Cuidadin con la economía colaborativa



Es obvio que el modelo económico está cambiando en base al uso de las nuevas tecnologías y que está propiciando una modificación en el flujo de dinero en la sociedad.

En principio. parece que se está acercando el productor del bien o servicio al consumidor y que están desapareciendo intermediarios. Esto puede parecer bueno, y de hecho lo es, sobre todo para el productor y consumidor que resulten beneficiados, pero quizás no sea oro todo lo que reluce.
Resumiendo, en general una economía colaborativa parece más humana, pero aún hay bastantes cosas que pulir.

En concreto, hay aspectos que pueden resultar inquietantes. Tomemos por ejemplo alguna de las grandes plataformas digitales de alquiler de casas y apartamentos con fines turísticos, efectivamente todo parece indicar que hay un cambio de modelo capitalista y que en él sale ganando el consumidor (que paga menores precios por la habitación) y los dueños de las habitaciones (que pueden obtener ingresos adicionales), pero quien gana claramente es la plataforma digital que casa oferta con demanda. De hecho, algunas de las cuales han multiplicado varias veces su valor en bolsa en los últimos años.

¿Quién pierde? Pues los touroperadores, las cadenas hoteleras (que operan con márgenes mayores que los particulares), sus empleados, los vecinos del piso turístico, y el estado, que deja de recaudar los impuestos.

En el caso de las plataformas de alquiler de apartamentos, se empobrece la industria del turismo, porque para ganar una cierta competitividad frente a estos nuevos actores, son necesarios despidos en los hoteles y un empeoramiento de las condiciones laborales de los  trabajadores que se quedan.

Algo así pasa en el alquiler de vehículos con conductor: se empobrece a los taxistas y a, cambio de quitar riqueza a cada uno de ellos, los accionistas mayoritarios de estas plataformas, se hacen hiperricos. Cierto es que algunos conductores que estaban en paro ahora tienen algún ingreso.

Es decir, el flujo del dinero ha cambiado. De todo el dinero que movía el sector del taxi, parte se queda en el sector, parte se queda en el bolsillo del cliente, parte en el conductor VTC y una gran parte en la plataforma digital.
Salen perdiendo el estado (menos impuestos) y los taxistas (menos ingresos). Es decir pasamos de un modelo en el que un taxista tiene unos ingresos dignos, a un modelo en el que el taxista y el conductor que pertenece a la plataforma digital, tienen ingresos precarios, un estado que recauda menos y una empresa que gana muchísimo (de nuevo crecimientos meteóricos en bolsa en los últimos años).
Así que, en realidad, no parece que el modelo capitalista haya cambiado mucho, a la vista de estos ejemplos, salvo quien se hace rico.

En general, parece que en el modelo capitalista clásico, se pueden hacer rico múltiples intermediarios (empresarios) que montan su negocio invirtiendo parte de sus recursos y se reparten el mercado.
Sin embargo, a partir de ahora, con el nuevo modelo, solo se hará rico el intermediario en Internet que tiene una idea feliz, que no invierte nada salvo dos ordenadores y cuatro informáticos mal pagados y consigue la mayor parte del mercado.
Estas nuevas (y pocas) empresas, haciendo palanca sobre los nuevos empleados, con condiciones más precarias, y los consumidores deseosos de obtener el mismo servicio a un precio inferior, consiguen beneficios estratosféricos, mientras los políticos de todos los países, recurriendo a la idea del libre mercado, miran para otro lado, seguramente seducidos por el color del nuevo dinero.

Dicho de otra manera: SÍ al concepto de economía colaborativa pero NO con las premisas actuales con las que se está desarrollando.
Entiendo que el que tiene una idea y la emprende, si tiene éxito, intente sacar de ella todo el dinero que pueda. Es justo y lógico. Es una forma de incentivar la iniciativa y el emprendimiento.
Estas personas que emprenden, tienen que tener una recompensa mayor que los que nos quedamos sentados en el sofá sin hacer nada.
Pero todo tiene que tener unos límites, y el crecimiento de estas plataformas se tiene que controlar para que no desequilibre sectores productivos que representan la forma de vida de muchas familias.
Como siempre progreso, sí, pero sin que nadie se quede en el camino. Progreso, sí, pero sin que el progreso arrolle a nadie e incluya en él a los sectores más desfavorecidos.

También, como siempre, corresponde a las administraciones regular el mercado para que no se perjudique a nadie. No es fácil, porque hay muchos intereses contrapuestos. Lamentablemente, para solucionar un problema complejo hay que trabajar y reunirse mucho, y entre los políticos se lleva más lo de hablar mucho (sobre todo a los medios) que lo de trabajar. De ahí que el sector del taxi esté como está

Insisto, bienvenido sea el concepto de economía colaborativa (y en este artículo de hace tiempo, se describen algunas de sus ventajas -aunque no sus inconvenientes-), pero tengo dudas de que algunas de las plataformas digitales actuales, la representen.

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