¿Es inteligente la inteligencia artificial? (I)
¿Que si es inteligente la inteligencia artificial? Pues desde luego, esa que te dice “No le hemos entendido, por favor, repita de uno en uno los dígitos de su DNI”, estoy seguro de que no, y si lo es hay que mandarla unos veinte o treinta años más al colegio a ver si los maestros consiguen meter algo de conocimiento en esa cabezota, perdón o quizá debería decir en ese procesadorzote.
Al margen de este caso apabullantemente claro, en general, yo creo que la inteligencia artificial no es inteligente ni lo será nunca.
Diréis que es una afirmación excesivamente atrevida, dada la velocidad a la que parece estar evolucionando la inteligencia artificial, pero intentaré justificarlo en este post, que ignoro como me saldrá de largo. Como siempre, si me paso, para que parezca más corto, lo partiré en posts de unas ochocientas palabras.
Para responder a la pregunta ¿es inteligente la inteligencia artificial?, podríamos hacerlo con otra pregunta ¿es leche la leche vegetal?
La inteligencia artificial es un sucedáneo de la inteligencia humana, pero como todos los sucedáneos, se parece pero no es.
Veamos los argumentos en contra de mi tesis y mis contraargumentos:
Una inteligencia artificial ganó hace tiempo al entonces campeón mundial de ajedrez, juego en el que se miden inteligencias. ¿Qué no podrá pasar en el futuro, al ritmo que avanzan las tecnologías?
Mi contraargumento: Tenemos que ser precisos, el ordenador o la inteligencia artificial, no ganaron al campeón mundial de ajedrez, lo hizo una máquina diseñada por matemáticos, físicos, ingenieros, etc que sobre un hardware, es decir un soporte físico muy, muy sofisticado, añadieron unos algoritmos muy, muy complejos, es decir un software que consiguió vencer al campeón.
Por tanto, quien venció al campeón fue un equipo de científicos que trabajando durante muchos años y usando una herramienta que llamaron ordenador (y que algunos gusta de calificar como Inteligencia artificial) pudo evaluar más posibles movimientos y más rápidamente que el campeón de ajedrez.
Fijaos la auténtica jugada: se ha tenido que dominar la física de los semiconductores para hacer el primer transistor, se ha tenido que dominar las matemáticas que permiten la lógica binaria, se ha tenido que dominar la tecnología para que sea posible poner a trabajar miles de millones de transistores juntos sin que consuman la luz de una ciudad entera y que quepan en un edificio y después de todo eso se ha tenido que codificar el tablero de ajedrez en dígitos para que lo entienda el “listo” del ordenador y dominar el ajedrez para que un programador sea capaz de decirle al “listo” como se juega de una forma que el pobre y auténticamente lerdo del ordenador sea capaz de entender.
Una vez hecho todo eso, el ordenador, que eso sí hay que reconocerlo, es tremendamente rápido, evalúa todas las posibles jugadas partiendo de una posición del tablero en concreto, con las posibles respuestas del adversario, asigna a esas jugadas una calificación y luego elige la que haya obtenido la calificación más alta.
Como véis cuanto más rápido sea el ordenador más jugadas y contrajugadas del adversario es capaz de evaluar en un tiempo dado, de ahí que fuera cuestión de tiempo que un ordenador pudiera batir al campeón de ajedrez.
Si a eso se le añaden las nuevas técnicas de deep learning, hacen del ordenador una herramienta imbatible en muchas tareas que ahora realizan los humanos. Sin embargo, eso no les hará inteligentes.
El auténticamente inteligente en todo este proceso que he descrito, es el hombre, que ha dominado la naturaleza para que granos de arena (silicio) sean la base física que permita el procesado de la información en base a algoritmos o instrucciones complejas y obtener así un resultado.
Así que, cuando hablamos de inteligencia artificial y nos quedamos apabullados de lo que es y lo que puede llegar a ser (con sus riesgos y sus buenas promesas) es exactamente igual que cuando alguien señala la luna con su dedo índice y todos los demás se quedan embobados mirando el dedo, porque aquí, lo auténticamente apabullante es la inteligencia humana que es capaz de lograr todo eso.
Podéis poner las objeciones que sea a lo que he dicho. Por ejemplo, se puede decir que ya no es necesario codificar el tablero y que una Inteligencia Artificial podría verlo directamente y decidir su siguiente jugada.
Es cierto, pero solo es una extensión de lo anterior: un ingeniero habrá diseñado una buena cámara (basándose en conocimientos previos de otros miles de físicos e ingenieros durante años) y otro ingeniero de visión artificial habrá utilizado los algoritmos desarrollados en los últimos veinte años para reconocimiento de imágenes y patrones y habrá añadido un software para que al final, el tonto del ordenador tenga su tablero de ajedrez, y las posiciones de la fichas codificados en unos y ceros que es lo único que puede entender.
Es decir, aquí hemos añadido la inteligencia de ingenieros, matemáticos y físicos para que el pobre ordenador pueda ver e interpretar el tablero.
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