Ya llegó el fin del mundo -2-



  • ¿Por qué dices eso? -preguntó sorprendido Luis

  • Es evidente. Nos trata como a estúpidos, mientras que él se pone en un pedestal… “Si tuviérais la cabeza para algo más que para separar las orejas”... Y él, ¿para qué tiene la cabeza? Él, no. Él es el único que piensa en todo el globo. ¿Por qué tiene que hablarnos así?

  • Porque si no, no reaccionamos -respondió Luis-. Ya te dije que era provocador.

  • ¿Y el estúpido ejemplo que ha puesto? Volver al jabón en pastillas. Valiente propuesta. Si antes se usaba jabón sólido y duraban un montón es porque la gente no se lavaba. Además el jabón en pastillas es antihigiénico. Tu abuela lo tiene en su lavabo y me da no sé qué lavarme las manos en su casa. Aparte de que hay que estar todo el día limpiando la jabonera.

  • Oye, estamos hablando de los ochenta, es decir, apenas hace cuarenta años. No estamos hablando de la edad media. La gente se lavaba las manos. Y es evidente que el dosificador es más higiénico que el jabón en pastillas. El problema es si su aparente ventaja compensa los daños que causa en el medio ambiente. Y digo aparente porque es posible que esa ventaja no exista. Vamos, que el problema real es que no podemos permitirnos el lujo de fabricar, transportar, almacenar, consumir y tirar miles de toneladas de jabón líquido y miles de millones de dosificadores. Y, como dice él, es solo un ejemplo, porque en general, ésa es la filosofía que usamos con todo.

  • ¿No te estarás planteando hacerte ochentariano? -preguntó angustiada Marisa

  • Reconozco que algunas de sus ideas me son simpáticas y me resulta entretenido oírle. 

  • ¿Eso quiere decir que sí?

  • No. De momento, solo escucho. Lo que es cierto, es que algunos compañeros de la oficina se han hecho ochentarianos. 

  • ¿Y como te enteraste que se habían hecho ochentarianos? -preguntó Marisa- ¿Es que también van predicando puerta a puerta como los Testigos de Jehova? 

  • No de momento, aunque no lo descarto. Es que dos compañeros montaron un pollo porque no querían tomar café de la máquina porque siempre soltaba un vaso de plástico, bueno ahora de cartón, y querían usar su propia taza. Se negaron a tomar café y se lo traían de casa en un termo. Hablaron con su jefe y otros les apoyaron, así que al final la empresa habló con la empresa de vending y han conseguido que modifiquen la máquina. Ahora si pones una taza o un vaso donde suelta el café, la máquina lo detecta y ya no echa vaso.

  • Ah, qué ingenioso. Pues me parece buena la solución, así el que quiere usa su propia taza y el que no, coge uno que dé la máquina. 

  • A raíz de aquello ya hay más ochentarianos en la oficina. Son ellos los que me sugirieron ver algún vídeo del Capitán Climamuerto.



Luis manipulo su móvil y dijo a Marisa:

  • Escucha, este es un vídeo de los primeros. Creo que aquí justifica su decisión de montar un canal de Youtube


Las palabras del Capitán Climamuerto se comenzaron a escuchar por el móvil 

  • Os preguntaréis por qué mi canal se llama “Ya llegó el fin del mundo”. Hay varias razones para ello. La primera es puramente buscar el sensacionalismo para llamar la atención. Uno cuando monta un canal de Youtube, lo hace con la esperanza secreta, y a la vez pública, de tener muchos seguidores. 

Y esa es mi intención. ¿Lo hago por dinero?¿Lo hago por fama? La respuesta a la primera pregunta es evidentemente NO. Ya os daréis cuenta cuando conozcáis el contenido de mi canal. Notaréis claramente que las marcas no querrán tener nada que ver conmigo. Es más, a poco que tenga unos cuantos seguidores me odiarán. 

Respecto a la fama, creo que está escrito en nuestro pobre cerebro que debemos conseguir el aplauso y la admiración y/o la envidia de los demás. Sólo así nos sentimos ligeramente satisfechos. Así que supongo que sí, que me gustaría alcanzar cierta fama. Lo cual me vendría muy bien para otro de mis objetivos principales: motivar el cambio de, al menos, una pequeña parte de la sociedad.


Hay otra razón para llamar a mi canal “Ya llegó el fin del mundo”, y es que realmente es así. 

Todos pensáis que el fin del mundo es un acto puntual, que zás llega y se acabó. Un meteorito, un megaterremoto, el sol que se come a la Tierra… Pero no es así, el fin del mundo ya ha llegado y estáis inmersos en él. Es solo que como es paulatino, no os dáis cuenta. 

Os está pasando como a la rana a la que meten en un cuenco con agua y lo ponen al fuego. Como la temperatura del agua sube lentamente, la rana empieza a ser consciente de que se está cociendo cuando es demasiado tarde. 

La similitud con la rana es superior a la que podría parecer, no solo porque los cambios sean paulatinos y no los percibáis, sino porque estáis en un cuenco que se llama Tierra y estáis inmersos en un fluido que, en vez de agua, es el aire al que están subiendo la temperatura lentamente. Para ser exactos, al que “estáis” subiendo la temperatura lentamente.


¿Os acordáis en diciembre de 2.012 cuando empezaron a contaros que se acababa el mundo de acuerdo al calendario maya?


(Continúa)


Ir al comienzo de la historia

 ----

Monografías de Siguiente Nivel


Compendio de Autoayuda

Trucos ecológicos

Suplantator el Extraterreste

La solución definitiva

Lecciones víricas

Historias de Villarriba y Villabajo

Cuentos de Navidad

Comentando Libros

----

Estos son los objetivos y estos otros los sueños 

de Siguiente Nivel. Si se parecen a alguno de los tuyos, 

ayuda a su difusión, compartiendo, comentando 

o marcando “me gusta” en las publicaciones 

o en la página.

----

Las ideas aquí expuestas no tienen porque estar en lo cierto. 

Son solo una visión de la realidad. Es poco probable que alguien se encuentre 

en posesión de la verdad, por eso Siguiente Nivel es una invitación a que 

cada uno desarrolle su propia verdad a través del estudio y la reflexión.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento de Navidad 2.023

La verdad sobre el cambio climático

Noche mágica de Reyes