Unos lagrimones como la Peña de Francia


He leído ya en distintos medios, varios artículos y comentarios en las redes sociales que hablan bien del actual alcalde de Madrid. Lo más curioso del asunto es que algunas de las opiniones vertidas provienen de adversarios políticos.

Cuando oigo que gente de ideologías contrarias a un político, habla bien de él, se me caen unos lagrimones como la Peña de Francia. Y es que estamos tan poco acostumbrados a que un político de primera división suscite apoyos de la gente de su cuerda y de la contraria, que cuando ocurre algo parecido, emociona.

Se habla de él como del nuevo Tierno Galván, de grato recuerdo para los madrileños (supongo que no para todos, claro). Se menciona su calidad humana: dicen que le han visto realizar tareas sociales, ojo, sin cámaras de televisión delante. Si esto fuera verdad, sería impresionante: un político que no hace las cosas de cara a la galería. Que no está permanentemente en campaña.

Y si encima se preocupa por sus ciudadanos y por la gestión de los asuntos de la ciudad intentando llegar a consensos con los partidos de la oposición para mejorar la calidad de vida de TODOS los madrileños, será la leche.

Si todo lo que he oído es verdad, ya puede andarse con ojo porque esto es España, y cualquier día le pega una puñalá trapera alguno de sus amigos más entrañables que piense que puede adquirir excesiva notoriedad y convertirse en un problema para gente importante.

Reconozco que yo, bien informado no estoy. Mi estado de desinformación es voluntario puesto que lo que nos ofrecen los medios (coronavirus, crisis económica y riñas de políticos, como ya dije en el post de la semana pasada), es bastante deprimente. Pero aún así, aún intentando vivir en la inopia, es imposible permanecer al margen, y de algo te enteras, así que, si es verdad lo que he leído y lo que he oído, el alcalde de Madrid parece estar gobernando para todos los madrileños y no solo para los que le votaron.
Parece que ésta sería su obligación, ¿verdad? Que un candidato que hace campaña por un determinado partido y es elegido para un puesto político, desde ese momento es el alcalde, presidente o lo que sea, de todos los ciudadanos y debe procurar el bienestar de TODOS los gobernados por el cargo que ocupan. TODOS sin olvidarse de uno solo. Sin embargo, desgraciadamente, no es así.

Naturalmente estoy hablando de los políticos que podríamos llamar de primera división, presidentes, ministros, consejeros, alcaldes de grandes ciudades, etc. Entre los políticos de “segunda división”, que no quiere decir que sean de calidad inferior, ni muchísimo menos, si no que su gestión afecta a menos personas, hay muchos más que están comprometidos con sus ciudadanos, seguramente porque en el fondo, no tienen unas ambiciones políticas desmedidas y porque obtienen toda la satisfacción que necesitan con el bienestar de sus convecinos.

Me consta de la existencias de alcaldes de pequeños pueblos que se desviven (sin cobrar ningún sueldo) por sus conciudadanos. Y como compensación muchas veces no obtienen más que broncas y disgustos, porque gobernar nunca ha sido fácil, y lo que puede beneficiar a la gran mayoría puede provocar perjuicios a una minoría, y aún intentando ser justos y compensar a los perjudicados, muchas veces éstos, con razón o sin ella, no se sienten compensados.

¿Os imagináis políticos así en los grandes puestos de responsabilidad del país? Gente que procurara el bienestar de todos, empezando por los desfavorecidos y siguiendo con los demás, gente que llegara a acuerdos con el gobierno y la oposición para poner en marcha una ciudad o un país.
Gente que se rodeara de los mejores asesores, de los más competentes, en vez de limitarse a colocar en los puestos de confianza a cuñaos, amiguetes y otros como pago a favores previos o previendo favores futuros. En vez de dedicarse a desarrollar políticas que favorecen a colectivos que le han impulsado hacia arriba, en vez de estar criticando continuamente a la oposición o el gobierno, en vez de dejar pasar cuatro años preparando la campaña siguiente porque lo único realmente importante son las elecciones venideras, en vez de…

¿Os imagináis políticos así? A mí, imaginándolos se me saltan unos lagrimones como la Peña de Francia.

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