Suplantator el extraterrestre (3) - El aterrizaje

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Cuando Suplantator vio que Auxiliator había elegido el cuerpo de un emperador francés pensó que había sido demasiado benévolo cuando sintió angustia al saber que Auxiliator iba a acompañarle en aquella misión.
Debería haber sentido pánico.
Intentó conservar la calma y reformular sus planes para la Misión, así que dijo a Auxiliator.

- Auxiliator, ¿te das cuenta que al elegir Napoleón Bonaparte como cuerpo de reposo, has elegido el cuerpo de alguien famoso y conocido en este mundo? Deberías haber elegido un cuerpo anónimo, vulgar, discreto. Alguien que nadie conociera.
- Me gustó como iba vestido -respondió Auxiliator
- Lo entiendo -dijo Suplantator, con gran resignación- Pero ahora no podemos volver a Galactator y cambiar el cuerpo. Un viaje extragactatóreo gasta una energía inmensa. Tendrás que quedarte con ese cuerpo.
Al menos, quítate el sombrero y sácate la mano del pecho cuando vayamos caminando por las calles.
Iremos a un hipermercado y compraremos comida, pero antes debemos comprar ropas nuevas para ti y por supuesto, unos zapatos en alguna tienda cercana. No puedes moverte con esas botas en este tiempo.
- Pues a mi me gustan -dijo Auxiliator.

Suplantator manipuló unos controles en la nave y aparecieron instantáneamente entre los árboles de un parque cercano. El programa de materialización comprobó que no había nadie para ver el suceso.
Una vez ya en el suelo, comenzaron a caminar. Suplantator ya sabía dónde tenía que ir, pues se había transferido la información necesaria a su cerebro de acuerdo a los nuevos planes.
Lo primero, pusieron rumbo a un cajero. Era obvio que necesitaban dinero para cambiar inmediatamente la ropa de Auxiliator.
Afortunadamente, Auxiliator había hecho caso a Suplantator y había dejado el gorro en la nave y había sacado el brazo del interior del chaleco. Aún así, según caminaban por la calle todo el mundo se volvía a mirarlos.

Suplantator le dijo
- Camina con naturalidad. Podemos venir de una fiesta de disfraces. Es lo bueno que tiene la ciudad, cada uno se viste como quiere.
- Pues entonces me quedo con esta ropa. Me gusta más que la tuya -dijo Auxiliator
- Noooo. Te cambias la ropa en cuanto tengamos dinero.

Se acercaron a un cajero y Suplantator sacó su sirveparatodator. Lo manipuló como si estuviera consultando algo en el móvil y antes de dar el último toque a la pantalla, miró a su alrededor para comprobar que nadie los veía. En cuanto lo hizo, el cajero comenzó a sacar billetes. Suplantator los tomó y entraron en una tienda de ropa cercana, donde Suplantator supervisó la ropa que Auxiliator elegía, y lo mismo hizo con los zapatos.

Ya con la nueva vestimenta, Suplantator se sentía un poco más tranquilo. Auxiliator, en cambio, estaba más disgustado: su nueva ropa no le gustaba.
- Necesitaremos un sitio discreto en el que vivir -dijo Suplantator

Tomó su losabetodator y accedió a la base de datos del Registro de la Propiedad. En realidad fue el dispositivo el que hizo todo. A continuación dijo:
- Por aquí cerca hay varios pisos vacíos. Pertenecen a bancos que no consiguen venderlos. Usaremos uno temporalmente.
- Qué bien. Vamos a ser okupas.
- Genial, -dijo Suplantator gratamente sorprendido- sabes el término exacto que usa esta cultura para definir ese tipo de comportamiento.
- Sí -dijo Auxiliator con gran orgullo.
- Pero cuando acabemos nuestra misión en esta zona, dejaremos el piso recién pintado y limpio. -continuó Suplantator- Nadie sabrá que lo hemos utilizado temporalmente
- Por supuesto -dijo Auxiliator.

Suplantator eligió un piso ya amueblado de los que el losabetodator había sugerido. Una vez en la puerta, sacó el móvil y activó el sirveparatodator. De él salió una especie de llave con la que abrió la puerta sin dificultad.

- ¿Qué? ¿te gusta? Será tu casa durante un tiempo -dijo Suplantator.
- Está genial y muy completita -dijo Auxiliator mientras iba recorriendo todas las estancias.
Al llegar al baño, preguntó intrigado al ver el extraño mobiliario blanco y brillante
- ¿Y esta habitación? ¿para qué es?
- Digamos que para el cuidado del cuerpo.
- Ah

Suplantator ya se había asegurado de que los automáticos estaban conectados y la llave de paso abierta, pero el piso seguía sin luz ni agua.
- Necesitamos agua y luz. Tendremos que activar el servicio en las empresas correspondientes -dijo Suplantator.

Tomó el losabetodator y lo manipuló. Al poco se encendieron las luces y se oyó el ruido de llenado de la cisterna.
- Los terrestres -dijo Suplantator- lo tienen ya todo automatizado y se puede hacer casi cualquier cosa sin intervención humana. Es una cultura curiosa, dan el trabajo que antes hacían los humanos a las máquinas y luego no saben qué hacer con tantos humanos desocupados.

Cuando Suplantator terminó la evaluación positiva de su nueva casa dijo:
- Ahora tendremos que comprar comida. Estos nuevos cuerpos tienen requisitos especiales. Y si quieres podrás comprarte algo más de ropa que te guste -dijo Suplantator intentando contentar a Auxiliator que aún refunfuñaba con su nueva ropa.
- Me temo que no podré acompañarte -dijo Auxiliator- Este cuerpo me esta produciendo unas molestias inmensas.
- Dime qué sientes
- Un dolor grande aquí -dijo Auxiliator mientras se señalaba el abdomen con la mano y la movía de arriba a abajo
- ¿Has leído sobre la fisiología de estas formas de vida? -pregunto Suplantator
- ¿Fisioqué?
- Anda, vamos al baño, bájate los pantalones, siéntate ahí -dijo Suplantator mientras señalaba el inodoro- y relajas todos los músculos de tu cuerpo.

Apenas le dio tiempo a Suplantator a cerrar la puerta, antes de que se comenzaran a oír todo tipo de ruidos. Y después la voz de Auxiliator:
- Suplantator que a gustito. Ha salido una sustancia líquida y otra sólida de este cuerpo y huele fatal.
- Es la sustancia sólida -dijo Suplantator hablando a través de la puerta- límpiate con el papel que hay colgado y procura que no quede ni un átomo de eso en contacto con tu cuerpo o el olor te perseguirá donde quiera que vayas. Y tira de la cadena
- ¿Qué tire de donde?
- Te mando un video por telepatía -dijo Suplantator y añadió para sus adentros- Menos mal que los cuerpos de reposo están dotados de un pequeño interfaz telepático. Yo no entro ahí ni a tiros.

Se oyó la descarga de la cisterna y al poco salió Auxiliator completamente sonriente diciendo
- Estoy listo. Vamos a comprar comida. Por cierto, ¿eso de comida, qué es, para qué sirve?

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