La que se nos viene encima
Pues bien, incluso en este país, hemos podido leer la noticia de que Málaga tendrá el primer autobús urbano sin conductor.
Si esto es así en España, donde ya D. Miguel de Unamuno dijo "que inventen ellos", donde se reduce al ostracismo a los científicos del CSIC, qué no será en países como Estados Unidos donde se premia la imaginación y la invención, que atrae el talento y lo retiene, donde están nuestros mejores científicos formados aquí y trabajando para ellos, donde un ingeniero medio de Silicon Valley gana tres veces lo que uno de aquí, donde, en fin, quizás no sean lo suficientemente listos para inventar, pero lo son para saber que tienen que valorar a los que inventan porque en ellos está el progreso y la riqueza.
Llamadme loco, pero quizás esas tonterías que he expresado en el párrafo anterior expliquen porqué en Estados Unidos trabajan los mejores científicos e ingenieros de todo el mundo (y, consecuentemente es la primera potencia económica mundial).
Ah, tiendo a la dispersión, y me voy del tema, pero es que hay tanto que decir, tanto de lo que hablar...
El caso es que, efectivamente, si en España ya somos capaces de montar una prueba piloto de un autobús urbano sin conductor, es que la tecnología está bastante madura ya en este sentido. Es por tanto, cuestión no ya de años, sino de meses que la primera línea urbana de autobuses sin conductor comience a prestar servicio de forma regular.
Lo bueno, o lo malo de todo esto es que, en el fondo, la tecnología que lo va a permitir, no es cara. Los miles de sensores con los que se dotará al autobús y el hardware añadido, deben valer cuatro perras (y si hay algún hardware específico más caro, se abaratará con la producción masiva).
Por otra parte, los programas que controlan al ordenador necesario (seguramente también barato), le dotarán de alguna variante de inteligencia artificial para que aprenda con el tiempo, y aunque exijan fuertes inversiones en desarrollo, una vez funcionando, se replican cien, mil, millones de veces con coste nulo y dividiendo la inversión rápidamente entre el número de unidades en los que se implanta, se reducirá su coste a casi cero.
Así que tenemos un cóctel explosivo: una tecnología barata que sustituirá a una persona humana que es muy cara porque además de cobrar sueldo, hay que pagar seguridad social e impuestos. Por si fuera poco, se pone enferma de vez en cuando, hay que darle vacaciones, exige derechos laborales, y a veces se despista y tiene algún accidente.
Podemos imaginarnos lo que harán los espabilaos que están en los puestos de responsabiliad. Para tomar la decisión no hace falta ni haber terminado la enseñanza primaria: Se cepillarán a todos los conductores de autobuses y los sustituirán por una maquinita con miles de sensores.
¿Se va a terminar ahí la cosa? Pues no. Porque a la vez irán los conductores de camiones, los de los taxis, los transportistas, los repartidores, los de Uber, los de...
Insisto ¿se va a terminar ahí la cosa? Pues otra vez, no. Porque a la vez que se hace experimentos con los coches sin conductor, se va avanzando en otros terrenos. Total, es poner a trabajar a un grupo de ingenieros en un determinado ámbito con un determinado objetivo y se puede uno cepillar a un montón de trabajadores.
Pongamos en el entorno financiero: dentro de nada los programas de inteligencia artificial sustituirán a los bróker y las operaciones de compra-venta las harán máquinas. (de hecho lo hacen ya, hay veces que el mercado cae a plomo y es porque todos los programas de protección de inversiones se activan a la vez y las máquinas se ponen a vender acciones como unas descosidas).
En el entono médico, no hace mucho se nos hablaba de que un programa de tratamiento de imágenes médicas era más eficaz para diagnósticos y cometía menos errores que los radiólogos y demás médicos más experimentados.
En los Call Center, no andará mucho el tiempo antes de que se sustituyan a los teleoperadores por programas que nunca se cansan, son siempre amables y que analizan continuamente el tono de voz del que llama para adivinar sus emociones y adaptar el mensaje y su entonación para cautivarle y venderle la moto con más tino que el humano en cuestión.
En... no sigo porque me deprimo.
Así que, con todos estos trabajadores a la calle, se nos viene una buena encima. Y en menos tiempo de lo que todos creemos.
Si esto es así, estaremos haciendo algo para prepararnos, ¿no? Pues sí y no, veamos:
- Los ricos, sí. Ellos se están frotando las manos y echando, para sus empresas, estas cuentas de primero de primaria: si ahora ingreso 10 y gasto 7, gano 3. Cuando sustituya a estos mis empleados, que no me dan más que problemas, por máquinas, ingresaré 10 y gastaré 3, por lo que ganaré 7.
- Las clases medias y bajas, no. Nosotros somos felices viendo a los verduleros de la tele, mirando los móviles y gastando el poco tiempo y dinero que nos sobra en las miles de ofertas de ocio que esta sociedad consumista nos ofrece.
- Los gobiernos y administraciones, no. Bastante tienen ellos con crear puestos y organizaciones inútiles en las que colocar a sus cuñaos y amigotes.
Cuando el problema esté delante de nuestras narices, imagino que los que gobiernan (ya sea en la sombra o a la luz) tendrán que enfrentarse a él y dar distintas soluciones:
- Crear mogollón de trabajos inútiles para tener entretenido al personal, preferentemente con sueldos miserables. Aumentar la burocracia es la solución de todo: una instancia por duplicado para ir al baño, pero cuando la consigues, te falta el certificado del cerebro diciendo que tienes ganas de hacer pis y cuando por fin lo presentas, el funcionario en cuestión te dice que no es válido porque la fecha del certificado tiene que tener menos de tres días. Y tú objetas indignado: "pero si la cita con usted me la han dado para mes y medio". "Lo siento, son las normas", te responden. Mientras tanto, tú te has hecho pis encima unas doce veces. A la vez, es necesario tener estresados a los funcionarios con miles de informes, estadísticas, etc que nadie se lee.
- Crear una especie de renta básica disfrazada de subvención, que mantiene a la población en unos límites cercanos a la indigencia, pero que da para sobrevivir a duras penas. A la vez, ocupar el tiempo de toda esta gente que no hace nada, con tonterías que le enbrutezcan. Los verduleros de la tele, los móviles y las casas de apuestas distribuidas por doquier, son un buen punto de partida.
- Distribuir la nueva riqueza que se va a crear para que las desigualdades sociales no se incrementen aún más (por ejemplo, haciendo que los ordenadores que sustituyan a personas paguen impuestos y seguridad social) y que junto con todo el nuevo ocio que se va a generar, se cree una sociedad de gente culta, comprometida, preparada y colaborativa, orientada al progreso de la sociedad en su conjunto, a la erradicación de la pobreza y las injusticias, a...
Me inclino más por creer que la solución finalmente adoptada será una mezcla entre las opciones 1 y 2, básicamente porque ya se está haciendo y solo hay que profundizar en ellas.
No sé porqué, pero me da que la opción 3, la de la gente culta, esté descartada por las élites, no sea que una sociedad de mentes pensantes merme su poder.
¿Quieres pelear por la opción 3 y que las élites se fastidien?
No es tan complicado: Elige, selecciona y LEE en lugar de ver la tele o mirar el móvil.
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