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Mostrando entradas de junio, 2019

Otro grave problema y nosotros,... a por uvas

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Hacía tiempo que no iba a un restaurante de comida rápida, los típicos donde comer hamburguesas y patatas. El otro día pase por delante de uno y vi desde la calle que habían colocado unas máquinas para hacer el pedido. No es que estos restaurantes generen trabajo de calidad, pero al menos generaban trabajo. Ahora, el cliente se hace su propio pedido en las maquinitas y así se quitan a un empleado que lo haga. Por si fuera poco, las máquinas se encargan de que la caja siempre cuadre. Las máquinas ni se ponen malas ni tienen un día malo, jamás protestan, etc, etc. Todo ventajas. No hacen más que repetirnos que las nuevas tecnologías acabarán con muchos trabajos pero que crearán otros nuevos y ponen múltiples ejemplos que ya ocurrieron en el pasado. Es posible que los conductores de diligencias fueran sustituidos por conductores de autobuses, pero me temo que las comparaciones no serán válidas en esta nueva revolución tecnológica. Está claro que están surgiendo nuevas profesiones

Se separaron por incompatibilidad de caracteres

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A mí al menos, me resulta curiosa una de las características de la personalidad colectiva del ser humano. Me refiero a su gusto por la crítica. A todos nos encanta criticar. Si somos futboleros, sabemos exactamente porqué nuestro equipo no está funcionando. Durante un partido de fútbol, sabemos a quién hay que sacar y cuando. Nos resulta evidente. ¿Cómo el entrenador no puede darse cuenta? Porque es un inútil, obviamente. ¿Y qué decir del árbitro? O se equivoca continuamente cuando pita en contra o es un comprao. No hay alternativas. O dicho de otra forma, creemos que, de nuevo, el árbitro es un inútil incompetente o en su defecto, un corrupto. Bueno, bueno, si nos metemos en política, no hablemos más. ¿Quién no ha criticado alguna vez a un político? ¿quién no le ha llamado inútil, incompetente (por ser educado, porque los calificativos que se oyen…)? ¿quién no ha visto evidente que si se siguen haciendo las cosas de la misma manera vamos directamente a la miseria, convirtiendo el

La maldición de la abundancia

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Recuerdo con ternura aquellos días de Reyes de mi infancia en los que, como por arte de magia, aparecían regalos que llenaban de colores, sonidos y luces las mañanas de cada seis de enero. Un año, un coche teledirigido, otro un balón de reglamento (los balones no eran ni de fútbol ni de baloncesto, los buenos, eran de reglamento), otro un Electro-L, incluso alguno una pistola de pistones (y, aunque parezca increíble, no por ello me parece ser especialmente violento o agresivo), etc, etc. La ilusión que me hacían sentir, aún permanece de alguna forma en mi memoria. Recuerdo que, como generalmente al día siguiente había que ir al colegio, estaba impaciente por llegar a casa y seguir jugando con aquel regalo aparecido milagrosamente. Reconozcamos que no todo era bueno: las pilas se gastaban en el momento más inoportuno y se maldecía al inventor (que luego me enteré se llamaba Volta) por haberlas hecho que duraran tan poco (en aquellos tiempos, ni eran tan asequibles como aho

Basta ya de hipocresía

El otro día escuché por casualidad una especie de tertulia en la radio en la que uno de los participantes tenía toda la pinta de ser un niñato pijo y, aunque parezca un contrasentido, decía ser de izquierdas.  Pues bien, en un momento dado afirmó que él no era materialista . Al oír aquello estuve riéndome durante horas. Desde luego, bastante más que si hubiera sido un programa de humor. Permítaseme una disgresión para justificar los calificativos usados para definir a este participante, que en ningún momento intentan ser ofensivos. En primer lugar he usado la palabra niñato que suele usarse para definir gente bastante joven con un claro complejo de superioridad. Sentirse superiores a los demás es un defecto que el paso del tiempo suele curar. No solo porque se experimentan a lo largo de la vida distintos fracasos, si no porque la propia degeneración física y el paso del tiempo va poniendo las cosas en su sitio. Aunque no siempre ocurre así. Hay gente que se resiste a aba