Compendio de autoayuda (8) - Nivel Mental (y III)
Redescubra el ocio
Seleccione películas y vaya al cine. Transforme este hecho en algo
especial. La oferta de películas es tan extensa que la selección puede resultar
muy difícil. A través de la televisión vemos tantas películas que éstas han
dejado de tener valor. No solo porque encontrar una buena entre tantas malas es
harto complicado, sino porque las continuas interrupciones publicitarias restan
valor a la película rompiendo en cualquier momento el ambiente que el director
de la misma había diseñado.
Visite museos. En los museos se nos enseña como era el mundo
antes, como era la vida antes, se nos muestran otros estilos de vida. También
podemos encontrar otras formas de entender la vida a través de fotos, cuadros,
objetos, etc.
Se trata, en cualquier caso de ampliar nuestra mente, de romper
barreras y de pensar cosas nuevas que le permitan a nuestro cerebro establecer
nuevas conexiones sinápticas que conduzcan a una percepción más creativa de la
vida.
Dicho con otras palabras: Ampliar nuestra mente nos permite pasar
de una vida vivida en blanco y negro a otra en color.
Viaje
Descubra formas distintas de ver la vida, descubra los valores de
otras personas y porqué son distintos a los suyos. Respételos y no los
descalifique directamente sin reflexionar. Júzguelos con el único baremo
posible: la felicidad o infelicidad que proporcionan y a qué cantidad de gente.
Viajar puede ser más sencillo de lo que parece. Seguramente a
menos de 50 Km de donde usted vive hay pueblos (si vive en la ciudad) o
ciudades (si vive en un pueblo) en los que el estilo de vida y los valores que
la gente tiene allí son distintos de los suyos.
A lo mejor, en algunos lugares, le dan menos importancia a la
higiene (física), porque su actividad implique menos contacto social, pero
quizás su higiene mental es superior a la nuestra. No los descalifique, por
ejemplo, porque su olor no cumpla los estándares de su propio entorno, ni por
su aparente incultura. Aprenda de ellos, de su otra forma de ver la vida, y
quédese con las cosas buenas de su estilo de vida, completamente distinto al
suyo.
Conociendo gente, usted debe ser un tamiz por el que filtrar los
aspectos positivos de su forma de ver la vida, desechando los negativos.
Verá que algunas de las cosas que a usted tanto le preocupan no
ocupan ni un segundo del pensamiento en la vida de esas otras personas. Eso
debe ayudarle a relativizar sus problemas y sus preocupaciones.
Escuche música
La buena música tiene la habilidad de relajar nuestra mente y
cambiarla de contexto. También contribuye a la configuración adecuada de
nuestro cerebro y probablemente, con la predisposición conveniente toque las
capas superiores de nuestra inteligencia.
Escuchar música y, en mucha mayor medida, tocar un instrumento,
reconfigura nuestro cerebro, pero lo reconfigura físicamente estableciendo
nuevas conexiones neuronales. Es decir, si comenzamos a tocar un instrumento y
perseveramos durante meses, pasado un tiempo, nuestro cerebro será distinto al
que era al iniciar el proceso.
La plasticidad del cerebro ha sido demostrada científicamente.
Por la misma razón, evite la música con sonidos simples y
repetitivos, tan de moda actualmente. Este tipo de música, por llamarla de
alguna manera, actúa sobre las partes más primitivas de nuestro cerebro
prácticamente hipnotizándolo, sin demasiados beneficios.
El orden exterior muestra el orden interior
Mantenga ordenado su lugar de trabajo y
su casa. Tenga accesibles únicamente las cosas que esté utilizando y las que
vaya a precisar para desenvolverse adecuadamente. Esto es válido tanto si está
cocinando como si está estudiando o realizando cualquier actividad.
Si es estudiante, retire de su mesa de
trabajo todas aquellas cosas que no hacen referencia a la materia concreta que
está estudiando, despeje su escritorio para que su atención se centre exclusivamente
sobre aquello en lo que trabaja.
Si trabaja en una oficina, no deje que
los papeles lo ocupen todo y no le dejen prácticamente espacio para trabajar. Esa
sensación de caos que transmite un puesto de trabajo desordenado influye en
nuestra estructura mental y contagia el sentimiento de descontrol a nuestra vida.
Para tener la sensación de controlar
nuestra vida, comience por controlar las cosas que posee, para qué sirven y donde
las coloca. Cuando las cosas físicas están en su sitio, siguiendo un orden
concreto, nuestra mente se centra más fácilmente.
Este consejo está relacionado con el de
tener pocas cosas, pues cuantas menos cosas poseamos más fácil será que estén
ordenadas. Deshágase, preferentemente donándolas o vendiéndolas, de aquellas
cosas que no le son realmente útiles.
Para saber si algo es útil o no, plantéese
cuantas veces lo ha usado en los últimos dos años.
Hay veces que nos es imposible
deshacernos de las cosas por razones sentimentales. Ese apego también es un
freno para el progreso personal. Este tema lo volveremos a tratar en el plano espiritual.
Redecore su vida
No es mala idea lo que nos sugieren algunos anuncios de televisión
acerca de redecorar nuestra vida, aunque nosotros debemos enfocarlo desde un
punto de vista menos superficial y hacer referencia a nuestro estilo de vida.
Aun así, de vez en cuando, no esta de más que cambiemos la
decoración de nuestro hogar, vendiendo o donando algunos objetos que nos atan
al pasado. Quizás eso nos ayude a cambiar por dentro.
En cualquier caso, si decide redecorar su vida, por su salud
física y mental, no lo haga en los grandes almacenes. Allí encontrará demasiada
gente.
Búsquese un hobby
En realidad, muchos de los consejos que
aquí se dan, están relacionados con los hobbies. Estamos proponiendo,
leer, escuchar música, visitar museos, viajar y conocer gente, es decir estamos
proponiendo que se busque un hobby, algo que le guste, que le llene, que le
haga sentirse pleno, puede ser el aeromodelismo o la pertenencia a una ONG para
salvar las focas o para disminuir el hambre en el mundo.
Puede ser el fútbol, el baloncesto, o los
bailes de salón, tanto como meros espectadores o como participantes. Se trata
de encontrar una actividad que esperemos con ilusión y que se repita con cierta
periodicidad.
Como decimos siempre, se trata de tener
una, o mejor, muchas ilusiones.
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