¿Dios existe?
Es fácil encontrar libros científicos divulgativos que vienen a concluir de una manera u otra que Dios no existe, pero es difícil encontrar los que intentan concluir lo contrario. Uno de ellos es DIOS - LA CIENCIA - LAS PRUEBAS de Oliver Bonnassies y Michel-Yves Bolloré
Iré proponiendo algunas ideas en este blog extraídas de ese libro a medida que avance en su lectura.
Para empezar, los autores dicen que la idea de “Dios existe y creó el universo” es de la misma entidad que la idea “Dios no existe y todo el universo es el fruto de un materialismo ciego y azaroso”, por tanto apuntarse a una u otra depende del gusto del consumidor. No hay pruebas concluyentes que apunten a uno u otro sentido sino más bien indicios que sugieren cada una de las ideas. Los autores creen que los indicios de la existencia de Dios son más potentes y sencillos que los que sugieren la idea contraria.
Comienzan con el segundo principio de la termodinámica, considerado y aceptado universalmente como una de las principales leyes físicas y que viene a decir que el desorden (entropía) de un sistema tiende a aumentar. Basándose en este principio algunos científicos concluyeron (el libro detalla quiénes y cómo) que si estamos ahora en un grado concreto de desorden, hubo un momento que el desorden era cero (todo estaba muy ordenado y contenía mucha información) y llegaremos a un estado de desorden infinito que no contenga información y para describir el universo entero bastará una palabra: muerto.
Eso es tanto como aceptar que el universo tuvo una creación y tendrá una muerte (muerte térmica lo llaman) en la que no habrá estrellas porque se habrán apagado y la materia se hallará uniformemente distribuida, de tal forma que entre una partícula y la más próxima habrá una distancia del tamaño de una galaxia.
Muchos científicos se resistieron a sacar esas conclusiones porque implicaría que si el universo fue creado, tuvo que haber creador. ¿Como la diosa Ciencia iba a estar supeditada a un Dios creador que además escapara a sus escrutinios por estar fuera del espacio y del tiempo (o por encima de ellos)?
No podía ser. Se dedicaron a desprestigiar a los científicos que hablaban de una creación del universo y en algunos casos llegaron a provocar su muerte por depresión.
Sin embargo, toda esta teoría de la creación del universo tuvo un espaldarazo con la teoría del Big Bang que nos habla del comienzo (creación) del universo y la prueba que parece concluyente: la radiación de fondo.
Los científicos, reacios a aceptar una intervención divina y obstinados en que la ciencia debe poder explicarlo todo, se enfrentaban a dos problemas difíciles:
Como negar la creación del universo a pesar de las pruebas abrumadoras
Cómo explicar que la materia inerte, sin inteligencia, pudiera generar vida inteligente por sí misma.
Para negar la creación del universo (pues para alejar la idea de Dios necesitamos un universo eterno, no creado) se forzaron nuevas teorías (mucho más difíciles de creer que simplemente creer en Dios). Por ejemplo, para justificar un universo que siempre está expandiéndose y nunca tuviera ni principio ni fin, se sugirió que la materia estuviera continuamente creándose de la nada (¿?) .
Otra idea fue el Big Crunch, es decir si hubo un Big Bang y se creó el universo, llegará un momento en que el universo deje de expandirse y pase a contraerse llegando a concentrarse todo él en un punto sin dimensión para volver a explotar y comenzar un nuevo ciclo sin fin.
Para explicar lo de la vida inteligente partiendo de materia burda sin objetivo y apelando exclusivamente al azar y reconociendo que la probabilidad de que eso ocurra es inmensamente pequeña, le dieron al universo infinitas oportunidades para probar suerte y en una de ellas sonó la flauta y es en esa justo en la que estamos (lo llaman principio antrópico, porque en todas las demás pruebas fallidas no hay nadie para verlo).
Para darle infinitas oportunidades al universo, además del big crunch, surgió la teoría del multiverso o infinitos universos paralelos. Tanto en el multiverso como en el big crunch vivimos en el único universo bueno que creó vida inteligente.
Desgraciadamente el big crunch se ha descolgado porque los descubrimientos más recientes señalan que el universo, lejos de desacelerar su expansión y empezar a contraerse, se expande cada vez más rápido.
Nos queda lo del multiverso. A ver quien es el guapo que demuestra que eso es mentira. Y todo para no creer en Dios y sacarlo de la ecuación.
Dicho de otra forma, para no creer en Dios tenemos que creer en otras cosas bastante más difíciles de creer.
Resumiendo, de momento la segunda ley de la termodinámica nos emplaza a un principio y un fin del universo y la consecuencia necesaria es que si hay un principio, hubo un Creador.
Querido lector, tendrás que posicionarte: o crees en Dios o crees en un universo material sin objetivo y salido del puro azar. Es decir vas a ser creyente sí o sí (a no ser que no pienses y no necesites creer en nada)
A medida que vaya avanzando en la lectura del libro iré publicando los argumentos (o indicios) científicos que mencionen para creer más en Dios y menos en la pura materia y el azar.
Para empezar, este del segundo principio de la termodinámica no está mal…
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Las ideas aquí expuestas no tienen porque estar en lo cierto.
Son solo una visión de la realidad. Es poco probable que alguien se encuentre
en posesión de la verdad, por eso Siguiente Nivel es una invitación a que
cada uno desarrolle su propia verdad a través del estudio y la reflexión.
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