Compendio de autoayuda (5) - Nivel físico (y IV)


 Evite los productos químicos

Sin llegar a la obsesión, evite siempre que sea razonable, los productos químicos, como los insecticidas y los ambientadores. La industria química raramente conoce los efectos secundarios de sus productos y si los conoce, se cuida mucho de darlos a conocer.
Recuerde la popularidad del DDT como insecticida hasta que se conocieron sus graves efectos sobre la salud humana. En este caso la relación causa-efecto fue tan evidente que resultó imposible ocultarlo a la opinión pública. Si la relación causa-efecto es más compleja (por ejemplo, cuando lo que provoca problemas de salud es la combinación de varios productos aparentemente no tóxicos, uno contenido en un insecticida, otro contenido en un pesticida, otro contenido en el tabaco...) la toxicidad de un producto es prácticamente imposible de demostrar.

Controle la presión del vapor

Habitualmente olvidamos cuidarnos para dar prioridad a otras tareas, pensando que para cuidarnos, siempre tendremos tiempo en el futuro.
Es como si el encargado de una caldera de carbón, estuviera obsesionado con que su caldera fuera la más brillante y olvidara controlar la presión del vapor. Cuando la caldera estalla, llevándose con ella sus brazos, desde el hospital se da cuenta de lo ridículo de su actitud al centrarse en las cosas accesorias y dejar de lado las importantes.
Traducido a una situación más cotidiana, es como si alguien se centra en que sus hijos lleven siempre la mejor ropa, la más limpia, coman la mejor comida, vayan a los mejores colegios y a cambio se dejan su salud física y mental en ello, y por ende, dejen a los niños sin padre o madre (de forma figurada porque el padre/madre no está disponible para ellos o, en el peor de los casos, de forma real). ¿No será cien veces mejor que un niño tenga a unos padres física y mentalmente sanos a su disposición, que todas esas otras cosas que siendo aparentemente importantes, a la postre resultan accesorias comparadas con la salud de los padres y las necesidades reales de los hijos?
Recordemos que lo bueno es enemigo de lo óptimo y que en el término medio está la virtud. Disminuya el nivel de exigencia que se impone a sí mismo/a para reducir su carga y su nivel de estrés. En el ejemplo anterior, esto es equivalente a que sus hijos lleven una ropa razonable, coman razonablemente, vayan a unos colegios razonables, etc…
Desgraciadamente, con mucha frecuencia, estamos demasiado ocupados en no hacer nada, o lo que es lo mismo, pasamos nuestro tiempo en tareas intrascendentes y olvidamos las importantes.
Esto ocurre porque no tenemos claras la prioridades y el ajetreo de la vida diaria nos impide pararnos a reflexionar sobre lo importante y lo accesorio.
La solución es fácil y evidente, aunque inmensamente complicada de llevar a la práctica: párese a reflexionar a menudo sobre en qué está gastando su tiempo y evalúe si de esa forma consigue sus objetivos vitales (que naturalmente, debe tener claros por reflexiones previas).


(Ir al capítulo siguiente)
(Ir al capítulo anterior)
(Ir al comienzo del panfleto)

(Indice de las entregas)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento de Navidad 2.023

La verdad sobre el cambio climático

Noche mágica de Reyes