El vicio de subcontratar

Ayer mientras paseábamos nos encontramos con una vieja conocida que hacía tiempo que no veíamos. Como se suele hacer en estos casos, preguntamos:

- Bueno y ¿qué tal estás?

- Bien o… ¿te cuento? –respondió ella

- Cuenta, cuenta… -dijimos.

Y efectivamente, contó. La mujer es obvio que necesitaba desahogarse. Nos contó que estaba de baja por estrés en el trabajo y más cosas.

Al terminar de escuchar toda la historia, terminé tan indignado que decidí escribir este post.

Para empezar, trabajaba para una empresa de limpieza contratada por una empresa pública. Sus condiciones de trabajo eran tendentes a lo lamentable, con mucha presión por parte de los capataces (que no pueden llamarse jefes, realmente), en condiciones bastante precarias, y con todo tipo de problemas para ejercer los más mínimos derechos laborales (ir al médico, conseguir las bajas, …), aunque al final se ejerzan.

Para seguir, se trataba de una madre soltera. Si la vida es complicada para una familia tradicional con ingresos medios, nos podemos imaginar como es la vida para una madre que pretende criar a sus hijos sola, sin otro apoyo que los ingresos procedentes de un empleo precario (tan de moda últimamente).

También nos habló de algunas de las faltas de respeto que había tenido que soportar para no perder ese empleo, que era la única forma de sacar adelante a sus hijos.

No es de extrañar, por tanto, los problemas de ansiedad, depresión, estrés, etc, que esta señora sufría y que le habían provocado algunos episodios que habían requerido la baja laboral.

Y, una vez expuesto, de manera superficial, la situación, ahora las reflexiones que se le pueden ocurrir a  cualquiera.

PRIMERA REFLEXIÓN: Si mal está para una empresa privada, ¿qué hace una empresa pública subcontratando los servicios?

Recordamos con nostalgia los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado en los que las grandes empresas tenían en su plantilla los empleados de limpieza, los informáticos, el personal de seguridad, el portero… La empresa era una especie de gran familia, todos se conocían y todos compartían la suerte de la empresa.

Pero llegaron las nuevas modas de externalizarlo todo menos lo que los americanos llaman el “core business” es decir, lo que les hace ganar dinero.

El principio es sencillo y desgraciadamente puramente económico: Si gasto 100 por ejemplo en mis empleados de limpieza, contrato una empresa de limpieza por 95 y además de ahorrarme 5,  me evito el follón de gestionar esos empleados, sus bajas, sus vacaciones, etc.

La empresa de limpieza (llamémosla subcontrata 1, SC1) recibe 95 y quita 25 para sus dueños y gestores y quedan 70 para los empleados (recordemos que originalmente eran 100). De esta simple manera los empleados de limpieza han visto reducido su sueldo en un 30%.

Pero es que muchas veces, la cosa no acaba aquí. La empresa de limpieza puede pensar que puede subcontratar el personal a otra empresa y aún se puede ahorrar costes y quedarse con un poco más de la tarta. Recordemos que tenía 70 para pagar a sus empleados. Si encuentra una empresa que le proporcione esos empleados por 65, puede dar 5 más a los dueños y gestores y se evita el follón de manejar a la gente.

Así nos encontramos una empresa de limpieza que trabaja para una empresa de limpieza que trabaja para una empresa pública. Llamémosla SC2 (subcontrata 2) para abreviar.

SC2 recibe 65 de lo que quita 15 para dueños y gestores y queda 50 para pagar a los empleados. A su vez SC2, apurada en costes, intentará reducir el personal para limpiar las mismas instalaciones. O lo que es lo mismo los empleados de SC2 ganan la mitad, trabajando más y con más presión que los empleados originales. Por si todo esto fuera poco, los derechos de estos trabajadores son escasos porque son fáciles de reemplazar en un mercado laboral tan precario.

Hagamos una recopilación de quien se ha llevado el dinero de los empleados de limpieza. 5% de ahorro en la empresa pública (eso se gasta en cuatro comidas entre directivos). 30% para los dueños y gestores de SC1 y 15% para los dueños y gestores de SC2. Y todo esto si no hay una SC3, SC4, etc, que casos se dan.

Magnífico, el 50% del sueldo de los empleados se lo ha llevado una caterva de empresarios y gestores que aportan al servicio un dudoso valor (yo diría que más bien nulo), porque la auténtica gestión del personal lo hacen capataces con formación más bien deficiente y con dudosas habilidades personales y sociales, pero que eso sí, cobran el doble que los empleados (cosa que no es difícil).

He aquí una explicación sencilla de porqué en los últimos 25 años se ha precarizado el trabajo y se ha aumentado la desigualdad social consiguiendo una sociedad en la que unos pocos, que hacen poco, ganan mucho y otros muchos, que hacen mucho, ganan poco.

Terminemos esta primera reflexión con una recomendación para los gobiernos de todo signo que se les llena la boca con palabrería inútil, incluyendo la lucha por los derechos de los trabajadores, la precarización laboral, el aumento de la desigualdad social, etc: DEJEN DE SUBCONTRATAR en las administraciones y empresas públicas.

Subcontratando, alimentamos generosamente, a empresarios y directivos que aportan poco valor en la mayor parte de los casos (habrá alguno que se salve).

Por si todo esto fuera poco, la subcontratación es la mayor fuente de corrupción. En nuestro ejemplo, cuando SC1 opta al contrato de la empresa pública, 30 unidades monetarias (sean millones de euros o lo que sea) de beneficio están en juego, por lo que el empresario es capaz de dar 3 a los que tienen más poder de decisión para inclinar la balanza a su favor.


Esta recomendación de dejar de subcontratar es para los gobiernos de todo signo, porque todos ellos han aumentado las subcontrataciones en la administración y las empresas públicas (posiblemente el tema de que se puede cobrar una comisión bajo cuerda, influya).

SEGUNDA REFLEXIÓN. ¿dónde están los políticos, los de derechas y los de izquierdas, ante los problemas comunes de los ciudadanos?

Basta salir a la calle a dar un paseo para que cualquiera te diga en lo que hay que trabajar como político para mejorar las cosas. A veces con soluciones tan sencillas como DEJE USTED DE SUBCONTRATAR. Si no puede forzar a las empresas privadas, al menos, hágalo en las administraciones y empresas públicas que están bajo su control.

Hay algunas razones que explicarían la desconexión con la realidad de todos los dirigentes políticos, veamos:

a) En cuanto un político adquiere cierta importancia es automáticamente rodeado por cientos de lameculos que le dicen lo bien que hace las cosas y que le impiden tener contacto con personas normales que le dirían lo que se está haciendo mal y cuáles son los problemas reales de los ciudadanos.

A su vez estos lameculos son encumbrados a puestos de responsabilidad en cuanto el político en cuestión adquiere el poder. ¿El resultado? Cientos de lameculos, que no saben hacer más que lo que su nombre indica, mandando en las administraciones y empresas públicas con las consecuencias que todos conocemos (honrosas excepciones también habrá, digo yo)

b) En cuanto un político adquiere cierto renombre recibe la visita de gente poderosa (como esos empresarios y gestores que se quedan con el 50% del salario de los empleados de limpieza) y le explican “de manera convincente” las razones por las que debe respetar, e incluso favorecer sus intereses.

El político “comprende” la explicación perfectamente y actúa en consecuencia.

c) El político no ha trabajado en su vida. Ha vivido siempre de su familia y se mete en política sólo para ganar dinero sin dar ni chapa. En este caso, la desconexión con la realidad no es adquirida, como en los casos a) y b) sino que es congénita. Por más que se le explique, es incapaz de entender los problemas de la gente. Tienen el síndrome María Antonieta, esposa de Luis XVI durante la revolución francesa, que cuando le dijeron que los parisinos protestaban porque no tenían pan, respondió (al menos eso cuentan) “pues que coman pasteles”. Claro, que seguramente entendería lo inadecuado de sus palabras antes de que su cabeza cayera al cesto de la guillotina.

d) Una combinación en distintas proporciones de las causas a), b) y c).

Vamos, que sea la razón que sea, fruto de esta desconexión con la realidad, hay una serio obstáculo para que un político trabaje para resolver problemas reales y en su lugar se dedique a trabajar en problemas ficticios o creados por ellos mismos (la crisis catalana es un claro ejemplo).

TERCERA REFLEXIÓN: La sociedad está llena de héroes y heroínas anónimos como esta mujer con la que hablamos. Gente que ha sacado adelante a sus familias con todas las dificultades pero sin desfallecer.

Es de esperar que sus hijos sientan por ella un agradecimiento eterno, pero no estaría de más que la sociedad mostrara una mínima empatía con estas familias monoparentales en forma de ayuda, sino económica (que también cuando proceda), al menos con una asistencia social de calidad, y, por supuesto con el reconocimiento social a su esfuerzo.

Gente como esta señora con la que hablamos, sí que son héroes, héroes de leyenda y no los que vemos en las series y películas.

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