Subcontratando I
Los hermanos Álvarez, Arturo y Vicente, alcaldes de Villarriba y Villabajo respectivamente, estaban reunidos tomando una copa de vino en el despacho de Vicente, en el ayuntamiento de Villabajo. Habían concluido una de las muchas reuniones de trabajo para seguir la colaboración entre los dos pueblos y Vicente ofreció una copa de vino a su hermano que éste aceptó con gusto conociendo la calidad de los vinos de Villabajo. La conversación, después de las duras negociaciones previas con sus respectivos equipos, derivó hacia temas más triviales.
Arturo, el alcalde de Villarriba, le preguntó a su hermano:
¿Sabes a quien vi antesdeayer, cuando salía del hotel en el que me hospedo aquí en Villabajo?
Ni idea
A Luis González, nuestro compañero de octavo de Básica
No caigo -dijo Vicente
Sí, hombre. Ese tipo listo y majo. Simpático, que además tenía mucho éxito con las chicas...
Vicente parecía dudar y Arturo añadió
Ojos azules
La luz pareció hacerse en el cerebro de Vicente
¡Ah! sí, claro. Luisgon
Exactamente, Luisgon
¿Y que ha sido de él?
Pues estaba de jardinero del hotel
¿De jardinero? Si parecía que iba a comerse el mundo.
Sí, pero, ya ves… Sabes que fue muy amigo mío -dijo Arturo- así que quedé luego por la tarde con él para tomar unas cervezas y me contó su vida.
Pues cuenta, cuenta. Tengo curiosidad por saber como un tío listo, trabajador y espabilao como él ha acabado de jardinero.
Bueno, debo empezar diciendo que él está feliz y que le gusta su trabajo. Me confesó que le gusta más hablar con sus flores y plantas que con los hombres, pero que el trabajo de jardinero es lo más que ha podido encontrar en Villabajo y aún así se da con un canto en los dientes
¿Pero no hizo varias carreras? -preguntó Vicente
Efectivamente, primero terminó la carrera de Magisterio y luego hizo Ingeniería Informática.
¿Y nunca llegó a ejercer?
Sí, claro. Se colocó en una de vuestras grandes empresas, en una típica que era empresa pública y que transformásteis en privada. Allí desarrollaba software de geolocalización mucho antes de que Google Maps existiera. Sus algoritmos eran avanzados para la época y era valorado dentro de la empresa.
¿Entonces, qué pasó? -preguntó Vicente
Lo que suele pasar en estos casos: Luisgon era eficiente y tenía grandes conocimientos así que le pusieron a liderar un equipo.
Ya, el principio de Peter… todo individuo llega en una organización hasta el puesto de su máxima incompetencia -dijo Vicente.
No en este caso. Luisgon demostró ser competente en ese puesto. Seguía haciendo lo que le gustaba y dirigía el equipo con eficacia. Sus proyectos se ejecutaban con calidad y en menos tiempo del previsto. Además su gente le adoraba. Era el típico líder que consigue que sus subordinados se dejen matar por él.
No entiendo nada. Si todo iba tan bien, ¿qué pasó?
Cuando un líder consigue hacer que sus chicos se dejen matar por él es porque él ha demostrado que se mata por sus chicos, y eso es lo que pasó. En la empresa en la que trabajaba, los jefes estaban más preocupados por sus prebendas que por el progreso de la empresa. Perdóname, Vicente, pero vamos..., la típica empresa de Villabajo.
Ya estamos -dijo Vicente- Siempre te estás metiendo con nosotros.
Sí, pero lo hago desde el cariño. Intento que veas lo evidente. ¿Es que aún no sabes por qué las empresas de Villabajo se quedan estancadas, mientras que las nuestras en Villarriba se comen el mundo y con sus impuestos llenan las arcas de nuestro ayuntamiento?
Sí, pero dímelo, me gusta oírlo de tus labios -dijo con ironía Vicente
Arturo sonrió
Y sabes que yo disfruto diciéndotelo. Pues bien, vuestras empresas, digamos privado-públicas, no prosperan porque no las montáis para que hagan negocio, sino para que vuestros amigos, los amigos del poder, y sus hijos se coloquen allí cobrando un buen sueldo por no hacer nada... o peor, para impedir que los tipos como Luisgon trabajen como saben.
Bueno, no te enrolles y dime qué pasó con Luisgon.
Pues nada, que el jefe de Luisgon le dijo que debía despedir a uno de sus chicos y poner en su lugar a un recomendado.
Lo veo venir -dijo Vicente- Luisgon se negó.
Efectivamente, Luisgon era un tipo íntegro que apreciaba a su gente y dijo a su jefe que él no iba a despedir a nadie. Se negaba a elegir a uno de su equipo para ser despedido sin motivo. Todos ellos eran trabajadores y competentes, él mismo los había elegido y su equipo funcionaba como un reloj.
Ah, Luisgon no supo torear la situación -dijo Vicente
¿Qué debería haber hecho según tú?
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