NeoEconomía o Economía 3.0



A principios del presente siglo se hablaba de un concepto llamado Nueva Economía (en inglés, lengua en la que se acuñó el término, New Economy).
Nadie sabía muy bien qué narices era eso pero hacía referencia a la forma de ganar dinero de las nuevas empresas de Internet.
Y aunque esas cosas nos parecían pamplinas a casi todos, nadie se atrevía a decir nada, por miedo a ser considerado un hereje.

Tampoco sabía nadie cómo esas nuevas empresas iban a ganar el dinero, pero se pensaba que cuantas más visitas o suscriptores tuviera un portal web más valor tenía. Y así, jovencitos, que solo tenían conocimientos del protocolo HTML, se forraron vendiendo por cientos de millones de euros, cuatro páginas web montadas en un servidor, a los grandes ejecutivos de todo tipo de empresas (bancos, telecomunicaciones, etc) que no tenían ni p.. idea de qué era éso que estaban comprando, pero sabían que había que hacerlo.

De esta manera tan simple, montones de altos ejecutivos, con sueldazos millonarios, metieron la pata comprando, por cifras multimillonarias, empresas que no valían nada, en una especie de espejismo colectivo.
Incluso se cuenta la anécdota, falsa por supuesto, de que uno de estos ejecutivos llamó a uno de esos jóvenes propietarios de un portal web:
- Oye joven, me han dicho que tienes una página web que es muy popular. Te doy un millón de euros por ella.
El joven que sabía que su portal web eran cuatro páginas mal contadas, contestó
- ¿Está usted loco? ¡¡¡Un millón de euros!!!
- Sabes negociar, ¿eh chaval?. No se hable más. Te doy diez millones de euros -dijo el ejecutivo
El joven, viendo que esto iba en serio dijo:
- Está bien, ¡¡¡hecho!!!

De esta época es el pelotazo-fiasco de Terra, filial de Telefónica que multiplicó su valor en bolsa por 10 en poco menos de 6 meses y luego se desinfló dividiéndolo por 20 en los meses siguientes.

Por otra parte, nadie se acuerda ya, pero las empresas de telecomunicaciones europeas pagaron miles de millones de euros por las licencias de redes 3G porque se esperaban unos beneficios escalofriantes procedentes de la “nueva economía” de la cual, las redes móviles 3G serían el motor principal (de hecho, la crisis de las telecomunicaciones en Europa surgió en ese momento, probablemente aún continúe y difícilmente saldrá de ella con las políticas comunitarias).

Esta esquizofrenia mundial se denominó burbuja de las punto com.

Todo el mundo sabe cómo funciona la vieja economía: siembras tomates, crecen, los vendes y eso genera riqueza. Fabricas bombillas, las vendes y eso genera riqueza.
En cambio nadie sabía cómo funcionaba la nueva economía en la que todo era gratis para atraer a los usuarios y luego solo se contaba el número de ellos en un determinado portal web.

Esta Nueva Economía (que podríamos denominar Economía 2.0)  fracasó estrepitosamente y todo volvió a la vieja economía, a la que por extensión, podríamos llamar Economía 1.0
Es decir se volvió a los viejos conceptos de producción, oferta, demanda, consumo,  etcétera y los portales web se adaptaron a la vieja economía con sorprendente facilidad y consiguieron sus nuevos ingresos de formas tan viejas como la publicidad o la de ofrecer la mayor cantidad de servicios a la mayor cantidad de gente posible

Pues bien, en este post yo propongo avanzar hacia la Economía 3.0. La podemos llamar NuevaDeVerdad Economía (en inglés, Really New Economy) o NeoEconomía (Neoeconomy) para abreviar, o simplemente, Economía 3.0.

¿Por qué es necesaria esta evolución hacia una nueva versión de la economía?
Porque la actual está basada en el crecimiento del consumo y como ya parece evidente, ese creciente consumo produce unos supbroductos que son incompatibles con el sostenimiento de la vida humana sobre nuestro planeta.

Téngase en cuenta que de los cuatro mil millones de años de la historia de la Tierra, apenas llevamos 60-70 años de sociedad de consumo y en este periodo se ha disparado exponencialmente la cantidad de residuos y contaminación que ahogan el planeta.
Creo que es razonable dudar que la Tierra, mejor dicho las condiciones que hacen posible la vida humana sobre la Tierra, aguanten otros 60-70 años de crecimiento exponencial de las basuras sólidas, líquidas y gaseosas.

Se debe impulsar, por tanto, la disminución del consumo. Pero la economía, tal y como está planteada, entraría en barrena, porque depende básicamente de él. Se necesita la Economía 3.0

Expliquemos los principios básicos de la Neoeconomía que propongo, con algún ejemplo.

Sea una empresa que fabrica cien millones de camisetas al año, obteniendo 1 euro de beneficio por camiseta. Obtiene en total 100 millones de beneficios.

Cada camiseta se vende a 3 euros (no es difícil encontrar esos precios en rebajas o en productos básicos), de los cuales 1 es el coste, 1 es el beneficio del distribuidor y 1 es el beneficio del fabricante.

La Neoeconomía propone fabricar la mitad, 50 millones con un beneficio de 2 Eur por camiseta, con lo que el beneficio para la empresa no cambia, y de esta forma puede mantener sus costes inalterados, es decir, lo que paga a sus empleados sería lo mismo.
Como fabrica la mitad, necesita la mitad de mano de obra, pero en lugar de echar a la mitad de la gente a la calle, hace que trabajen la mitad de horas manteniendoles el sueldo.

La empresa de distribución almacena, transporta y vende la mitad de camisetas, pero en cada camiseta gana el doble, por lo que sus beneficios no cambian. Incluso pueden aumentar porque van a tener menos stock, menos almacenes, etc. Con sus empleados hará lo mismo: mantener el salario trabajando la mitad de horas.

El impacto en el consumidor es también asumible: se gasta lo mismo que antes comprando la mitad de camisetas que compraba antes, al doble de precio, pongamos 6 euros, que ahora se distribuyen 2 de coste, 2 para el distribuidor y 2 para el fabricante. Al incrementarse el coste de 1 eur a 2 eur, se pueden utilizar materiales de mejor calidad, más duraderos y menos perniciosos para el medio ambiente.
Es decir el consumidor tiene que variar sus hábitos estirando la duración de cada camiseta o teniendo menos camisetas.

Otra consecuencia de la Neoeconomía es que aparece mucho más ocio. Un ocio que debe ser encauzado no hacia el consumo sino preferentemente hacia el cultivo de la personalidad. No se trata de tener alienada más tiempo a la gente con más fútbol, móvil,  tele, videojuegos, etc. que al final acaba generando más consumo, sino más bien al contrario.
¿Será una sociedad más aburrida? No sé. Depende del concepto de aburrimiento, pero al menos, más sostenible. Y es que me temo que no tengamos elección.

Y naturalmente, la principal ventaja de la Neoeconomia es que genera mucho menos residuos y disminuye por tanto la huella ecológica de los habitantes del primer mundo.

Si cualquiera que sepa sumar dos más dos, es capaz de hacer una extrapolación que nos permita deducir la insostenibilidad de la actual estructura económica de consumo creciente, ¿por qué los gobiernos no trabajan ya en una evolución pacífica y ordenada desde la Economía 1.0 a la 3.0?
La única explicación es que los poderes ocultos, es decir,  las manos negras que dominan la opinión pública, que quitan y ponen gobiernos, no estén por la labor, porque de alguna forma creen lesionados sus oscuros intereses. Es obvio que menos consumo es, para empezar, menor control sobre la plebe.

Sin embargo, y puesto que la insostenibilidad es tan patente incluso a corto plazo, las razones que se me ocurren para la tibieza con la que los poderes ocultos y visibles estén abordando el problema son las siguientes:

a) Que estos poderes no sean tan listos como parecen y crean que ellos y sus descendientes no forman parte del planeta, que su dinero les va a salvar de los desastres naturales y que por tanto el problema no va con ellos.

b) Que a esta gente poderosa les importe una mierda el futuro de sus hijos y nietos

c) Que los poderosos que deciden el futuro del mundo sean extraterrestres y vivan de basura, con lo que la situación actual les beneficia claramente, motivo más que sobrado, no solo para no hacer nada, sino para alentar el crecimiento del consumo.

La opción a) y b) no están descartadas. La opción c), teniendo en cuenta las cosas que se oyen en los telediarios, tampoco, así que es bastante probable que la pasividad sea la tónica general de gobiernos y poderes fácticos en lo tocante a estos temas.

Te invito por tanto, querido lector, si has tenido la soberana paciencia de llegar a estas últimas líneas, a que hagas tu transición personal a la Economía 3.0 y reduzcas el consumo, empezando por las cosas más prescindibles, de peor calidad, las que tienen mucho envase y las procedentes de empresas que exploten a sus empleados o no cuiden el medio ambiente.
Si lo hacemos tú, yo y los 7 627 340 442 (*) (**) habitantes del planeta, estamos salvados.

 (*) Datos a 20.07.18-08:45  para ver el dato real visitar http://countrymeters.info/es/World

(**) De esa cifra habrá que descontar los habitantes del tercer mundo. Poco podrá esa pobre gente disminuir su consumo.

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