Las leyes de la desconexión

Algunos catalanes nos están marcando el camino: La desconexión.  Sí pero la desconexión de la televisión, de la radio, de los periódicos, en definitiva de los medios.

Existe la posibilidad, ¿por qué no? de que la situación que vivimos en Cataluña sea una cortina de humo cuyo fuego, avivado por por unos y por otros, se les esté yendo de las manos.
¿Qué quieren tapar unos y otros con este humo? cada cual que saque sus propias conclusiones, pero convendrán conmigo en que es una posibilidad.

Y es una posibilidad porque si oyes los medios de ambos lados dicen absolutamente cosas contrapuestas. Luego alguno de los dos miente (lo más probable es que se mienta en los dos lados, unos más que otros, seguramente y cada uno en cosas distintas y oculten verdades obvias). Y si mienten y ocultan verdades lo harán con algún objetivo, digo yo.

Y es una posibilidad porque a lo largo de la historia se ha utilizado a los pueblos de las más variopintas maneras. Cuántas guerras, que costaron muchas vidas, no habrán sido motivadas por amoríos de nobles (u otras emociones personales) o cuántas guerras no habrán sido por tapar vergüenzas o injusticias internas (ahora me viene a la memoria la guerra de las Malvinas, por ejemplo, pero seguro que un historiador puede contar unas pocas más)

Así pues, la posibilidad de manipulación existe. Y si existe, nuestra obligación es evitar que nos manipulen, evitar que nos usen como nos han usado tantas veces.
Si ellos nos quieren usar, usemos nosotros las leyes de la desconexión y conectémonos a las cosas importantes, la familia, los amigos, …, la justicia, pero no a la imagen de justicia que nos proyectan los medios, sino a la que con nuestro esfuerzo reflexivo nos construimos dentro de nosotros, y luchemos por esa idea.

Por otra parte, la desconexión no significa aislarnos del mundo y vivir ignorante de lo que pasa, cual avestruces que entierran sus cabezas. Podemos conocer los hechos pero sin necesidad de que nadie nos los interprete. Ya somos mayores.

Lo mismo estoy equivocado, pero a un medio le pediría que me contara lo que ha pasado, pura y llanamente, y se abstuviera, en la medida de lo posible de comernos el tarro (reconozco también que contar asépticamente una noticia tiene sus dificultades).

¿A qué viene, por ejemplo, emplear 45 minutos de los 30 que normalmente dura un telediario a hablarnos de un atentado terrorista, por muy cercano que sea?
No parece complicado... ¿cuál puede ser el objetivo de un terrorista?. Pues a juzgar por su nombre, sembrar el terror. Y ¿no se sembrará más terror si se está hablando del atentado durante días a todas horas que si se limitan a informar exclusivamente de los hechos y solo cuando se conozcan hechos nuevos?.
Entonces ¿para quién trabajan los medios?

Cuando un medio no trabaje para nosotros, para nuestro bienestar físico, moral, intelectual, en definitiva para nuestro progreso, o dicho de otra manera, si después de ver un telediario, una tertulia, si después de oir hablar a un político, etc sentimos un poco más de odio, de ira, de envidia, de miedo o lo que es lo mismo, no nos sentimos un poco mejor, usemos las leyes de la desconexión.

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