¿Telediarios o apología de la maldad?


Grafiti visto en la calle con un sabio consejo
Grafiti visto en la calle que incluye un sabio consejo

Llevo años preguntándome la razón por la que veo los telediarios y la verdad es que no consigo descubrirlo. Hay un morbo en las noticias desagradables que ejerce sobre nosotros una extraña atracción.
Como siempre, los medios, atentos a nuestras más bajas necesidades y gustos, los satisfacen a la perfección con el objetivo de aumentar su influencia (es decir, su control sobre la plebe) y su facturación a través de la publicidad.

Sin embargo, lo que se cuenta en los telediarios no representa lo que pasa en la sociedad, sino que solo representa lo que hacen los malos de la sociedad, que son una minoría muy minoritaria, pero que afortunadamente para ellos y desgraciadamente para el resto, hacen mucho ruido, o mejor dicho, se les presta mucha atención.

Las leyes de Pareto nos dan la clave: el 20% de la gente posee el 80% de la riqueza, el 20% de los conductores acumula el 80% de las infracciones, etc, etc.
Aquí ocurre algo similar: son los menos los que causan daño a los más y lo bueno es que esos pocos siempre son los mismos, y los más no aprenden.

Por tanto, los telediarios, debido al morbo de las desgracias ajenas y el escándalo que genera la maldad (todo escándalo tiene su parte de morbo), se ensañan con ello.
Esta semana, por ejemplo, nos han estado machacando con una señora muy mala, muy mala que presuntamente (en un estado de derecho hay que poner siempre el “presuntamente”, aunque le hayan visto hacerlo) ha asesinado a su cuarto marido con un destornillador. En los sucesivos telediarios han estado sacando a personas que tuvieron alguna relación con ella y que todos venían a decir lo mismo: muuuu maala.
Vale, ya nos ha quedado claro.
Y ¿qué decir de la corrupción?, lo mismo. Si nos hiciéramos caso de los telediarios, podríamos llegar a la conclusión de que todos los políticos son corruptos y alguno habrá honesto digo yo.
Igualmente se habla de policías corruptos o que se pasan tres pueblos y de curas pederastas. Justo es que se hable de ellos, la sociedad tiene derecho a saber la calaña de algunos, pero en pura justicia se debería hablar también de los policías honestos que se juegan su integridad física por defendernos a nosotros o nuestros bienes, cumpliendo estrictamente con su deber. Y justo sería que se hablara de los curas buenos, sobre todo porque un cura pederasta o un obispo corrupto, arruina la labor de cien curas y misioneros honestos que dedican su vida a los más débiles.

No somos conscientes del efecto que este machaque constante de malas noticias hace en nosotros. Esta apología de la maldad de los telediarios, nos desmoraliza, nos hace creer que el mundo, todo él, es malo y que no tiene sentido luchar por un mundo más justo porque no tiene remedio. Nos hacen creer que hay tanta maldad en el mundo que nuestra pequeña gota de bondad al ayudar a cruzar la calle a una ancianita se va a diluir en ese océano inmenso de maldad mundial.

Si ese desánimo, esa creencia puede instalarse en las personas mayores, ¿qué no podrá hacer sobre las mentes adolescentes? Pues seguramente, les deja sin ilusión, les elimina objetivos vitales. No hay nada por lo que luchar porque todo está perdido.
¿Qué ejemplo están percibiendo como estilo de vida a seguir?¿quienes son los que más atención reciben de la sociedad?  

En cambio, ¿por qué los telediarios no se ensañan con noticias positivas? ¿por qué cuando hay un héroe no indagan en sus acciones pasadas para demostrar lo bueno que era?
No recuerdo ningún telediario que tras dar la noticia de que un héroe ha dado su vida por salvar la de otra persona (si dan la noticia, la dan en diez segundos), hayan estado luego durante días recopilando información sobre la vida del héroe hablando con los que lo conocieron y contando anécdotas del tipo “pues a mi me dió un cromo para terminar la colección y él se quedó sin terminar la suya”, “pues a mi me daba clases particulares y no me cobraba porque yo no tenía dinero”.
Y es que la bondad no vende.

¿Se habla en los telediarios de los que entregan su vida entera para cuidar a un hijo con problemas? ¿se habla acaso del parado que renuncia a comer, si hace falta, para que su hijo tenga un móvil de última generación?. No, la bondad, el sacrificio, no vende.

Gracias al tratamiento que los medios hacen de las noticias, los malos salen beneficiados (en todos los sentidos, hay medios que incluso les pagan por hacerles entrevistas) y los buenos, que son mayoría (aunque en disminución gracias a los medios), sienten un complejo de pringao enorme y un deseo considerable de ser malo.

En el Siguiente Nivel, los telediarios hablarán de cosas buenas, de avances médicos, de héroes que dedican su vida a los demás y las noticias malas se darán en diez segundos y serán del estilo “ojo que en tal barrio se están produciendo violaciones, tengan cuidado mientras la policía detiene al culpable”.

Comentarios

  1. En el Nodo solo daban buenas noticias. Lo de las malas: naturaleza humana desde que el primer homínido se comunicó con un semejante

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  2. Si coges publicaciones de los ayuntamientos, también dan solo buenas noticias. Están vendiendo el régimen correspondiente.
    No porque una idea buena (por ejemplo publicar noticias buenas) la utilicen personas con fines dudosos podemos transformarla en mala. Es habitual esta aproximación.
    Con las noticias buenas que yo propongo no estaríamos vendiendo ningún régimen ni la predominancia de ningún colectivo sino, simplemente replicar el porcentaje real de noticias buenas vs malas que se producen

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  3. El Nodo era obligatorio. Las revistas municipales, donde las haya, no las lee ni el tato.

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  4. ¿En qué época se han dado mas buenas noticias que malas? En los regímenes totalitarios. En La URSS no habían asesinatos ni violaciones. No hay crimen en el paraíso. Verídico.

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    1. En eso tengo que darte la razón. Sin embargo, yo no defiendo la supresión de las noticias malas, sino su equiparación con las buenas. O dicho de otra manera, no ensañarse con las noticias malas, como en los ejemplos que pongo

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  5. Te recomiendo al respecto una peli: el niño 44.

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