Debates vergonzantes
Hemos asistido esta semana a algunos debates en el parlamento que yo consideraría, y eso siendo bastante benévolo, como vergonzosos.
Se olvidan sus señorías que son los representantes del pueblo y que no pueden decir por esas bocas lo que se les pasa por la cabeza y que previamente deberían pasar por el tamiz de la sensatez.Si normalmente cuando alguien habla debería pensarse dos veces lo que va a decir, para no soltar una gilipollez, un representante del pueblo debería pensárselo unas doscientas veces antes de decir algo que va a ser retransmitido por televisión y va a ser visto por millones de ciudadanos.
Sin embargo, asistiendo al debate, tenemos la sensación de estar asistiendo a una tertulia en una taberna barata con parroquianos medio borrachos diciendo las tonterías más solemnes que se les pasan por esas cabezas ahítas de alcohol.
Pero ¿quien les habrá dicho a los líderes de partidos políticos que lo que deseamos escuchar los ciudadanos es cómo se insultan unos a otros?. ¿Es que acaso se piensan que los votos recibidos les dan derecho a hablar de semejante manera? ¿No se dan cuenta de que millones de ciudadanos hemos votado no la opción que más nos gusta si no la que menos nos disgusta?
¿Qué pretenden hablando como hablan? ¿Quieren que nos arrepintamos de nuestro voto al mes de votar? ¿Es que acaso quieren que pensemos que la opción que no hemos votado se transforme en menos mala que la que votamos?
Si quisiéramos ver como se despellejan unos a otros, veríamos algún programa de esos que abundan en las televisiones y no un debate de investidura.
En un debate de investidura, uno espera oir propuestas y contrapropuestas. Espera que se escuche al candidato y después oir porqué se le apoya y porqué no se le apoya. Espera razones inteligentes, lógicas, fundamentadas. No espera argumentos típicos de una barra de bar, sino razonamientos algo más elaborados. Para eso les pagamos lo que les pagamos, si no, en vez de sueldo deberíamos simplemente darles una invitación a una caña en la cafetería del congreso.
Por la misma razón que cuando un diputado habla,debe pensar que por su boca están hablando miles de ciudadanos, cuando se dirige a otro diputado, no debe ver a un individuo, si no al representante de miles, millones de ciudadanos y como tal tiene que respetarle.
Cuando un diputado insulta o hace de menos a otro, nos ofende a todos: a los que le hemos votado porque pone en su boca palabras que nosotros no diríamos y a los que no le hemos votado porque es posible que hayamos votado al que está insultando.
Lo malo de un debate bronco no es que cualquier cerebro sensible quiera cambiar de canal. No. Lo malo es que delante del televisor hay cerebros no solo insensibles sino escasos por no decir huecos, que cuando escuchan semejantes palabras les gustaría coger a cualquiera que no piense como él y romperle la cabeza.
No se dan cuenta sus señorías que con ese lenguaje, con esa actitud, están atizando la violencia de los más cazurros, que están extremando las posturas, que están dificultando los pactos, que están separando a la sociedad, que están alimentando la desesperanza, que están alejando el progreso, que están dañando a los débiles, que están dando un pésimo ejemplo a nuestros jóvenes, que...
No se dan cuenta sus señorías que tienen un gran poder y que un gran poder conlleva una gran responsabilidad (ya lo oyó Spiderman de boca de su tío antes de morir y Spiderman se lo creyó y usó su poder para luchar contra el crimen). Pero estos señores no son conscientes de su responsabilidad aunque sí lo son de su poder, que ejercerán pidiendo su tablet, su ordenador y su paga y todos aquellos privilegios que ser diputado conlleva.
Gracias a ese lenguaje bronco, he oído que al diputado de Teruel Existe le han hecho todo tipo de escrache con pintadas incluidas en su pueblo por apoyar al candidato a la presidencia.
Es decir, ese lenguaje duro, insertado en las mentes de energúmenos de cerebro lisiado puede conducir a cualquier cosa. Un poquito de responsabilidad, señores diputados.
Es de primero de democracia (o parvulitos, perdón educación infantil, como se dice ahora): la democracia te da derecho a votar y, a cambio, te exige que aceptes el resultado de la votación.
El diputado de Teruel Existe, como representante de sus ciudadanos ha decido apoyar al candidato. ¿Es eso legal? Sí, pues entonces te callas y te aguantas.
Esto es consecuencia del lenguaje que se está extendiendo por doquier. El poder político no solo critica las decisiones del poder judicial si no que las cuestiona. ¿No os dais cuenta que con esa actitud estáis tirando piedras contra vuestro tejado, contra nuestro tejado?
La sociedad se estructura en torno a unas instituciones que son garantía del funcionamiento de la propia sociedad. Si las cuestionamos, ponemos en peligro su armazón mismo.
Eso no quiere decir que sean intocables, pero si no gustan, y teniendo en cuenta que son los pilares en los que se sustenta la sociedad, se cambian con el consenso necesario (y si no consigues el consenso necesario, de nuevo, te aguantas. Eso es la democracia).
Lo que no se puede es que si tenemos unas normas, cuando nos convenga nos limitemos a criticarlas y cuestionarlas en vez de intentar cambiarlas por los cauces establecidos.
Evidentemente, se han de poder cambiar, ¿porqué no vamos a poder cambiar las cosas que no nos gustan?. Convenzamos a otros y consigamos los votos necesarios para cambiarlas en vez de cuestionarlas.
Conseguir los consensos es hacer política, no encender el ventilador y esparcirlo todo de mierda como parecen pensar algunas de sus señorías.
Conseguir los consensos es lo arduo de la política y nadie dijo que la política fuera fácil, aunque algunos lo piensen.
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