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Mostrando entradas de agosto, 2017

Revisando los objetivos

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Pronto hará 3 meses que Siguiente Nivel publicó su primer post. Ya tiene más de 20 publicaciones, a un promedio de una o dos a la semana. Me hubiera gustado, por vanidad personal, naturalmente, que desde la primera de ellas su éxito hubiera sido viral. La vanidad es una cualidad muy humana que ha impulsado grandes hazañas y también grandes vilezas y es, en cualquier caso, un buen mecanismo de motivación debido al alto componente social con el que está programado el cerebro. Alcanzar el respeto y la admiración de otros, incluso la envidia, por el camino que sea, es siempre un impulso por el que se lucha permanentemente y que explica bastantes comportamientos humanos. Siento cierta envidia de esas páginas con cientos de miles de seguidores, aunque también me abruma la responsabilidad que eso implicaría, así que casi prefiero el éxito discreto de unos pocos seguidores (¡gracias a todos ellos!). Pero hay una razón más noble por la que desearía más seguidores, y es que si m

Generalizando...

No hace mucho recibí un wasap (de esos virales) que comenzaba diciendo que casi todos los yihadistas detenidos en España cobraban algún tipo de ayuda pública y a continuación daba detalles con nombre y apellidos de alguno de ellos. Lo reenvié a otro grupo y alguien pensó que podía ser interpretado como una crítica a la inmigración y que no era bueno que ese tipo de mensajes circularan por la red. Y, puesto que tenemos una tendencia innata a generalizar, este amigo tiene razón. Ante mensajes así, en vez de sacar la conclusión de que tenemos un sistema de protección social injusto que da ayudas a quienes no las necesitan o no las merecen y deja sin ellas a quienes las necesitan y que por tanto hay que mejorarle, otra gente podría sacar la conclusión, en el contexto de los últimos atentados, de que todo el colectivo musulmán, o incluso los inmigrantes en general, es culpable  (y eso que el mensaje habla de yihadistas, es decir, de una mínima parte de los musulmanes que defienden la gue

Todos con Barcelona

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Cada vez que estalla una guerra, cada vez que se comete un atentado, cada vez que se produce una muerte violenta en el mundo, el género humano en su conjunto da un paso atrás y se aleja del siguiente nivel, un nivel en el que TODOS remamos en la misma dirección para el progreso de TODOS. Cuando la violencia estalla cerca de nosotros, en calles por las que hemos pasado, en lugares donde vive gente que conocemos y apreciamos, puede que el miedo, la desconfianza e incluso el resentimiento anide en nuestros corazones. Sin embargo, no hay que perder la esperanza de que más pronto que tarde, el ser humano se dé cuenta de que la violencia NO es el camino. NUNCA es el camino. En homenaje y solidaridad con las víctimas del atentado de Barcelona y sus familiares. Estamos con vosotros. Ojala pudiéramos hacer por vosotros algo más que dedicaros estas palabras…

Ruido, ruido, ruido

Hay un concepto físico bastante interesante y que es usado profusamente en ingeniería de telecomunicaciones. Se trata de la relación señal-ruido. Este concepto mide la capacidad del receptor de reconstruir un mensaje que ha atravesado un medio. Si la relación señal-ruido es alta es fácil reconstruir el mensaje original, en cambio, si es baja, la probabilidad de reconstruir el mensaje original disminuye. Haciendo su extrapolación a la historia de la humanidad, vemos que aún sin saberlo, este concepto ha sido usado habitualmente por los poderes fácticos. Evidentemente los poderes siempre han estado interesados en que los mensajes que cuestionen su autoridad, o simplemente el statu quo de cada época, no lleguen a los gobernados. Usando la relación señal-ruido, tendríamos dos formas de evitar que determinados mensajes lleguen al receptor. El primero es manipulando la señal, el segundo es aumentado el ruido. En el pasado, la capacidad de llenar de ruido una sociedad era muy limit

Turismo responsable

He pasado unos días en el norte de España huyendo de las cada vez más intensas y duraderas olas de calor que el inexistente (según algunos) cambio climático propicia en el centro de nuestra península. He tenido un éxito rotundo porque allí las temperaturas han sido entre 12 y 14 grados inferiores y me ha estado lloviendo casi todos los días. El paraguas ha sido compañero permanente en mis excursiones. Un alivio, la verdad. Aun así, todos los lugares estaban a rebosar de gente (excepto las playas, hecho que he aprovechado para pasear tranquilamente por ellas). Apenas se podía andar por los pueblos y ciudades y no digamos intentar cruzarlos en coche. Aproveché para ver lugares escondidos, a los que hay que llegar con un poco más de esfuerzo y como la climatología no acompañaba estaban razonablemente solitarios, por lo que disfruté enormemente de ellos. Ví paisajes de esos que te ensanchan el alma y que son tan típicos del norte de España incluso en verano. Lo que también vi

¿Otra conspiración?

No creo que haya ninguna conspiración para volvernos a todos idiotas y consumamos productos y servicios que no necesitamos. Lo que sí que es cierto es que a ningún sector económico le interesa un consumidor pensante, básicamente porque un consumidor pensante consumiría más bien poco. O ¿es que le interesaría al sector del refresco que el consumidor reflexionara sobre la necesidad de consumir básicamente agua con azúcar, un poco de aroma y un colorante, o al sector de la restauración que los consumidores hicieran los experimentos culinarios en su propia cocina, o al sector farmacéutico que hiciéramos ejercicio y cuidáramos nuestra alimentación, o al sector del ocio que disfrutáramos con placeres simples? Y es que quien más y quien menos trabaja (si tiene la fortuna) en alguno de esos sectores de la economía y no les gusta que jueguen con el pan de sus hijos. Por tanto, un consumidor consciente no nos interesa a nadie. De hecho, la sociedad, a través de los medios, la publicid