Compendio de autoayuda (3) - Nivel físico (II)
No caiga en la trampa del alcohol
Si bien el tabaco comienza a estar
proscrito en la sociedad y cada vez resulta más caro y complicado fumar, no
ocurre así con el alcohol.
El alcohol es considerado como un
facilitador de las relaciones sociales y asociado a la “Dolce Vita”. Millones
de familias de todo el mundo dependen económicamente del negocio del alcohol,
que tiene la excepcional cualidad de producir efectos agradables instantáneos
en la persona que lo consume.
Lo malo son los efectos a medio/largo
plazo. A medio, la resaca que genera es evidente, y a largo plazo, está
asociado con multitud de graves enfermedades entre ellas el cáncer, de tal
forma que algunos médicos sostienen que no hay dosis segura de alcohol y
recomiendan eliminarlo completamente.
Todo ello sin contar con la multitud de
accidentes de tráfico (y otros) que son directamente causados por conductores
con una tasa de alcohol en sangre superior a la permitida (por encima de la
cual se supone que se pierden las facultades necesarias para conducir).
Sin embargo, la complacencia de la
sociedad con el alcohol es manifiesta, probablemente relacionada con los
intereses económicos y esos millones de familias de los que hablábamos antes, que
viven de él. A diario se nos invita a consumir cerveza, vino y todo tipo de
licores con la promesa de una felicidad instantánea y un estilo de vida envidiable.
Incluso aparecen estudios pseudocientíficos
que nos hablan de la bondad de la cerveza o el vino para determinados aspectos
de la salud. Algunos es posible que digan parte de la verdad, lo que no hacen
es analizar el conjunto de riesgos frente a los posibles beneficios para hacer
un análisis completo.
En definitiva, no caiga en la trampa del
alcohol, que sí o sí es un poderoso neurotóxico que machaca nuestras neuronas y
en consecuencia nos hace un poco más tontos (cosa que nunca viene mal a los poderes
fácticos).
Si bien, con buena salud, podemos
permitirnos su consumo esporádico en el entorno adecuado para hacer más
agradable las relaciones sociales, para continuar con buena salud, redúzcalo drásticamente.
Realice ejercicio físico de forma constante y sistemática
Seguramente recordará que tras realizar una sesión de ejercicio
físico sentía una sensación de bienestar general y difícilmente explicable. La
razón estriba en la estrecha relación entre cuerpo y mente. Es posible que una
parte de ese bienestar se deba simplemente al hecho de ser conscientes de que
al hacer ejercicio hemos realizado algo bueno por nosotros, pero también porque
al trabajar los músculos se liberan sustancias denominadas endorfinas,
químicamente parecidas a la morfina, y que actúan sobre ciertos receptores
cerebrales provocando una disminución en la sensibilidad al dolor. De ahí que
el ejercicio físico sea tan popular como mecanismo de control del estrés y
recomendable incluso en situaciones de depresión, pues provoca una sensación de
calma y relajación.
Según las investigaciones realizadas, se ha comprobado que existe
correlación entre la práctica de deportes, el carácter personal y la reacción
al dolor. Cuando se realizan ejercicios de resistencia con una intensidad
superior al 70 % de la capacidad se producen los mayores cambios de estado de
ánimo.
Además se descubrió una relación entre los lapsos de
entrenamiento, la intensidad y los cambios de carácter: si desean apreciarse
cambios profundos, el tiempo de entrenamiento puede acortarse a medida que se
incrementa la intensidad.
Gracias a estos estudios se puede aplicar la práctica deportiva en
la lucha contra ciertos problemas de salud mental. Científicos de la Harvard
Medical School, en Cambridge, Masachusetts descubrieron que realizando un
programa de entrenamiento de diez semanas de duración ejercía una influencia
positiva muy alta en aquellos pacientes que sufrían de dolores, depresión,
problemas de funcionalidad social y emocional, entre otros.
Paralelamente, los pacientes sometidos a este estudio no sólo
consiguieron obtener mejoras en su salud mental sino también en su salud física
ya que también lograron aumentar su fuerza.
En otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Boston se
obtuvieron resultados similares al hacer participar a un grupo de individuos en
un programa de resistencia de 12 semanas de duración en el cual se alternaba
entre mucho volumen y poca intensidad o mucha intensidad y menores volúmenes.
En esta investigación se demostró que la práctica de ejercicios generaba
cambios positivos en el carácter, al tiempo que aumentaba la autoestima del
individuo y se disminuía la ansiedad.
Resumiendo, la práctica de deportes y/o el entrenamiento físico no
sólo producen mejorías corporales, musculares o de flexibilidad, sino que
también se logra aumentar la confianza en uno mismo, disminuir la angustia y la
ansiedad, y a través de ello se consigue alcanzar un estado de bienestar
general muy beneficioso para el individuo. Y todo sin contar con las mejoras
estéticas que sobre el cuerpo ejerce la actividad física.
Así pues, por muy ocupado que este, busque y encuentre tiempo para
realizar un ejercicio físico acorde a su edad y circunstancias. Si no lo hace,
tendrá que dedicarle tiempo a visitas al médico, en su lugar, disminuyendo
ostensiblemente su calidad de vida. Esto es tanto más cierto cuanto menos joven
se es. La juventud lo aguanta casi todo, incluso una vida inactiva. En la
madurez la inactividad pasa una gran factura.
Si es ama de casa quizá piense que lleva una vida físicamente
activa, sin embargo las interminables horas de trabajo doméstico se realizan en
posturas inadecuadas y trabajando grupos de músculos muy concretos, y de forma
asimétrica. La consecuencia es que ese ejercicio físico es más bien
contraproducente. Realice, pues, un ejercicio más sistemático. De esta manera
reducirá los múltiples dolores (espalda, cuello, piernas, brazos, etc) que
suelen aquejar al ama de casa. El ejercicio físico fortalece nuestro cuerpo y
hace que las tareas físicas rutinarias se realicen sin esfuerzo (llevándolo al
extremo, si entrenáramos nuestros brazos para levantar 20 Kg, llevar la bolsa de
la compra de 2 kg es un juego de niños).
Suba, por ejemplo, las escaleras de su casa andando.
No use el ascensor. Es frecuente encontrar personas que usan siempre el
ascensor y luego van al gimnasio a hacer “stepping”. Si vive en un piso alto,
no suba en ascensor todos los pisos.
No olvide que si se elige el tipo de ejercicio adecuado, cualquier edad es buena para comenzar.
Aunque en general una vida activa es
buena para todo el mundo, pueden existir dolencias previas que lo
contraindiquen (al menos algunos tipos de ejercicio o intensidad). Si usted
cree que pudiera tenerlas, antes de hacer más ejercicio del que su cuerpo pueda
aguantar, CONSULTE CON SU MÉDICO, no sea que el ejercicio que elija, o su
intensidad, sea contraproducente para su estado.
Y, en cualquier caso, comience
de forma muy suave, acorde a su edad y condiciones y vaya incrementando la intensidad
sin prisa, sin que le produzca dolor o esfuerzo intenso.
Jamás pase de no hacer
nada de ejercicio a hacer mucho porque en este caso pueden ser peor el remedio
que la enfermedad.
Por último, para que el ejercicio físico muestre
sus aspectos beneficiosos debe ser constante. Los esfuerzos grandes pero
puntuales pueden ser inadecuados.
Cuide su aspecto
Uno de los síntomas de las depresiones es el abandono del aspecto
físico (también lo es el descuido de las relaciones sociales). Reaccione ante
los estados depresivos, cuidando su aspecto. No deje de afeitarse, vuelva a
pintarse los ojos, vuelva a maquillarse, intente gustarse a sí mismo/a, así
tendrá más posibilidades de gustarle a los demás.
Un aspecto externo cuidado tiene su repercusión en como nos ven
los demás (aumentando su valoración sobre nosotros) y en como nos vemos nosotros
mismos. Por poco que nos gustemos, siempre nos gustaremos más cuando estamos
arreglados que cuando no. Lo cual tiene sus efectos en nuestra autoestima.
Quizás este hecho por sí solo no sea suficiente para subir nuestra autoestima
hasta un nivel razonable, sobre todo si ésta es muy baja, pero ya sabe lo que
dicen: Un grano no hace granero... pero ayuda al compañero.
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