Suplantator el extraterrestre (12) - Un finde en casa (III)
Estaban caminando por la
Gran Via y Auxiliator observó la cantidad de gente que caminaba por la calle y
los coches que estaban en la calzada..
- ¿Porqué usan el coche para pasar por
aquí si van más lentos que nosotros que vamos andando?
- Buena pregunta, supongo que la respuesta
es compleja. Algunos no tendrán más remedio porque llevan a gente que no puede
caminar, otros porque están de paso hacia sitios más lejanos y no pueden evitar
pasar por aquí, y otros, porque no han reflexionado lo suficiente sobre el
tema.
- También parece más agradable estar ahí
sentado dentro del coche mirando a los demás como caminamos alrededor -dijo
Auxiliator
- Seguramente, pero en general no suelen
disfrutar, sino que pasan estresados por aquí pensando en todo el tiempo que
están perdiendo. El caso es sufrir.
Vieron a una señora que
estaba sentada junto a la pared detrás de un gran cartel que contaba su
situación y Auxiliator dijo
- Esa señora tiene mal aspecto y está
sentada en el suelo, no caminando como los demás
- Sí. Es lo que los humanos llaman
mendigos. Viven de lo que el resto les da o de lo que encuentran por la calle
- Pues da la impresión de tener hambre.
- Seguramente no puede comer todo lo que
necesita.
- Pero si en el bar hemos visto bocadillos
tirados a medias. -dijo Auxiliator
- Sí, los humanos tienen un problema con
el reparto de los recursos, comida, bienestar, etc.
Siguieron adelante y
Auxiliator se retrasó un poco y disimuladamente sacó un billete de 50 euros y
lo dejó caer cerca de la mendiga, y luego siguió adelante como si tal cosa,
intentando que Suplantator no se enterara
- Muchas gracias, Dios le bendiga -dijo
efusivamente la mendiga, mientras se levantaba de su asiento cogiendo el
billete de 50 euros y acercándose a Auxiliator. Este intentaba disimular, pero
Suplantator se dió cuenta de lo que había pasado.
- Auxiliator, -dijo Suplantator cuando se
habían alejado lo suficiente- ya te he dicho que tienes que ser más discreto
con el uso de los papeles de colores. Estás llamando la atención.
- Este tenía solo un cero.
- La gente suele dar una moneda, no un
billete
- Ah
Retornaron a su barrio a
eso de las once de la noche y cuando estaban cerca de su portal, se acercaron
cuatro hombres con cara de pocos amigos. Uno de ellos dijo:
- Hola guapas
- Este señor tiene problemas con la
identificación de los sexos, como yo al principio -dijo Auxiliator.
- Vamos, ya estáis dándome todo lo que
lleveis encima.
- Pobres, no tendrán nada que comer
-volvió a decir Auxiliator.
El primer hombre sacó
una navaja de proporciones respetables y la orientó hacia ellos
- Mira, aunque no tienen nada, aún nos
ofrecen ese palito afilado. Qué buena gente
- Calla Auxiliator. Están intentando
robarnos.
- Hombre, al menos uno es un espabilao.
-dijo uno de los atracadores
- Suplantator miró fijamente al hombre que
había sacado la navaja y de repente éste dulcificó su cara y se puso a maullar.
Miró uno a uno a los otros tres y todos ellos se pusieron a maullar, al final
los cuatro se pusieron a caminar a gatas y se alejaron maulllando.
- ¿Qué has hecho? -preguntó Auxiliator
- Les he convencido de que son gatos.
Estos humanos tienen un cerebro fácilmente impresionable.
Sin más percances
subieron a su casa y cuando se estaban acomodando, Auxiliator comenzó a
quejarse.
- Me siento mal, quiero morirme.
- ¿Qué te pasa?
- No sé es una molestia inmensa por aquí
(dijo mientras se señalaba todo el tórax).
- ¿No tendrás que ir al váter?
- No. Esa sensación ya la conozco esta es
peor, no sé qué hacer con ella.
- ¿No habrás comido algo mientras yo he
ido a averiguar por qué unos señores quitaban la cartera a otros, verdad?
- Sí,
- ¿Qué has comido?
- Once bocadillos de calamares.
- ¿Quéee? te dije que no lo hicieras.
Debería dejarte que la palmaras. Si no fuera porque me caería una buena, ahí te
quedabas.
- Te he hecho caso. Tu dijiste que no
podía comer doce bocadillos, que era una barbaridad, por eso me he comido solo
once. Haz algo, no volveré a comerme once bocadillos, si acaso diez...
- Está bien, usaré el sirveparatodator y
te extraeré a través de la cuarta dimensión el contenido de tu estómago y lo
volcaré en el váter. Túmbate ahí. - le dijo mientras le señalaba la cama.
Suplantator conectó el
sirveparatodator y manipuló unos mandos, inmediatamente comenzó a sonar algo
que caía en el váter.
- Ahora haré lo mismo con tus intestinos,
pero antes déjame que cierre la puerta, el olor puede ser nauseabundo.
Dejó el sirveparatodator
encima del abdomen de Auxiliator y el aparato comenzó a desplazarse lentamente
hasta que recorrió todo el abdomen. Auxiliator dijo.
- Ah que gusto. Suerte que te hayas traído
el sirveparatodator.
- Suerte que tenga que llevarte a de
vuelta a casa vivo, porque si no…
Ahora descansa, mañana comenzaremos la
misión en Vayatasco. Yo suplantaré al alcalde y tu suplantarás al concejal de
movilidad.
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