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Cuentan que un brillante directivo, de esos que se zampan un par de empleados para desayunar como el que se desayuna un par de magdalenas, celebrando la Nochebuena bebió más de la cuenta. Naturalmente, solo vinos muy caros y licores exclusivos pero que a la hora de emborrachar, lo hacen con tanta eficacia o más que los vinos y licores plebeyos. Pues bien, fruto de la copiosa cena y del abundante alcohol ingerido se sumió en un sueño agitado y lleno de pesadillas. En una de esas, vio como se le acercaba alguien a los pies de su cama y después del susto correspondiente y tras intentar calmarse le preguntó quien era.   - Soy el Espíritu de la Navidad -respondió el espectro.   - ¿Qué coño quieres de mi?   - Solo mostrarte algo Inmediatamente se vio volando por una ciudad que no reconocía pero que al final identificó como Madrid al sobrevolar la plaza de toros de las Ventas. Era difícil porque apenas había coches en las calles y los que había eran bastante antiguos....

(si alguien consigue leer hasta el final del post, me quedo loco) No sé si somos conscientes de los dependientes que nos hemos hecho de las máquinas. Las usamos ya de manera automática sin darnos cuenta y sin reflexionar en qué ocasiones podríamos prescindir de ellas.  En las ciudades, por ejemplo, nos hemos acostumbrados al uso del ascensor sin pensar si en algún momento podríamos prescindir de él.  Si nuestra salud es buena y vivimos en un primero o en un segundo podríamos perfectamente evitarlo. Y si vivimos en un octavo podríamos subir hasta el sexto en ascensor y de ahí a patita, por ejemplo.  Así que dedicaré unos párrafos a esta máquina cotidiana en la que probablemente no hayamos reparado. Por ello he hecho unos sencillos cálculos y así estimar lo que nos cuesta usar un ascensor, tanto en términos ecológicos como económicos.  Así que he buscado en Internet y he visto que hay una múltiple variedad de motores eléctricos de ascensores pero po...