Inteligencia artificial (IA) contra Estupidez Natural (EN)

 

Hace poco más de un año, publiqué en mi cuenta personal un post sobre la Inteligencia Artificial. Voy a copiarle a continuación porque he visto un artículo que viene a darme la razón y, también naturalmente, porque con el Ctrl-C/Ctrl-V, me cuesta nada y menos.

Aquí va:
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2017-03-03 - Inteligencia artificial (IA) vs Estupidez Natural (EN)

- Por favor indíquenos brevemente el motivo de su llamada
- “Fallos en el ADSL”
- No le hemos entendido. Por favor indíquenos brevemente el motivo de su llamada
- “Mi ADSL no funciona”
- No le hemos entendido. Por favor indíquenos brevemente el motivo de su llamada
- “Que te den pomada”
- Le pasamos con un técnico comercial
- Por ahí tenías que haber empezado
Es obvio que la inteligencia artificial (IA) no ha llegado a los Call Center de las grandes empresas de servicios. En todo caso habrá llegado la estupidez artificial (EA) en la que seguramente somos mejores.

Cuando estaba haciendo el proyecto final de carrera, algunos de mis compañeros de cátedra estaban trabajando en programas de inteligencia artificial para el diagnóstico automático a través del reconocimiento de imágenes médicas. Seguramente no tuvieron mucho éxito porque han pasado un puñao de años y no he vuelto a oír hablar del tema. Sin duda porque las imágenes médicas son de altísima resolución y los programas de reconocimiento de imágenes requieren una capacidad de proceso muy elevada, con algoritmos muy complejos, y en aquellos tiempos no estaba disponible.
Hoy, en cambio, esa capacidad de proceso existe y, por tanto, es cuestión de tiempo (no mucho) el que estos programas de diagnóstico automático sean una realidad. Es posible que muchos médicos radiólogos no sean necesarios en el futuro.

Donde me imagino que están haciendo uso ya de la inteligencia artificial es en las empresas financieras. He oído hablar de programas que compran y venden activos, así que supongo que estarán dedicando esfuerzos a dotar a esos programas de mayor inteligencia, aprendiendo de las decisiones tomadas.
En la medida que estos programas vayan dando resultados, se les irá dotando de mayores recursos (acceso a más bases de datos, algoritmos más complejos, análisis de riesgos, …).

Cuando uno de estos programas comience a obtener más beneficio que el bróker medio, nos podemos imaginar adónde irán a parar los brokers de estas empresas, a la vez que se sigue invirtiendo pasta en el desarrollo de los programas inteligentes: Conexiones a bases de datos meteorológicas, de producción agrícola, de siniestralidad, de empresas exitosas, de empresas fracasadas, bases de datos de tendencias a través de las redes sociales, del big data, de la madre del big data y muchas más.

Simultáneamente a ese poderío de conocimiento, el programa inteligente será dotado de mayor capacidad de actuación (es decir compra/venta) en los distintos mercados: de acciones, de bonos, de metales, de cítricos, de cereales… de mayor número de mercados: Europa, América, Asia, … y tanto sobre el activo en sí, como sobre sus derivados, futuros, opciones, … y cada vez con un capital mayor a su disposición.

Y con toda esa información disponible en tiempo real, sus complejos algoritmos, y todo su potencial de acceso a los mercados, tomará decisiones cruzadas (sobre distintos mercados y zonas geográficas) que maximicen el beneficio. Elaborará estrategias conjuntas que impliquen perder dinero en algunas operaciones que tenga como consecuencia ganar mucho más en otras. Podrán, por ejemplo, comprar cereales en Bangla Desh subiendo su precio (y provocando hambrunas si es necesario) si con eso consiguen que baje el precio de Litio para hacer compras masivas destinadas a una empresa de baterías sobre la que se ha tomado el control.

Y cuando nos queramos dar cuenta, los mercados financieros mundiales estarán en manos de programas de ordenador. Estará a su disposición provocar un crash, un recalentamiento de un activo, subir o bajar la inflación, …

La perspectiva puede no ser muy halagüeña, y teóricamente la solución no es complicada. Se trataría de incluir entre los miles de algoritmos de inteligencia artificial algunos pocos de consideraciones éticas (las leyes de la robótica de Asimov, por ejemplo).

Pero, ¿os imagináis en el despacho del CEO de una gran empresa de inversiones, en la que el máximo directivo dice: “Quiero que invirtáis el dinero que sea necesario para que nuestro bróker de Inteligencia Artificial, además de maximizar nuestro beneficio, tenga en cuenta consideraciones éticas en la toma de sus decisiones”?

Yo no.

Está claro que la Inteligencia Artificial batirá por goleada a la Estupidez Natural.

Terminator está un poco más cerca.
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Y Terminator sigue acercándose, pues en este artículo se habla de que los robots se programarán a sí mismos en un futuro cercano, lo que quiere decir que podrán incrementar su inteligencia sin intervención de la mano humana (y sin su control o consentimiento).
Los robots, que no necesitan dormir, podrán dedicar todo su tiempo a incrementar sus conocimientos y su inteligencia.

Nosotros, mientras tanto, podemos seguir jugueteando con nuestros móviles.

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