Suplantator el extraterrestre (20) - Reponiendo fuerzas (II)


- No sé a quien votar. Es que no tengo la menor idea.
- Pues las elecciones deben ser pronto
- Sí, en mayo. Queda poco más de ocho meses
- A mi, honestamente, me pasa lo mismo. Estos políticos están más preocupados de llenar de mierda al contrario que de los ciudadanos.
Supongo que piensan que es la mejor manera de ganar unas elecciones. Pero todos ¿eh?, ni unos, ni otros.
- Muchas veces aciertan -contestó otro-, porque votamos, no al que nos gusta, que no nos gusta ninguno, sino al que menos nos disgusta.
- Has dado en el clavo. Así trabajan menos. Si votáramos a un político por sus méritos tendría que esforzarse, pero como les votamos por eliminación, basta que cuando hable, ponga en marcha el ventilador de mierda, a ver si puede cubrir con ella a sus oponentes. Para eso hay que esforzarse bastante menos. Hablar mal de otros nos sale con naturalidad.
- Y tanto, a ellos se les da de miedo, así que el que consigue enfangar más y resultar menos enfangado es el que gana las elecciones.
- Y ¿qué me decís de eso de que no tengan principios?
- ¿Qué quieres decir?
- Si hombre, eso que decía Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”. Este parece el lema de todos los partidos.
Viven pegados a las encuestas. Y si la gente cambia de opinión sobre un tema, aunque en otro tiempo haya sido la espina dorsal del programa del partido en cuestión, los políticos cambian de idea.
- Claro hombre tienen que ganar votos, si no, ¿de qué van a vivir?
- Pues yo, si dirigiera un partido, expondría mi programa tratando de convencer de lo bueno que es, y al que no le guste que no me vote.
- No te comías un colín.Hoy día la política es puro marketing. Marketing de ideas y se introducen en el mercado como si fueran productos, se hacen estudios de mercado con sus encuestas correspondientes, y se adaptan al gusto del consumidor. Todo ello sazonado con un poquito de mierda para el contrincante. ¿Principios, dices tú?. Estás tú bueno.

Suplantator se acercó a Auxiliator y le dijo en un susurro

- Ya sé cuál va a ser nuestra próxima misión
- ¿Cuál? -preguntó Auxiliator
- Nos meteremos en un partido político
- Ah

En eso llegó el camarero con el vino y se lo dio a probar a Suplantator que era quien lo había pedido. Suplantator miró fijamente la copa, hizo deslizar el vino haciéndola oscilar suavemente, luego la olió y por último tomó un sorbito e hizo un gesto de aprobación.
El camarero sirvió entonces el vino en las dos copas y se marchó.

Auxiliator preguntó
- ¿Por qué has hecho todo eso con el vino?
- Es lo que hacen los humanos para saber si les va a gustar.
- ¿Y tú has sabido que éste nos va a gustar solo con olerlo?
- No. No tengo ni idea -respondió Suplantator. Solo sé que hay que hacerlo así. Pero bébelo, es agradable y según vas bebiendo notas una alegría y una despreocupación cada vez mayor.
- ¿Ah si?
- Sí, los humanos no lo dicen, pero esa alegría es la auténtica razón por la que toman vino. En cambio, se suelen hacer los entendidos y presumen ante sus amigos de haber bebido vinos caros.
- Qué raros son -dijo Auxiliator.

Auxiliator probó el vino.
- Oye, pues está bueno.  -dijo
- ¿Verdad?

Al poco se acercó otro camarero con los primeros platos que tenían una pinta estupenda. Dejó los platos y se marchó. Cuando Auxiliator comenzó a comer ya se había tomado dos copas de vino y fue a servirse una tercera, Suplantator puso la mano en la botella y dijo:
- No puedes beber todo lo que te apetezca. Puedes perder el control
- ¿Qué es eso del control que se pierde?¿Es algo que lleve uno en el bolsillo y se deje caer?
- No. Es una expresión que significa que no calibras las consecuencias de lo que haces o dices -Suplantator meditó un momento y añadió-, para ti, nada anormal.
- Ah. ¿Entonces puedo seguir bebiendo?
- No.

Se acercó el maître a su mesa
- ¿Está todo a gusto de los señores? ¿El vino es de su agrado?
- Un gran invento este de los humanos -dijo Auxiliator mientras volvía a llenar su copa
- ¿Perdón? -Preguntó el maître
- Que el vino está realmente bueno -intervino rápidamente Suplantator
- Discúlpeme el señor -dijo el maître refiriéndose a Auxiliator-, pero soy un gran aficionado a la historia y es usted igualito que Napoleón Bonaparte

Auxiliator, ya ciertamente contento con el vino dijo:
- Sí, soy Napoleón Bonaparte, en realidad nunca llegué a morir

Suplantator se revolvió en su asiento e intentó quitar importancia a las palabras de Auxiliator:
- Disculpe a mi amigo. Es muy bromista. Se lo han dicho más veces. 
- No me extraña, es que es idéntico. Les dejo. Espero que continúen disfrutando de la comida.
- Muchas gracias -respondió Suplantator

Cuando el maître se fue, Auxiliator protestó.
- Siempre me corriges: cuando al taxista le puse como excusa que había muerto del todo debido a un accidente y que por eso había salido en la tele, dijiste que no, que no había muerto. Ahora digo que no he muerto y también me corriges. No sé como acertar.
- Es que este hombre te ha reconocido totalmente y Napoleón hace mucho tiempo que murió.
 Además aquí, los humanos se mueren de forma involuntaria, y cuando se mueren es muy complicado que vuelvan a moverse y a hablar. Por eso no puedes ir por ahí diciendo que has muerto.
- Ah

Disfrutaron del resto de la comida. Suplantator evitó en tres ocasiones que Auxiliator pidiera otra botella de vino, pagó la cuenta y se marcharon.
- Vámonos, tenemos que coger el tren para volver a Madrid. -dijo

-----
Dedicado a Sebas por sus ánimos para seguir con Suplantator
----

(Ir al capítulo siguiente)


Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento de Navidad 2.024

Furgonetas llenas, tiendas vacías

Al final tendremos que irnos a vivir a una cueva