Truco ecológico 10 - Usar regletas para desconectar los aparatos



Cuando hace ya tiempo compré mi televisión espabilá, me dio un pequeño susto (sí, esa que los ingleses llaman Smart TV -queda más fisno y elegante a la par que sofisticado- pero que yo llamo espabilá porque lista, lista, no es).

Y es que una noche, serían las cuatro de la mañana, me levanté a beber agua y al ir a la cocina percibí en esa oscuridad total, un ligero resplandor rojo, procedente del salón, que se encendía y apagaba de forma intermitente pero aleatoria.
Pensé “ya están aquí, ya han llegado” (refiriéndome a los extraterrestres), pero no, demostrando una vez más mi valentía, averigüé que se trataba del diodo que suelen llevar los pendrives y que se encienden cuando se escribe o se lee de ellos, y que yo había conectado a la smart TV para grabar de la tele cuando me apeteciera.

Inmediatamente me pregunté “¿Qué hace mi tele a las cuatro de la mañana escribiendo o leyendo del pendrive, si la hemos apagado como todas las noches?”
Sin duda nada provechoso para mí, así que, como hacía tiempo tenía apuntado conectar la televisión a una regleta con interruptor por razones ecológicas, a partir de ese instante le di prioridad uno al tema, y al día siguiente ya estaba conectada a una.
Desde entonces apagamos la regleta por la noche y, oye, mano de santo, porque el diodo no ha vuelto a parpadear sin mi permiso por la noche. Ahora eso sí, si lo hace alguna vez, ni valentía, ni leches, yo me largo.

Este truco ecológico es bien conocido: conectar todos los aparatejos que tenemos por casa a regletas con interruptor (generalmente luminoso) y que encendemos sólo cuando estamos usando los aparatos.
La ventaja, como he querido demostrar con la anterior historia, es doble: Primera, ahorramos electricidad, con su consiguiente ahorro económico y disminución del impacto ecológico de nuestra casa, y la segunda, evitar que los nuevos aparatos, que cada vez traen más software, hagan cosas que no queremos que hagan.
Los últimos modelos de televisión, por ejemplo, incorporan micrófono y algunas hasta una videocámara. Como no sabemos qué les dirá el programa que llevan dentro qué tienen que hacer (si son cosas inconfesables, el fabricante nunca lo hará público), mejor dejarles sin corriente eléctrica, no sea que se pongan a escuchar nuestras conversaciones o directamente espiar lo que hacemos.

Es curioso que desde hace ya bastantes años todos los aparatejos hayan perdido el interruptor físico que antes solían incorporar. Me gustaría saber porqué. Si es por razones de costes, de fiabilidad o simplemente es un acuerdo al que han llegado los fabricantes con las compañías eléctricas para incrementar de forma fantasmagórica el consumo eléctrico (de ahí que se llame consumo fantasma).
Luego está, naturalmente la teoría conspiranoica, y es que esos aparatejos nos vigiiiiilan, como intentaba hacer mi tele antes de que yo frustara sus intentos.
Sea verdad o no, mejor prevenir.

En cualquier caso es un hecho: Los cacharros ya no tienen interruptor. Pongámoslo nosotros a través de una regleta evitando esos eurillos que se nos van por el sumidero mensualmente.

Cuantos más aparatejos pongamos en regleta mejor: cadenas de música, equipos de TDT, vídeos, DVDs, videoconsolas (PS4, Wii, Xbox,..), discos multimedia, ordenadores, impresoras, amplificadores de la señal de la antena, etc.
Hasta el router, si es de ADSL, podemos apagarlo cuando no usemos el ordenador, de esta manera fastidiamos al vecino evitando que nos robe la wifi a todas horas.
Y si el router es de fibra óptica, no podemos apagarlo porque nos quedamos sin teléfono fijo, pero ya la verdad es que se usa tan poco, que también podríamos desconectarlo sin mucho problema, cuando no necesitáramos la wifi.
Apagando el ordenador y la wifi, reto al mejor de los hackers a que nos secuestre el ordenador inoculándole un virus.

Pensándolo bien, si todos hiciéramos esto, los fabricantes se quedarían sin el modo de espiarnos, así que se verían obligados a instalar una pequeña batería en los aparatos para poder hacerlo aunque los desenchufáramos… Tiempo al tiempo… El Gran Hermano, que Aldous Huxley describe en su novela 1.984, está ya aquí para quedarse.

Resumamos las ventajas de este archiconocido truco ecológico

Ventajas ecológicas: Al disminuir nuestro consumo eléctrico, evitamos que se tengan que poner en funcionamiento centrales eléctricas contaminantes (que son las que se usan cuando las eólicas, solares, hidroeléctricas, etc no dan abasto). Reducimos, por tanto, transporte de electricidad, infraestructuras, la emisión de CO2 y el calentamiento global.

Ventajas económicas: Hay quien dice que el consumo fantasma puede llegar a representar hasta el 15% de la factura de la luz (no olvidemos que un cargador de móvil enchufado aunque no esté cargando, también gasta). Eso puede suponer entre 50 y 150 euros al año.

Otras ventajas: Fastidiamos a los espías y al vecino que nos quiera robar la wifi

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Todos los trucos en: https://siguientenivelnextlevel.blogspot.com/2018/08/trucos-ecologicos.html



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