previo y tire la llave de la celda, te propongo Venezuela, Corea del Norte, China, Iran, Estados Unidos (Guantánamo), seguro que se te ocurren algunos más.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El anterior comentarista me ha dejado sin palabras. Me veo imposibilitado de aportar nada más.

      Eliminar
  2. El delito de agresión sexual está sancionado con pena de prisión de 1 a 4 años; si la agresión sexual consiste en el acceso carnal, la introducción de objetos o la penetración bucal o anal, la pena será de prisión de 6 a 12 aos.

    Las penas anteriores podrán incrementarse a prisión de 4 a 10 años y a prisión de 12 a 15 años, respectivamente, si concurre alguna de las siguientes circunstancias:

    La violencia o intimidación se ejerce de modo degradante.
    En la agresión intervienen dos o más personas.
    La víctima es especialmente vulnerable, por su edad, enfermedad o situación, y en todo caso, si es menor de 13 años.
    Si el autor del delito ha hecho valer contra la víctima una relación de superioridad o parentesco (por ser ascendiente, descendiente o hermano)
    Si el autor hace uso de armas o medios especialmente peligrosos que puedan producir la muerte o lesiones tales como la pérdida o inutilidad de un órgano o miembro sea o no principal, de un sentido, la impotencia, la esterilidad, una grave deformidad, o una grave enfermedad somática o psíquica.
    Es decir un “violador” recibe una condena de 12 a 15 años, puesto que hay violencia y/o intimidación, esto por cada una de las violaciones, si se por eso se le juzga, cumpliendo condena con un límite máximo de 25 años en este caso según se explica en este artículo:

    http://consultas-abogados.es/tiempo-maximo-cumplimiento-condena/



    Par ver el grado de cumplimiento de las penas en España:



    http://cadenaser.com/ser/2018/03/14/tribunales/1521052566_496571.html

    https://www.eldiario.es/contrapoder/penas-siempre-cumplen-integramente_6_725887414.html

    ResponderEliminar
  3. Por cierto solo se pixelan a los menores de edad por La ley de protección a ka infancia

    ResponderEliminar
  4. Sólo una reflexión a lo anterior:

    Tras pasar cinco meses encerrado en una base aérea durante una misión de "paz" de la ONU, en unas más que excelentes condiciones habida cuenta de permanecer en una zona de conflicto, y con un régimen de vida equiparable a muchos trabajadores de plataformas petrolíferas (puedes hacer uso de tu tiempo libre como tú quieras), y lo comparo con el cumplimiento de una pena de prisión de 6 años en la más cómoda de las prisiones españolas... Me dan escalofríos.

    ResponderEliminar
  5. No soy jurista, solo hablo por lo que veo y aquellas noticias que oigo en telediarios y prensa.
    Podríamos cuestionar el tratamiento de las noticias que hacen los medios, pero ese sería otro tema.
    Si volvéis a leer este post, comprobaréis que digo que vivir en un estado de derecho como el español con la presunción de inocencia como base fundamental, es una cosa buena, es un logro de las democracias occidentales al que no podemos renunciar bajo ningún concepto, de otra manera entraríamos en la arbitrariedad.

    Sin embargo yo he escuchado varias veces (y en medios solventes), no sabría decirte cuantas (pero demasiadas a lo largo de mi vida), que una persona con numerosos antecedentes de delitos violentos ha sido puesta en libertad y lamentablemente vuelve a delinquir violentamente.
    Para este caso concreto, me centro en la víctima y es aquí donde digo que es obligación de la sociedad evitar que haya una víctima más de un mismo delincuente.
    No entro a valorar cual sería el procedimiento que podría usar la sociedad para evitarlo, solo que es OBLIGACIÓN de la sociedad.
    Si no ha sabido/podido evitarlo, el estado debería ser solidariamente responsable del delito, puesto que la reincidencia ya estaba acreditada previamente. Y en eso creo que todos estaremos de acuerdo.

    Ah, el caso que menciono era verídico, en el telediario que yo vi se pixelaba al agresor que no era precisamente menor de edad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cuento de Navidad 2.024

Furgonetas llenas, tiendas vacías

Al final tendremos que irnos a vivir a una cueva