Cuento de Navidad 2.025
Ahí estaba él, un año más, viendo como su madre montaba el tradicional Belén. Se acercó a ella y preguntó ¿Te ayudo? Sí, ve poniendo el serrín y el musgo, que tapen bien las bombillas. Mientras Óscar hacía lo que le habían dicho, reflexionaba sobre lo rápido que pasa el tiempo. Otra vez Navidad, es como si el tiempo no hubiera pasado, o por el contrario, como si pasara enormemente rápido. Él estaba a punto de cumplir los treinta y aunque convivía agradablemente con su madre, sentía el impulso de volar y vivir su propia vida. Sin embargo, veía imposible independizarse. Los pisos, incluso los más pequeños tenían un precio prohibitivo. Había hecho unos cálculos, y aunque su sueldo de joven ingeniero no era malo, un piso normal suponía su salario bruto de diez años. Los alquileres eran igualmente caros. Era imposible de todo punto embarcarse en una cosa así, puesto que del sueldo había que descontar impuestos y los grandes gastos asociados a la vida moderna. Sentía que a él, y a todo...