Suplantator el extraterrestre (5) - Hipermercado (I)



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El imponente coche negro con los cristales traseros tintados, pasó sin detenerse en el control de seguridad. Los vigilantes habían abierto la barrera poco después de que vislumbraran el coche en la lejanía. Era obvio que le esperaban.

Se detuvo a las puertas de un edificio nuevo, construido con todo lujo de detalles. Allí le esperaba una comitiva de diez personas todas ellas vestidas con trajes y vestidos muy caros.

En cuanto el coche paró, una de las personas abrió la puerta del coche y de él se bajó un hombre de unos setenta años, bien conservado y vestido impecablemente. Inmediatamente otro de los que esperaban la llegada de tan ilustre personaje acudió a saludarle.

- Bienvenido don Eusebio. Es un honor que haya venido a presidir el primer Comité de Dirección en nuestra nueva sede de esta, su humilde empresa.
- Bueno, bueno, no es tan humilde, que usted dirige una empresa con 25 hipermercados en España y casi el triple en el extranjero. Además, de ella obtengo casi el 10% de todos mis ingresos, así que será un placer conocer las nuevas instalaciones de mi empresa y asistir a su comité de dirección. -dijo don Eusebio
- Gracias. ¿Recuerda a los otros miembros del comité de dirección? -volvió a hablar la persona que parecía estar al mando
- Sí, pero por favor, recuérdeme sus cargos -respondió don Eusebio.

La misma persona comenzó a señalar a los presentes que saludaron efusivamente a don Eusebio.
- La directora de Marketing, la directora de Recursos Humanos, el director de Ventas, el director de Compras, relación con Proveedores, el director de comunicación y relaciones externas, el director financiero y yo mismo, el Director General.
- A usted le conozco bien, Luis -dijo don Eusebio mientras sonreía al director general.
- Don Eusebio, hemos preparado una rápida visita a las instalaciones para que conozca la nueva sede central, después pasaremos a la reunión del comité de dirección, donde asistirá a una reunión típica de dirección y por último pasaremos a la comida que hemos preparado especialmente para usted en los salones para eventos especiales. Confiamos en que todo sea de su agrado.
- Gracias -respondió don Eusebio

Tras el repaso de las nuevas instalaciones pasaron al salón de juntas reservado exclusivamente para el comité de dirección. Estaba en la última planta del edificio, la planta noble, vetada a la mayor parte de los empleados.
Cuando don Eusebio entró allí, se encontró con una sala amplia lujosamente amueblada y unos grandes ventanales en su pared más larga con unas vistas espectaculares hacia el bosque cercano. El centro de la sala lo ocupaba una gran mesa ovalada.

- Por aquí, don Eusebio -el director general le mostró un asiento que presidía la mesa.

Cuando todos estuvieron sentados, el director general comenzó a hablar, al tiempo que una gran pantalla, situada en el extremo opuesto de la sala, mostraba datos y gráficos que apoyaban las palabras del director.

- Bien, comenzaremos por las ventas. Señor Director de Ventas, tiene la palabra.
- Gracias, Luis. Como ven -dijo el director de ventas señalando la pantalla- las ventas se han incrementado este año un 5% respecto al anterior. Tendencia que esperamos continúe el año próximo. El nuevo layout de los hipermercados nos ayudará a conseguirlo
- Por favor, hablen de forma que yo pueda entenderles. ¿Qué es eso del layout?
- Disculpe don Eusebio. Me refiero a que hemos cambiado todo el diseño de los lineales de los hipermercados, hemos cambiado ligeramente la decoración, la ubicación de los productos, etc.
Normalmente, los clientes agradecen que haya cambios, novedades, que no todo sea siempre igual. Además al cambiar los productos de sitio, los clientes tienen que dar más vueltas para encontrar sus productos habituales y eso les fuerza a buscar con detenimiento en las estanterías y de paso encuentran algún producto que les llama la atención y lo compran aunque no estaba en su lista.
- Interesante -dijo don Eusebio

El director de ventas pulsó una tecla del ordenador y basándose en una nueva transparencia continuó hablando.
- Respecto a las campañas, este último año han sido provechosas. Las típicas ofertas de 3x2, 2x1, segunda unidad a mitad de precio, etc han aumentado nuestras ventas y nuestros márgenes respecto al año anterior.
- ¿Puede explicarme en qué consisten?
- Por supuesto, don Eusebio. Se sube el precio unitario y a continuación se lanza una campaña en la que se regala un producto de cada tres o de cada dos que se compra. Al final, el descuento que realmente obtiene el cliente es ridículo, a veces nulo y otras veces negativo.
Aún así, siempre hay algún producto realmente rebajado en el que nuestro margen es negativo que actúa como gancho. El cliente llevado por su afán de ahorro compra más. Muchas veces compran demasiado y el producto se les caduca y lo tiran con lo que tienen que volver a comprar.
- Entiendo. Pero ¿el cliente no compara el precio con lo que pagó en la anterior ocasión? -dijo don Eusebio
- No muy a menudo -respondió el director de ventas-. Además intentamos ponérselo difícil. Cambiamos los envases con frecuencia. En productos que incluyen un determinado número de unidades, se cambia este número y en los que van al peso, cambiamos éste frecuentemente.
- Además -añadió el director general- los envases suelen llevar un número de unidades extraño para que resulte complicado el cálculo del precio unitario. Esto se usa en cápsulas de café, detergentes, lavaplatos, etc. por ejemplo 16, 22, 36, 44 unidades, etc. Dividir por 16, 22, etc, no es fácil.
- Por si todo ello fuera poco -siguió el director de ventas-, hay tantos productos similares en el mercado en los que solo se varía algún pequeño componente y el envase, que un cliente tiene complicado comparar.
- Pero un cliente puede comparar el precio de un mismo producto en la competencia, ¿no? -dijo don Eusebio.
- Bueno, a veces presionamos a los proveedores para que nos envasen en unidades o pesos personalizados para nosotros, y así la comparación es más complicada, o realizamos ofertas cruzadas, etc.
- Para aumentar aún más la confusión -siguió el director general-, en ocasiones, ponemos productos con más unidades o mayor peso a un precio unitario mayor que los envases con menos unidades. El cliente piensa que el producto mayor lleva más descuento y es al contrario.
- Pero eso va en contra del principio de a mayor cantidad, menor precio, ¿no? -dijo don Eusebio- Debería ser así puesto que se usa menos embalaje, se contamina menos el medio ambiente, etc.
- Cierto, pero a veces sacamos partido de esa creencia y hacemos lo contrario. Así vendemos productos en los que ganamos más dinero. El cliente sale contento porque piensa que lleva un producto a mejor precio puesto que el envase es mayor y nosotros también porque ganamos más. Todos felices.
- ¿Quieren ustedes decir que intentan engañar al cliente?
- En absoluto -dijo el director de ventas-.Todo es transparente, el precio y el contenido de cada producto. Ellos deciden.
Digamos que no les facilitamos la vida y aumentamos su confusión para que no sepan si lo que se llevan es caro o barato. Nuestro objetivo es que los clientes compren por impulso, y se lo tenemos que poner fácil.
Si el cálculo del precio real fuera sencillo, podría ser un elemento disuasorio. De esta manera, el cliente es consciente que es difícil hacer una comparativa en precio e ignoran este factor a no ser que les llame poderosamente la atención.
- Muy interesante -dijo don Eusebio


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