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En la noticia del enlace se habla de una nueva tecnología: el bombardeo de protones que cura los tumores más escondidos Me gustaría saber por qué nuestros políticos no hablan de los avances médicos de los que se disfrutan en otros países y no en el nuestro y de como conseguir financiación para implantar estas nuevas tecnologías en nuestra sanidad. Me pregunto porque siempre tenemos que ser de los últimos en las cosas buenas. ¿Será que nos entretenemos con los cantos de sirena s y la lavandería de trapos sucios con los que se inundan las noticias? ¿Y si nos centramos en lo realmente importante? ¿Y si nos unimos frente a los grandes enemigos comunes, la enfermedad, la pobreza, el cambio climático, la contaminación, .... en lugar de enfrentarnos entre nosotros? Dicen que Bismark dijo esta frase: «Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a si misma y todavía no lo ha conseguido» Lo mismo es verdad. ---- Es

Llega la Navidad con sabor a mazapán … Adoro la Navidad. Esa época en la que todos queremos ser mejores de lo que somos, hacemos balance del año que se acaba y nos proponemos nuevas metas, mucho más ambiciosas, para el que viene. Cuando se acerca la Navidad, los comerciantes, siempre preocupados por nuestro bienestar, presionan a los ayuntamientos para que las luces de Navidad alegren nuestros corazones cuanto antes, a ser posible nada más comenzar el otoño. Las amas de casa, hartas de pasarse el tiempo en la cocina, reciben en esta época tanta ayuda, que ellas pueden descansar tranquilamente mientras el resto de la familia prepara las comidas y cenas. Los cuñados y hermanos, las suegras y las nueras, los suegros y yernos, peleados durante todo el año por pequeñas cosas sin importancia, como herencias o similares, aprovechan esta época entrañable para hacer las paces durante la cena de Nochebuena. Todos se abrazan e incluso se ve asomar alguna lagrimilla que otra.

Si fuéramos absolutamente racionales, me temo que algunos sectores de la economía sufrirían lo suyo. Tomemos por ejemplo el consumo de azúcar e intentemos racionalizarlo. Si se dice que la especie humana tiene una antigüedad de unos 100.000 años, el consumo de azúcar refinado en cantidades significativas debe ocupar como mucho los últimos 100. Antes, y dado que el azúcar en el estado que lo ingerimos ahora, no se encuentra fácilmente en la naturaleza, su consumo era residual, cuando no inexistente. Por tanto, parece razonable pensar que todo el aparato digestivo y el cuerpo humano en general no estén diseñados para ingerir azúcar de esta manera. He aquí el primer argumento racional en contra del consumo de azúcar. El segundo es que con el azúcar ingerimos muchas calorías sin ningún esfuerzo (casi sin masticar y sin darnos cuenta) y de ahí la epidemia de obesidad que azota las sociedades desarrolladas. El tercero es que parece estar demostrado que cuando se consume a