Suplantator el extraterrestre (16) - Pleno en el Ayuntamiento (y IV)
- Suplantator, Suplantator
- Auxiliator, te he dicho mil veces que no
me llames así cuando estamos en una misión.
Auxiliator había
suplantado a la concejala de movilidad y respondió desde ese cuerpo:
- Perdona Suplantator. Es que yo también
he tenido una idea para mejorar la movilidad en esta ciudad. No me he atrevido
a decirla porque me tienes prohibido hablar, pero es buena.
- A ver, suéltala.
- Repartir patinetes entre la población.
- Eso es una tontería.
- Pues ya los he comprado
- ¿¿¿¿¿Qué????? ¿y cuántos has comprado?
- Diez mil
- ¿que has comprado diez mil patinetes? ¿y
cuánto han costado?
- Cincuenta mil euros. Pero me he
informado bien primero. Ese es el máximo que puedo gastarme sin convocar
concurso público. Lo he adjudicado a dedo. Pero no me he llevado nada, es que
era el más barato.
Suplantator miró al
techo con gesto de resignación y Auxiliator prosiguió.
- Y oye, ya me había acostumbrado a
suplantar a hombres y esto de suplantar a mujeres me parece más incómodo. Para
empezar es mucho más complicado ir al baño…
Auxiliator siguió
hablando pero Suplantator ya no le oía. Estaba pensando como encajar la
revelación de los patinetes en su discurso y ponerlo en positivo.
Tras diez minutos en los
que Auxiliator no paró de hablar y Suplantator no paró de ignorarle, éste dijo.
- Venga, vámonos. Hay que reanudar el
pleno.
Una vez que todos los
concejales habían ocupado su puesto, el alcalde reanudó la sesión.
- Bien, han visto que pueden surgir muchas
ideas si todos trabajamos colaborativamente. No tiene porqué ser mi éxito ni el
éxito de mi partido. Será nuestro éxito, el éxito de este ayuntamiento que debe
estar exclusivamente al servicio del ciudadano y no al de intereses
particulares o partidistas.
- Nos complace este cambio, alcalde -dijo
el concejal jefe del partido de la oposición- ojalá que dure mucho. Pero no
crea que por ello vamos a olvidar los desmanes del pasado.
- Les aseguro que el cambio será
permanente. Respecto a los desmanes, si los ha habido, yo mismo pondré los
medios para que surja la verdad sin que haya límites. Eso incluye la etapa en
que ustedes - y el alcalde señaló con el dedo al concejal jefe de la oposición-
controlaron el ayuntamiento.
Tanto los concejales
miembros del partido del alcalde como los de la oposición, se miraron asustados
e intentaban interrogar al alcalde con la mirada, pero éste se limitó a decir
- Aunque para empezar, sugiero centrarnos
en elaborar una batería de medidas que, a partir de ahora, hagan imposible la
corrupción en el ayuntamiento.
Ese ligero matiz,
pareció aliviar a la audiencia y el alcalde prosiguió.
- Bien, concluiremos entonces el pleno con
una brillante idea procedente de la concejalía de movilidad. La concejala, aquí
presente, -y el alcalde señaló a Auxiliator, que a su vez sonrió a todo el
auditorio- propone entregar en los colegios de la localidad un medio de
transporte, no contaminante, silencioso y que a la vez incentiva la realización
de ejercicio físico. Y entregarlo de forma gratuita a los niños y niñas.
- ¿Está diciendo que el ayuntamiento va a
regalar bicicletas?
- No. Es más brillante que eso, porque es
mucho más barato, por lo que podremos entregar más, prácticamente uno a cada
niño y niña de la localidad. De esta manera concienciaremos a los niños y a los
padres de la importancia de una movilidad sostenible.
Se trata de patinetes, que llevarán una
pegatina que, aparte del logo del ayuntamiento, incluirá algunos mensajes sobre
la importancia de una movilidad sostenible.
Será una muestra palpable de que estamos
trabajando por la ciudad y que éste es el primer paso de muchas más medidas que
mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos.
Por si fuera poco, la brillante campaña
que nos propone la concejala, apenas costará 50.000 euros gracias a sus hábiles
negociaciones que han permitido estas ventajosas condiciones para el
ayuntamiento
El alcalde calló,
esperando las despiadadas críticas de la oposición y sin embargo, tras un breve
silencio, el primer concejal se limitó a ponerse de pie y comenzar a aplaudir
lentamente. Al poco, hicieron lo mismo los restantes.
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