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Mostrando entradas de enero, 2018

Y de las pensiones, ¿qué?

Pues de las pensiones, no sabemos. O sí. Sabemos que cada vez son más las personas que tienen o tendrán derecho a una pensión y cada vez son menos los trabajadores en activo que pueden contribuir a pagarlas. Y no es solo que los trabajadores en activo sean menos, sino que ganan menos cada vez, con lo cual su contribución a la Seguridad Social es consecuentemente menor. A este respecto, resulta curioso que durante la crisis la relación entre el trabajador medio de una empresa y el primer ejecutivo de las empresas del IBEX haya llegado a ser de 112 veces (año 2.016) frente a 84 en el 2.014. Y 207 veces si lo comparamos con el salario menor ( ver enlace adjunto ). El tema de la desigualdad social abre otro debate infinito y en este post queríamos centrarnos en las pensiones. Ciertamente con los prolegómenos anteriores, tenemos un problema. Y eso que la generación del baby boom aún no ha comenzado a jubilarse y comenzará a hacerlo en los próximos años. Cuando todas estas pe

Aburriendo a las momias

Me dice un buen amigo (soy afortunado de tener tantos buenos amigos), que mis posts aburren a las momias. Dándole vueltas a la cabeza, he pensado que lo mismo esa es la razón por la que tengo tan pocos lectores. Él me sugiere que cuente historias  más atractivas, con personajes al estilo de las antiguas fábulas en las que el lector, por su cuenta, saca sus propias moralejas. Yo creo que el problema es el título de este blog: Siguiente Nivel, y sus objetivos: reflexionar sobre cosas serias. Es difícil ser ameno sobre que este planeta se va a la mierda debido a la codicia de sus dirigentes o que la gente pasa necesidades por la ineptitud de los políticos. Aún así, seguro que hay una forma de ser ameno en estos temas, como la idea de la fábula, pero yo, ahí, no llego. Un ejemplo es el tema que me gustaría abordar esta semana: Ignoro la forma de ser ameno. Me limitaré a contarlo y que salga el sol por Antequera. Se trata del accidente en el que ha muerto un joven matrimo

Sólo los ricos podrán curarse

Leyendo la noticia que podéis ver siguiendo este enlace , se me plantea un importante dilema ético que me gustaría compartir con vosotros. La noticia habla de los desorbitados precios (850.000 dólares) que cuestan los medicamentos para curar determinados tipos de ceguera. No me gustaría ser ejecutivo de una empresa farmacéutica para no tener sobre mis hombros la responsabilidad de tomar la decisión de cómo se comercializa el producto. Por una parte, tendría que tener en cuenta que los accionistas han invertido mucho dinero, probablemente durante mucho tiempo, para obtener un producto del que se le pueda sacar beneficios. Por otra parte habrá muchas personas afectadas a las que el medicamento podría ayudar pero al que no podrán acceder porque no poseen tamaña cantidad de dinero. El problema de las enfermedades raras es ése. Las farmacéuticas no invierten recursos en buscar soluciones para ellas, porque es difícil obtener rentabilidad cuando afecta a muy pocas personas.  Y si lo

Cortoplacismo

Retomamos la vocación ecologista de la página con una reflexión sobre las miras de corto plazo de la sociedad actual. No hace mucho, la empresa de mayor valor de todo el mundo cayó un 3 % en una sola sesión de bolsa porque las previsiones de ventas para su último modelo serán inferiores a las inicialmente estimadas. Esta empresa, que no mencionaré, tiene un valor en bolsa de 488.000 millones de euros. Para que nos hagamos una idea de cuanto dinero es eso, basta con que sepamos que el PIB de España, es decir, el conjunto de la producción de bienes y servicios durante un año, es poco más del doble. La caída del 3% de esa empresa en bolsa significa 15.000 millones de euros. ¿Que no se podrá hacer por 15.000 millones de euros?. Yo diría que cualquiera, haría cualquier cosa. Esto significa que la mayor parte de las grandes empresas no tiene otro remedio que seguir en su loca carrera de huida hacia delante y aumentar trimestre tras trimestre sus ventas para no ser castigadas en bolsa.