Burocracia: Palos en las ruedas (y III)
Otro ejemplo de ley útil es la MIFID en todas sus versiones, o ley de protección del inversor. Esta ley ha multiplicado el papeleo en los bancos y la cantidad de documentos a firmar (incluido el de la ley de protección de datos). Ahora que el BCE se ve obligado a subir los tipos de interés por la alta inflación y que dentro de poco los bancos recuperarán los depósitos, como se nos ocurra contratar uno en una oficina, comprobaremos la cantidad de documentos que hay que firmar. Lo malo es que entre todos esos papeles nos será muy difícil encontrar lo que realmente nos interesa: el tipo de interés al que hemos contratado el depósito y la fecha de vencimiento. Si se hace por Internet, los papeles desaparecen pero no así la cantidad de documentos que tienes que descargar. En realidad, toda esa enorme cantidad de documentación no protege al inversor, porque nadie puede leer todos los papeles que firma. A quien protegen es al banco porque entre todos esos papeles se describen toda...