Suplantator el extraterrestre (9) - El atasco
Tras la realización de
la misión, el programa de recuperación de los cuerpos de reposo materializó a
Suplantator y Auxiliator en una zona apartada al abrigo de miradas indiscretas,
pero ciertamente alejado del hotel que habían contratado para pasar la noche y
cumplir su misión.
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Suplantator consultó su
losabetodator y llegó a la conclusión de que estaban excesivamente lejos del
hotel como para ir caminando y pensó en acercarse a un lugar un poco más
habitado en el que pedir un taxi.
- Tengo que perfeccionar un poco el
programa de recuperación de los cuerpos de reposo. Nos ha dejado excesivamente
lejos. Pediré un taxi.
La sede central de
hipermercados Sabi, donde habían participado en su comité de dirección estaba
en las afueras de Vayatasco, una ciudad de unos 150.000 habitantes.
Serían las ocho y media
de la mañana y su hotel estaba en una céntrica calle de esa misma ciudad.
Dio la casualidad de que
un taxi estaba en las inmediaciones y en poco más de dos minutos se presentó
allí. Suplantator y Auxiliator se subieron al taxi y Suplantator dijo al
taxista el nombre del hotel.
El taxista dijo
- Tardaremos un rato en llegar es hora
punta y tenemos que atravesar la ciudad. Es la hora de los colegios, ya saben.
- No importa, no tenemos prisa -dijo
Suplantator
En cuanto se adentraron
en la ciudad, la circulación era penosa. El taxi no podía recorrer más de diez
metros seguidos sin detenerse. Peatones pasando por aquí, coches aparcados en
segunda fila por allá, semáforos, bocinas sonando… Era un frenesí
indescriptible, todo el mundo con prisas, algunos vociferando e insultando.
Suplantator preguntó al
taxista
- ¿Qué les pasa? ¿por qué está todo el
mundo tan nervioso?
- Todos los días es lo mismo, es la hora
en la que hay que llevar los niños a los colegios, se abren las tiendas, la
gente tiene que desplazarse para ir a su trabajo. Todo coincide y desplazarse
por las ciudades es un suplicio.
- Pues vaya una forma de comenzar un día
-dijo Suplantator-
- Efectivamente, la mayor parte de la
gente ya llega estresada a su trabajo.
Y si usan el transporte público es igual o
peor -continuó el taxista- porque muchas veces tienen que ir apiñados como si
fueran sardinas y va igual de lento que nosotros -dijo a la vez que señalaba un
autobús repleto de gente-
Les voy a decir un secreto -continuó el
taxista-. A estas horas hubieran tardado igual o menos si hubieran venido
andando desde donde les he cogido.
En ese momento el taxi
entró en una rotonda completamente atascada y el coche se movía lentamente, con
dificultad y a tirones. Cuando el vehículo de delante se desplazó, el taxista
dejó un hueco y cedió el paso al coche que se incorporaba a la rotonda por su
derecha. Tras pasar éste, el taxista reanudó la marcha, pero un autobús escolar
que venía detrás del coche al que habían dejado pasar, también pretendía
colarse y si el taxista no llega a frenar, el autobús al final se lo lleva por
delante.
A la vez que el
conductor del autobús hacía sonar el potente claxon de éste, se puso a hacer
gestos y a insultar al taxista.
Afortunadamente, las
ventanillas estaban subidas y solo podían ver como el conductor del autobús
gesticulaba y hacía grandes aspavientos.
El taxista se limitaba a
hacerle gestos de que pasara de una vez y que se dejara de tonterías.
Justo antes de pasar, el
conductor del autobús hizo un gesto como si estuviera disparando al taxista con
un fusil.
- ¿Han visto eso? -dijo el taxista- Parece
ser que mi actitud le ha molestado tanto al autobusero que si pudiera me habría
fusilado. Vaya un ejemplo que está dando a los niños del autobús.
- Sí -dijo Suplantator- La gente está muy
nerviosa, ¿no?.
- He llegado a ver a un joven bajarse del
coche y liarse a golpes con un señor mayor porque no le cedió el paso cuando él
creía que debía hacerlo.
A estas horas el tráfico es un suplicio y
la gente se pone histérica. Me pregunto si alguno de nuestros políticos se ha
planteado alguna vez intentar hacer unas ciudades más humanas o calcular el
dinero que nos gastamos en médicos y hospitales como consecuencia del estrés
que sufre la gente moviéndose por la ciudad. Todos intentando llegar a tiempo
al colegio o al trabajo.
- Seguramente, no -se limitó a decir
Suplantator.
- Con seguridad no, porque ellos van en
sus coches oficiales con chófer y no se enteran de nada -dijo el taxista.
Luego Suplantator
dirigiéndose a Auxiliator y ya en voz baja para que no le oyera el taxista dijo
- Ya falta poco para que lleguemos y he
olvidado poner dinero en las ropas de este cuerpo. Tu debes tener el dinero que
te dí. ¿Ves eso de ahí? es el taxímetro señala 15,40 y estamos a punto de
llegar. Dale un billete de 20 euros para pagar y dile que se quede con el
cambio
- Tengo billetes de muchos colores. ¿ese
cual es?
- Uno que pone un dos y un cero
- Ah
Llegaron al hotel,
Suplantator se bajó del taxi y mientras Auxiliator buscaba el dinero para pagar
al taxista, éste dijo
- Yo a usted le conozco. ¿Ha salido en
televisión?
- Creo que sí -dijo Auxiliator, mientras
Suplantator, que había oído la pregunta del taxista, contenía la respiración-
fui atropellado mortalmente y es posible que saliera en las noticias.
- Bueno, no sería tan mortal si está usted
aquí.
- Sí. Fue muy grave, incluso morí del
todo.
- No haga caso a mi amigo -intervino
Suplantator- Es que era atleta de alta competición y después del accidente no
ha podido volver a competir, para él fue como morir y aún no lo ha superado.
- Vaya. Lo siento mucho -dijo el taxista
Auxiliator pagó y le
dijo al taxista que se quedara con la vuelta. El taxista sonrió de oreja a
oreja y le dio las gracias de una forma tan efusiva que cuando se hubo
marchado, Suplantator preguntó a Auxiliator qué billete le había dado.
- Uno como éste -dijo Auxiliator mientras
mostraba un billete de 200 Euros
- ¡¡¡Eso son 200 euros!!!
- ¿Y? -dijo Auxiliator- Me dijiste que
tuviera un dos y un cero y este billete los tiene
- Pero tiene además otro cero
- Bueno, ¿qué más da un cero más o un cero
menos? Es papel de colores, al fin y al cabo.
Suplantator levantó la
vista hacia arriba, contó hasta diez y luego dijo:
- Los humanos le dan mucha importancia al
dinero, debes tener mucho cuidado en no dar de más ni de menos. En caso
contrario, llamaremos la atención.
- Ah
Luego cambiando de tema,
Suplantator añadió
- Creo que este problema del tráfico en
las ciudades puede ser nuestra segunda misión...
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