Mucho ojo con las elecciones europeas




Ahora que llegan las elecciones europeas, hay todo un grupo cada vez más numeroso de partidos antieuropeistas que concurren a las elecciones.
No deja de ser una paradoja cada vez más repetida. En España, por ejemplo, han sido elegidos unos diputados que quieren romper (en realidad ya lo han hecho) las reglas del juego.
Esto traducido a la empresa privada sería algo parecido a que el consejo de administración de una empresa eligiera a un directivo que les asegurara de antemano que tiene la intención de desmantelar la compañía y quedarse con un trocito por el que tiene especial predilección.

Pero volviendo al tema europeo. Más de una vez hemos hablado en este blog sobre la necesidad de unirse frente a los grandes retos globales a los que nos enfrentamos. Desde el cambio climático (de dimensiones planetarias y consecuencias no previsibles), hasta algo más prosaico y crematístico como enfrentarse a los grandes colosos comerciales que (ya lo estamos viendo hoy en día con la guerra comercial entre USA y China) juegan con nosotros como meros invitados de piedra que al final pagarán una parte de los platos rotos.

Si Europa fuera ambiciosa, debería aspirar a jugar un papel fundamental, una especie de árbitro justo. Si Europa hubiera dedicado sus esfuerzos a unirse más, no a romperse como lo ha hecho en estos últimos años, es posible que ahora tuviéramos algo que decir cuando los mayores se pegan.

Pero hay partidos, cada vez más numerosos (y cada vez con más votantes que les apoyan) que defienden que de la Unión Europea provienen todos los males. Sostienen que sus respectivos países en solitario avanzarían más y más rápido. Supongo que no se han leído la historia de Europa, ni siquiera la del siglo pasado, que tampoco está tan lejana, para comprobar que es lo que hicieron sus países en solitario y como se vivía en ellos entonces.

Nadie dice que la Unión Europea no sea mejorable. Tiene graves defectos y es un pozo negro en el que el dinero se sumerge y no se sabe si saldrá algo o será, todo él engullido. Es un lugar en el que los grandes lobbies ejercen su influencia, manipulan y tergiversan las leyes a su favor.
Nadie dice que eso sea bueno. Es precisamente eso, junto con otras muchas cosas,  lo que hay que evitar y mejorar. Pero de ahí a romper la baraja, va una diferencia.

Volviendo a las analogías, es como si construimos un carro en el que vamos nosotros y le colocamos unas ruedas para avanzar más rápido y mejor (las ruedas son la Unión Europea). Como de vez en cuando la rueda se sale del eje y tenemos que volver a montarla, en lugar de reforzar el eje, mejorar el mecanismo que lo sustenta, etc, quitamos las ruedas y ponemos en su lugar una especie de esquís para que se deslice nuestro amado carro.

Mucho me temo que haya gente proponiendo sustituir las ruedas por esquís, incluso aunque no haya nieve por la que deslizarse.

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