Buscando vida inteligente en… la Tierra


Muchos habréis oído hablar del proyecto SETI, (Search for ExtraTerrestial Intelligence, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) que inició la NASA allá por los años 70 del siglo pasado y que aún continúa con resultados no muy satisfactorios (aunque no hace mucho se ha detectado una señal procedente de un planeta de nuestra estrella vecina Próxima de Centauro que parece candidata a ser una señal de los colegas extraterrestres). 


Yo propongo desviar los esfuerzos de este proyecto a la búsqueda de vida inteligente en la Tierra. Mucho me temo que se obtendría unos resultados similares, e incluso inferiores a los obtenidos hasta ahora en el espacio exterior. Y es que al menos, de vez en cuando, se ha observado alguna señal de que por ahí fuera podría haber seres inteligentes, pero todo parece indicar que las señales de inteligencia procedentes de la Tierra sean cada vez más escasas y que, siguiendo a este ritmo, dentro de poco solo se observará el silencio más absoluto


¿No me creéis? A las pruebas me remito:

Hay un señor que se fuma un porro en público y sube el precio del hachís, tal es la influencia que tiene ese individuo sobre las masas y tal es la inteligencia media de las masas. Bueno quizás estoy exagerando en lo del precio del hachís, pero no lo he hecho ni en lo del porro ni en su influencia.

Y cada vez que dice algo en las redes sociales o hace algo, se revoluciona todo.

Lo último fue comprar 1.500 millones de dólares en bitcoins, a través de su empresa. 

1.500 millones de dólares para él o para su empresa es como si nosotros nos gastamos 20 eurillos en la lotería de Navidad. Si toca, toca, y si no, a otra cosa, mariposa.

Naturalmente, estamos hablando del señor Musk, el fundador de Tesla y otras empresas exitosas.

El caso es que la peña ha ido como loca a comprar bitcoins y que, como consecuencia de la iniciativa de Musk, se revalorizó un 17% ese mismo día y sigue subiendo desde entonces, llegando a cambiarse un bitcoin casi por 55.000 dólares (cambio 19 feb 2.021 18:20 UTC: 54.771,50 dólares). Un centimillo de bitcoin vale hoy la friolera de 452 euros. 


En el 2.010 se pagaron dos pizzas con 10.000 bitcoins. Haced la cuenta para saber cuanto les costaron las pizzas al interfecto, que probablemente en estos instantes esté dándose cabezazos contra las paredes y vomite cada día, al menos dos veces, las pizzas que se comió hace once años.


Pero analicemos racionalmente (dentro de lo que se pueda) el fenómeno del bitcoin. Para empezar el nombrecito puede parecer sofisticado y futurista pero si lo traducimos al español paladín sería algo así como moneda de bit, lo cual resulta bastante más prosaico y poco original, llegando incluso a la conclusión de que esforzarse, más bien se han esforzado poco con el nombre. Sobre todo teniendo en cuenta que un bit es una medida de información y que solo nos dice si sí o si no. Es decir, un bitcoin es una moneda que sí o que no.


Luego vayamos con su inventor, que permanece en el más oscuro anonimato, no se sabe si por vergüenza ajena (lo mismo piensa, “madre mía la que he liao, no me podía imaginar que mis congéneres fueran tan tontos”) o por miedo. Lo del miedo es al fisco correspondiente de su país, pues tendría que pagar la hueva de impuestos por el incremento en su patrimonio provocado por los bitcoins.


Así pues, este señor inventor del bitcoin, que sin duda es un individuo brillantísimo y con conocimientos informáticos y otros del copón, pensó, quizás con buena intención, inventar una moneda que estuviera fuera del control de los oligarcas financieros del mundo y que desplazara parte de su poder y riqueza hacia la gente. 

Para que sus bitcoins fueran dinero fiable debía ser controlado (limitado en número), y no replicable, es decir que no cualquiera pudiera hacer una fotocopia del billete y liarla.

¿Y cómo lo hizo? Primero haciendo que no hubiera billetes y que residieran en ordenadores. Pero con lo fácil que es hacer una copia idéntica de un fichero en un ordenador ¿cómo evitar que el dinero de bit se replique? Aquí es donde el inventor demostró toda su inteligencia y conocimientos matemáticos e informáticos. Simplificando enormemente (porque el tema es complejo y yo no lo entiendo), el caso es que el dinero está encriptado (es decir, inaccesible para el que no conoce la palabra clave -hay gente que no recuerda su clave y ha perdido cientos de miles de dólares-) y replicado en muchos ordenadores con una tecnología que llaman blockchain, de tal forma que hacer una trampa en la contabilidad total del bitcoin es prácticamente imposible. 


Pero eso es básicamente un bitcoin: información repartida en miles de ordenadores o dicho de otra forma, unos y ceros almacenados en las memorias y los discos de los ordenadores. 

Entonces ¿por qué se le da tanto valor? porque la gente cree que tiene valor, eso es todo.

¿Y cuanto valen realmente? Nada


En realidad todas las monedas funcionan un poco así. Un billete de 50 euros tiene valor porque cuando se lo damos al del supermercado, él cree que tiene valor, comprueba que es un billete auténtico emitido por el Banco Central Europeo y nos deja que nos llevemos las cosas. Sin embargo hay una diferencia importante: el Euro o el dólar está respaldado por el BCE o la Reserva Federal de Estados Unidos, que representan el compromiso público de grandes estados, con enormes recursos a su alcance, para garantizar que ese billetito de papel vale lo que dice.


En el caso del bitcoin y el resto de las monedas digitales, que llaman criptomonedas por estar encriptadas, no hay nadie que las respalde salvo la credulidad de la gente y ahí está la gran diferencia y... el gran problema.


Por otra parte, debido a su opacidad y facilidad de traspaso, las criptomonedas se han transformado en un mecanismo utilísimo para la delincuencia organizada, así pues, seguramente el inventor del bitcoin, si tenía algún objetivo altruista, se habrá visto completamente decepcionado.


Hay una cosa más en contra de los bitcoins, y es que hay tantos ordenadores buscándolos y verificando las transacciones (minería de bitcoins lo llaman) que todos ellos juntos consumen tanta electricidad como un país mediano. La tontería esta nos viene al pelo en este momento que estamos a ver si no nos cargamos demasiado rápido el planeta. 


¿Demuestra esto o no que la inteligencia media de la masa tiende a cero con el paso del tiempo?

Eso no significa que no haya personas inteligentes que compren bitcoins sabiendo que no son nada y los vendan llevándose una pasta significativa. Lo malo es aquel que los compra pensando que son algo y que algo los respalda, porque puede ser que repentinamente se conviertan en nada. Bastaría, por ejemplo, que un espabilao que se encuentre aburrido, descubriera un mecanismo para hackear todo el sistema por muy distribuido que esté y por mucho que nos vendan que eso no es posible. Un buen virus y apañao.


Me diréis que no hay mucha diferencia con respecto a otros activos. Ya pasó con los tulipanes en Holanda en el siglo XVII, o pasa con algunas acciones en los mercados de valores. Cierto, pero ¿saben todos los que compran bitcoins que están comprando tulipanes?


Voy a lanzar mi propia moneda, la OvejeraPelana (OVP por sus siglas financieras) y la voy a dar un valor de 100 euros, por decir algo. Si consigo que todos crean en la OVP, aparte de hacerme muy rico, la propia bola de nieve se sostendrá a sí misma y, al final, habría mucha gente que, teniendo mogollón de OVPs, mataría físicamente para que la moneda conserve y, a ser posible, incremente su valor.  


He dedicado tanto espacio al bitcoin (las criptomonedas en general) para demostrar la inteligencia tendente a cero de la masa humana que no me ha quedado espacio para más ejemplos o... quizás sí.

Uno breve para reflexionar: Tenemos en España a miembros del Gobierno de la Nación que critican duramente el sistema. ¿A alguien le queda todavía la suficiente inteligencia para darse cuenta de que ELLOS son el sistema?


Ahí lo dejo. Si quereis opinar, hacedlo en los campos de comentarios de abajo. Lo de la ausencia de inteligencia, a la que dedico el post, es un recurso amarillista, y está un poco exagerado. No lo toméis al pie de la letra, porque no pretendo ofender a nadie ni ponerme en un nivel superior juzgándolo (Siguiente Nivel). 

Creo sinceramente, a la luz de los acontecimientos que vemos cada día, que cuando menos, la mayoría de la gente somos cada vez menos reflexiva y nos creemos lo que dice cualquiera. 

Siempre invito a informarse en distintas fuentes y a cuestionarlo todo, incluso lo que acabáis de leer. 


Sin embargo, lo que parece un hecho, según algunos estudios, es que el pico de inteligencia humano se pasó hace décadas y que vamos hacia una inteligencia decreciente en un proceso que, sin duda, será acelerado por los móviles, los videojuegos, la televisión y las redes sociales en general. 

Mal momento para hacernos más tontos, justo cuando los ordenadores, con su inteligencia artificial, se van haciendo cada vez más listos.


Alea jacta est.


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Nota del autor: lo he pensado mejor y esta forma de acabar el post no ayuda a los objetivos del blog. No, porque parece señalar un futuro sin esperanza y, para quitarnos la esperanza, ya tenemos a los medios.

Aún hay tiempo, siempre lo hay mientras se está vivo. Luchemos por un mundo mejor, más humano, sabio y respetuoso. Usemos la potencia de las redes sociales no para distraer o insultar, sino para concienciar de los peligros y buscar JUNTOS las soluciones

Aún somos más, es sólo que hacemos menos ruido.


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de Siguiente Nivel. Si se parecen a alguno de los tuyos, 

ayuda a su difusión, compartiendo, comentando 

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Las ideas aquí expuestas no tienen porque estar en lo cierto. 

Son solo una visión de la realidad. Es poco probable que alguien se encuentre 

en posesión de la verdad, por eso Siguiente Nivel es una invitación a que 

cada uno desarrolle su propia verdad a través del estudio y la reflexión.



Comentarios

  1. Que pena ... vamos corriendo hacia el precipicio
    Como te decía , si parece que cada vez la inteligencia humana cada vez es menor y como bien dices justo en estos momentos que tanta falta hace.
    Las redes sociales no ayudan precisamente , mas bien lo contrario, atocina a las masas ( es mi opinión, y ojalá me equivoque) pero me temo en nuestros la globalización que transita con el individualismo nos atrofia como especie y el futuro que nos espera no tiene buena pinta.
    He empezado una miniserie británica” years & years” que va un poco de todo esto, un mundo distico entre 2020 y 2034, donde trump revalida el segundo mandato las feaks son de lo más habitual , hay peña transhumana en fin una alegria de vivir...

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    1. Gracias, JRR por tu comentario. Realmente me has hecho reflexionar y he cambiado el final del post. Creo que no debemos sucumbir a la desesperanza. Siempre habrá algo que podamos hacer. Para empezar, transformemos la amenaza de las redes sociales en una oportunidad, la de organizarnos y parar este sin sentido que parece dominar el mundo. Que sean un nstrumento del progreso y no del retroceso.

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  2. Cierto, mejor ser positivo y sin duda seguro que las redes sociales tienen aspectos buenos.

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  3. Cierto, mejor ser positivo y sin duda seguro que las redes sociales tienen aspectos buenos.

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