Hay ranas que se cuecen y no se enteran


Dicen que si se intenta meter una rana en un cubo con agua hirviendo la rana salta despavorida, pero que si metes la rana en el cubo a temperatura ambiente y luego se va calentando el agua poco a poco, hasta que llega a hervir, la rana se queda tan pancha mientras se cuece tranquilamente.

No sé si será verdad pero la analogía me gusta porque veo que el ser humano es capaz de emular el comportamiento de las ranas en múltiples situaciones.

Me lo ha recordado algunas informaciones publicadas en torno a la situación económica de Cataluña y de el Reino Unido
Es obvio que los procesos llamemosles “disgregadores” que tienen en curso no pueden ser buenos para sus respectivas economías, pero como los afectados están sufriendo un deterioro lento y paulatino de la susodicha economía, seguramente no pueden establecer una relación causa-efecto.
Estos procesos disgregadores afectan además al entorno y, evidentemente la Unión Europea en su conjunto (para el caso del Brexit) y España (por Cataluña) están ralentizando su crecimiento por la enorme cantidad de energía gastada en el roce interno (y lo de roce casi en sentido estricto). Es decir, jugamos a un juego en el que todos perdemos. Es eso que decía nuestro anterior presidente del gobierno: “cuanto peor, mejor”, (o algo así, pero resumido).

Así que, no acabo de entender como desunidos podemos hacer frente a problemas graves y globales de una forma más eficaz que unidos. Hay problemas serios que requieren una respuesta sin fronteras. Las temperaturas medias están subiendo alarmantemente y más en las grandes ciudades. Este año no hemos tenido invierno y las lluvias han brillado por su ausencia, la primavera promete ser más seca y cálida de lo normal, pero eso no parece importante: ¿que tenemos 30 grados en febrero?, pues nos vamos a comer paella a la playa. Eso es bueno para la hostelería.

Tampoco me cuadra que desunidos podamos ser más competitivos. La economía china batirá en cualquier momento a la americana. No sé si eso es bueno o malo, pero lo que está claro es que solo tenemos alguna opción de que se nos tenga en cuenta en los grandes mercados económicos y financieros si Europa negocia con USA y China como una entidad y no como doscientas separadas. Este sería un argumento bastante consistente sobre el que reflexionar para los defensores de la disgregación.

De siempre se ha dicho como un axioma de innecesaria demostración que “la unión hace la fuerza”. Parece que ha llegado el momento de plantearse hasta los principios más básicos.
No me extraña. Hace tiempo se decía “lo que acabas de hacer es más feo que pegar a tu padre anciano con un calcetín sudao”. Cualquier día nos replantearemos si lo de pegar al padre anciano está bien o mal, porque lo mismo se lo merece, “al fín y al cabo no me compraba todo lo que yo quería”.

Por ejemplo, ahora dicen que en países desarmados como el nuestro, que son auténticos paraísos comparados con aquellos en los que las armas están permitidas (léase USA y compárese nuestros índices de criminalidad con los suyos), deberían permitirse las armas. La única explicación razonable que le encuentro es que los fabricantes de armas les estén regalando “llaveros promocionales” para que digan estas cosas.
Podíamos querer parecernos a USA en la innovación o en las facilidades que dan a las empresas para hacer negocios o en la seguridad jurídica, pero no. Nos queremos parecer precisamente en lo de las armas…

Por los argumentos expuestos tengo la sensación de que nos estamos comportando como las ranas del principio. Si no queremos cocernos vivos sin enterarnos (y en algunos casos, como el del cambio climático, en sentido literal), deberíamos plantearnos adonde nos llevan todos estos pequeños cambios. Porque aunque de un día para otro, la diferencia no parezca sustancial,  a ver si sumando esos pequeños cambios nos van a llevar a un futuro, que si lo comparamos con la situación actual, la diferencia sea insoportable.

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