Disfrutar de la vida

Aun a riesgo de ser considerado un hereje, me voy a atrever a cuestionar algunos de los pilares básicos de la sociedad actual. Me refiero concretamente a comer, beber, fo..ar (omitido por malsonancia),  poseer cosas y viajar.
No es que piense que estas cosas sean malas ni mucho menos (¿quién podría pensarlo?) pero sí cuestiono el modo en que la sociedad las utiliza.

Para empezar el debate recordemos cómo dicen que se formó el cerebro.
Dicen que el cerebro humano tiene, desde el punto de vista evolutivo, dos partes fundamentales. El córtex, que se formó en la era reptiliana y que compartimos con la mayor parte de los animales, y sobre ese se formó después otra capa de tejido nervioso, el neocortex que es la materia gris, lo más específicamente humano. Dicen que en el córtex residen los impulsos más básicos, mientras que en el neocórtex, reside la inteligencia.

Que me perdonen los entendidos por el mogollón de imprecisiones y simplificaciones que debe haber en el párrafo anterior, porque hablo de oido (al fin y al cabo parecer un experto cuando uno no tiene ni idea, es bastante ibérico)

Pues bien, la sociedad ha decidido que debemos usar básicamente nuestro cerebro reptiliano para vivir y dejar de usar, incluso atrofiar, el neocórtex.
¿Por qué?. Porque así somos más manipulables.

Con estas premisas, los pilares de los que hablo, se simplifican y se nos invita a usarlos fundamentalmente con nuestro cerebro reptiliano, es decir a la búsqueda del placer instantáneo e inmediato sin importar sus consecuencias...

¿Comer? Pero hasta reventar, un día es un día, disfrutemos, si algo nos sienta mal, para esto están los antiácidos. Ahora que vienen las Navidades hay que comprar una extensión estomacal e intestinal (quizás es una buena idea de negocio: “¿Llegan las Navidades?, no se preocupe, compre Tripex, su extensión estomacal, y coma y beba más del Triplex”).
Tiempo llegará que hagamos como en las bacanales romanas de ir a vomitar para seguir comiendo.

¿Beber? Lo más posible, y lo más caro, que es lo que tiene más glamour. Que se note  quien tiene dinero.
Por si no ha quedado claro, me refiero naturalmente a bebidas alcohólicas. Es obvio que este tipo de bebidas facilita las relaciones sociales, pero ¿porque se nos machaca con las cervezas doble lúpulo envejecida en barrica de roble asiático transfigurado en el Himalaya si cuando vas por la tercera todas saben igual?

¿Fo..ar (omitido por malsonancia)? Todo lo que se menee, si no, eres más bien un fracasado/a que no se come una rosca. Un perdedor/a, vamos. Si después hay embarazos no deseados, enfermedades, traumas psicológicos, etc, ya se verá como se arregla a posteriori. Al fin y al cabo, el amor entre las personas está sobrevalorado.

¿Tener cosas? Todas las que se puedan. Cuantas más mejor. ¿Las necesitamos? Qué más da. ¿que nos transforman en esclavos? Eso es una tontá (recomiendo leer “Instrucciones para dar cuerda al reloj” de Julio Cortázar, a ver si es una tontá o no)

¿Viajar? A ser posible hasta donde da la vuelta el aire, aunque no conozcamos el pueblo de al lado. Lo importante es que se sepa que hemos ido bien lejos y, de nuevo, que el dinero no falta.

El criterio que nos vende la sociedad es sencillo: disfruta el momento y haz lo que te apetezca en cada instante. No te sacrifiques ni pospongas una satisfacción, no sea que luego no se produzca y además, no repares mucho en las consecuencias. Hedonismo a tope.

Gracias a este enfoque simple, el mundo se mueve y, al menos en los países ricos, se vende y se compra todo.
Ingenuos de nosotros, creemos que en ese todo, está incluida la felicidad. La verdad es que no sé donde está la felicidad, pero es probable que no esté en todas estas cosas.

Tampoco sé a donde quiero ir a parar con este post, supongo que quiero resaltar la frustración que se produce entre las personas que por enfermedad, vejez, carencia de medios o de atractivo físico no pueden recurrir a los pilares de la sociedad, o quizás a la frustración que se produce entre las personas que por tener los medios y las cualidades adecuadas sí pueden recurrir a los pilares de la sociedad y se dan cuenta que bajo ellos no hay más que vaciedad.

Mi conclusión y más ahora que se acercan las Navidades es una llamada a la moderación en el uso de los pilares básicos de la sociedad y sustituir el viejo dicho “comamos y bebamos que mañana moriremos” por este otro “comamos y bebamos con moderación que mañana viviremos”

Disfrutemos de la vida pero con el neocórtex. Feliz Navidad.

Comentarios

  1. En mi humilde opinión, creo estar en lo cierto cuando digo que comer, beber, follar (es preferible follar que "hacer el amor", hippismo sesentero) y viajar (para esparcir el genoma mediante el follar), son compulsiones dictadas, no ya por el cortex, sino por el bulbo raquídeo. Así es de prehistórico nuestro cerebro. ¡Mira!, voy a dejar lo de poseer cosas para el neocortex.

    Quizás, sea el disfrute sibarita que obtenemos con todo éllo la parte más racional de nosotros. Hay qué poseer cierta inteligencia para inventar recetas a lo "Adriá", caldos "báquicos" de 50.000€ y fantasías sexuales de lo más rocambolesco.

    Existen infinidad de filosofías que tratan de enseñarnos el verdadero camino en pos de la Felicidad. Habría que preguntar a sus autores si, al final, lo consiguieron. Yo, por mi parte, me limito a probar de todo un poco. No sé si la moderación lleva a la Felicidad. Pero, estoy convencido de que es más barato y, racionalmente, más elegante.

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  2. No vamos a discutir sobre qué impulsos se producen dónde, porque yo no tengo mucha idea, lo del bulbo me suena más a tubérculo que a otra cosa.
    La esencia de lo que quería transmitir es que hay una serie de tendencias muy básicas en el ser humano y que la sociedad de consumo se aprovecha de ellas. A todos nos gusta los pilares básicos de los que hablo, de ahí que toda la publicidad se enfoque hacia ellos.
    Ahí deberíamos estar nosotros para poner un poco de cordura en esa aproximación simplista.

    Por otra parte, estoy de acuerdo en que hace falta inteligencia para crear productos sofisticados, pero no estoy seguro de que sea necesario mucha inteligencia para consumirlos... tan solo dinero. Si lo tienes, ya no necesitas más para estar en los restaurantes, hoteles, etc más exclusivos. Al fin y al cabo, es solo lo que quieren: nuestro dinero, y para ello elucubran los ardides más refinados.

    En cualquier caso, estoy básicamente de acuerdo con lo que dices. Todo puede ser cierto dependiendo del punto de vista.

    Como de habitual, no hay polémica.

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