Truco ecológico 11 - Poseer menos cosas


En su libro Sapiens,  Harari dice cosas en las que se puede o no estar de acuerdo, pero lo que hay que reconocerle es que incluye ideas realmente interesantes. Una de ellas es que a lo largo de nuestra vida poseemos o al menos estamos en contacto con millones de objetos.
No sé el mecanismo por el que Harari habrá llegado a esa conclusión, pero yo personalmente, me lo creo.

Usando un mecanismo tan científico como el anterior, podríamos decir que en nuestra casa podemos tener más de cien mil objetos (a mi también me parece una cifra que puede ser perfectamente factible)
Si esto es así, tendríamos que plantearnos si todo lo que tenemos en casa sirve para algo o simplemente lo hemos comprado llevados por el ansia de poseer cosas.

Está claro que el cerebro está programado para poseer cosas. Parece razonable pensar que poseer un cuchillo en medio del bosque puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Por ejemplo, si te ataca un oso, un cuchillo puede significar la diferencia entre una muerte segura y una muerte probable. Así que por propia supervivencia, estamos programados para poseer cosas.
De ahí que la publicidad, sacando partido de esa necesidad atávica, y por otra parte,  interesada en vender la ingente cantidad de productos que se fabrican, nos anime a tener objetos que no necesitamos y a probar comidas y bebidas que son simples variaciones de otras que ya conocemos y sabemos que nos gustan.

Por otra parte, la propia dinámica consumista y la competitividad han forzado a las empresas a reducir los márgenes de tal forma que muchas empresas no son viables salvo que fabriquen en cantidades inmensas, puesto que la ganancia por unidad es escasa.
La única forma que tienen las marcas de arañar cuota de mercado que garantice su supervivencia, es la de hacer ligeras variaciones sobre el producto e incitar al consumidor a que lo pruebe. Solo así se justifican, por ejemplo, los cientos de variedades de yogures o las ginebras de colores con los distintos botánicos que aparecen por doquier.

En esta carrera sin fin, en la que las cotizaciones de las empresas no suben salvo que aumenten las ventas, el planeta, es decir, nosotros, sale perdiendo porque esa fabricación y consumo ingente es insostenible durante mucho tiempo.

Sin embargo, desgraciadamente, para que la economía siga su curso y no se derrumbe como un castillo de naipes, la dinámica debe mantenerse.
Esta es la razón por la que en un post anterior sugería que, dado que esta situación no es sostenible de por vida, era necesaria una nueva forma de entender la economía basada en un consumo consciente y responsable, sustituyendo cantidad por calidad. Algo que en aquel post denominé neoeconomía y que está en línea con las teorías de decrecimiento

En cualquier caso, es el consumidor, es decir, nosotros, los que debemos imponer sensatez y no dedicarnos a consumir a lo loco.

Si así lo hacemos las ventajas serán múltiples:

Ventajas ecológicas:

Comprando menos cosas y de más calidad, se fabricarán menos, se contaminará menos y habrá que tirar luego menos cosas a la basura evitando la consecuente contaminación derivada del transporte y procesado de residuos

Ventajas económicas:

Teniendo menos cosas, habremos comprado menos, tendremos más dinero disponible para otras situaciones más importantes: cuando se rompa el coche, arreglarnos la boca, comprar un libro caro a nuestro hijo que lo necesita en la universidad…

Otras ventajas:
  • Teniendo menos objetos, reduciéndolos a los más necesarias, estaremos más centrados, porque tendremos menos cosas de las que ocuparnos, disminuyendo así nuestra alienación mental. Aquí quiero citar textualmente unas palabras de “Instrucciones para dar cuerda al reloj” de Julio Cortázar: “cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.[ …] Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días,[...]. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. [...]. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.”
  • Tendremos más espacio para desenvolvernos. No hay que olvidar que como primates que somos, necesitamos un mínimo espacio para sentirnos bien cuando estamos en una habitación o nos sentamos a trabajar en nuestra mesa o escritorio.
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Todos los trucos en: https://siguientenivelnextlevel.blogspot.com/2018/08/trucos-ecologicos.html

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