Organizaciones 2.0 o Neoorganizaciones.
Hace unos días,
publicábamos en este blog un post dedicado a la neoeconomía. Decíamos que
necesitamos un cambio radical en el modelo económico para hacer el mundo
sostenible.
Con aquel post iniciamos
una serie que intenta reflexionar sobre los objetivos del blog, que como
recordamos es pasar al Siguiente Nivel y que eso implica cambiar la versión
(para mejor) de muchos de los comportamientos actuales.
Y así, necesitamos
neopolíticos elegidos por neovotantes que construyen una neosociedad formada
por neopersonas.
Lo bueno es que aunque
nunca antes había sido posible, ahora la tecnología, usada con buen criterio,
nos permitiría construir la neosociedad.
Esa neosociedad, tendría
unas nueva versión de las organizaciones actuales de las que intentaremos
ocuparnos hoy.
Que yo sepa, nadie ha
hablado de Organizaciones 2.0, así que les pondremos ese nombre o, como
siempre, neoorganizaciones.
El problema de las
organizaciones actuales, es que están hechas a imagen y semejanza de los seres
vivos, es decir, es una estructura de nivel superior al ser vivo, pero que
tiende a crecer y reproducirse. Dicho de otra manera, tiende a perpetuarse.
Esto, aparentemente, no
es malo, pero si lo analizamos, veremos que tiene graves inconvenientes porque
dificulta el progreso.
Pongamos algunos
ejemplos.
- La
industria armamentística: Durante su implantación y para el desarrollo de
nuevas armas, debe realizar cuantiosas inversiones. Esas inversiones solo
serán rentables si hay guerra o amenaza de guerra.
La paz mundial es su mayor enemigo. Estas
organizaciones, por su propia superviviencia, y probablemente dentro de la pura
lógica, tenderán a evitar el progreso hacia un estado en que no sean necesarias
las armas.
- La
industria farmacéutica. Imaginemos que hay un laboratorio independiente
trabajando en unos nanorobots que fueran capaces de detectar cualquier
célula maligna y eliminarla, curando de forma definitiva y radical todos
los tipos de cáncer.
En cuanto se viera que existe la
posibilidad de hacer real este avance, ¿qué haría la industria farmaceútica con
los miles de millones de euros invertidos en el desarrollo para una
quimioterapia más avanzada y con menos efectos secundarios? Pues es posible que
pusiera palos en las ruedas de la investigación en nanorobots al menos hasta
que hubiera rentabilizado sus inversiones... O quizá no (ojalá)
- Las
organizaciones están formadas por personas y todas ellas tienden a
defender la supervivencia de la organización. Es posible encontrar, por
ejemplo, brigadistas, que temerosos de perder su empleo, provoquen
incendios forestales. Es lo que se llama crear la demanda, y cada uno lo
hace como puede y en el ramo en el que trabaja. ¿O es que acaso los que
venden coches no hacen uno cada vez mejor para intentar que cambiemos el
que tenemos, que, en muchos casos, funciona divinamente?
- Hay
otro ejemplo claro en los procesadores de texto. Hace ya más de diez años
en que un procesador de texto hacía más de lo que sabríamos usar nunca, y
desde entonces se han sacado versiones prácticamente anuales incorporando
nuevas funciones que no necesitamos y que complican la interacción entre
documentos nuevos y antiguos.
Pero de nuevo hay lógica
detrás de todo esto. Si tienes una empresa que sabe hacer procesadores de
texto, es natural que sigas haciéndolo y evolucionando los productos que tienes
y creando la necesidad del cambio, porque si no, ¿de dónde sacarás el dinero en
el futuro?
5.
Hay muchos más ejemplos, prácticamente en cada sector, pero voy a terminar con
uno especialmente sangrante para el medio ambiente: Los móviles.
Cualquiera de los móviles que llevamos en
el bolsillo hace mejores fotos que muchas de las cámaras fotográficas que hemos
tenido nunca, y mejores vídeos que muchas de las cámaras de video, eso sin
contar todas las otras funciones que puede realizar. Sin embargo, la industria
de los móviles sigue convenciéndonos para que cambiemos el móvil cada uno o dos
años generando una ingente contaminación. Otra vez es difícil culpar a estas
empresas, puesto que deben garantizar su supervivencia. Si dijeran “quédate con
tu móvil actual que ya es bastante bueno”, y encima los hicieran con baterías
duraderas, perecerían con seguridad.
He intentado demostrar
que las propias organizaciones intentan mantener e incrementar la necesidad de
su producto o servicio (sea éste cual sea, incluyendo algunas ONGs) para
garantizar su propia supervivencia, lo que en muchos casos evita el progreso de
la sociedad.
De ahí que sean
necesarias las neoorganizaciones. Organizaciones cuyo propósito no es maximizar
el beneficio económico sino el social.
Por ejemplo, una
neoorganización dedicada a la lucha contra los incendios forestales, no
contrataría brigadistas en el verano, para despedirlos después, sino que los
tendría siempre contratados, solo que en las épocas de pocos incendios, se
dedicarían a tareas de prevención e identificación/neutralización de fuentes de
riesgo.
Un presupuesto continuo
y elevado en la lucha contra incendios forestales puede ser incluso más
rentable económicamente que hacer frente a los incendios puntuales que vayan
surgiendo, pero es que además es infinitamente más rentable desde el punto de
vista social, no solo por los miles de árboles y cientos de vidas humanas que
pueden salvarse, sino porque esa organización sería un medio de vida estable,
motivador y predecible para sus trabajadores..
Veo más complicado hacer
neoorganizaciones en el sector privado, que sean capaces de reorientar su
actividad económica hacia sectores más rentables socialmente. Seguramente solo
podría ser así si estuviera dirigida por neopersonas. En caso contrario, solo
nos queda construir una organización que esté por encima de todas y que fuerce
la reconversión asegurando que se produce el progreso global de la sociedad y
no se paraliza por intereses particulares.
Cielos, si esa
superorganización ya existe, se llama estado. Sería, por tanto, misión del
estado asegurarse de que las nuevas tecnologías se orientaran adecuadamente
para el progreso de todos y que no se cediera a intereses particulares.
Si usamos el ejemplo
anterior de los nanorobots, el estado, debería inmediatamente amparar esa
investigación tan prometedora y protegerla de influencias negativas y
seguramente compensar de alguna manera las inversiones millonarias de las
farmacéuticas. Al fin y al cabo han invertido su dinero en un camino, la quimioterapia,
que era necesario mientras no hubiera otro. A la larga, la compensación
generosa a las farmacéuticas, alentando a la vez el camino de los nanorobots
sería mucho más rentable incluso económicamente (socialmente, ni te cuento) que
dejando al mercado que se autoregule sólo.
Claro que para que un
estado funcionara de este modo, necesitaríamos neopolíticos o políticos 2.0.
Los que tenemos actualmente, con seguridad, no nos sirven.
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