Distintos collares, mismos perros (I)


 Hay una expresión bastante antigua que se utiliza cuando se nos ofrecen distintas falsas alternativas: "son los mismos perros pero con distintos collares"

Deberíamos tener siempre presente esa expresión en nuestra cabeza porque más de una vez las distintas alternativas que se nos ofrecen, son realmente la misma disfrazada de distinta manera.


Donde creo yo que resulta bastante evidente es en el terreno político. A poco que leamos los periódicos o veamos las noticias, sacaremos fácilmente una conclusión: siempre ganan los mismos y siempre perdemos los mismos. 

Dicho de otra forma: el 1% de la población se está haciendo con el dinero del 99% restante. Llamemos, por llamar de alguna manera a ese 1%, élites. Si usáramos la terminología feudal, podríamos llamarles nobles y al 99 % restante, plebeyos.


Luego pongamos que hay otro 2% de la población que serían los "capataces", entre los que encontraríamos a políticos y directivos al servicio de las élites. Y para continuar, un conjunto escalonado de distintos niveles de subcapataces al servicio del capataz de nivel superior.

Soy incapaz de calcular el número de subcapataces, porque el procedimiento que he usado para calcular el 1% y el 2% anterior,  (levantar el dedo tras chuparle y ver por donde sopla el viento), no es válido para esto.


Ahora que ya sabemos quién manda en el mundo y como lo hacen, vamos a aplicarlo al terreno político. 

En el mundo tenemos, simplificando mucho, sistemas autocráticos, seudodemocracias y democracias. 

Para el caso de los dos primeros, las élites lo tienen claro: compran al dictador declarado (dictaduras) o camuflado (seudodemocracias). Para las democracias es un poco más complejo, de ahí que se tienda a transformar las democracias en seudodemocracias. 

Pero mientras lo hacen, se ven obligados a comprar un número mayor de políticos, de tal forma que cuando votamos, muchas veces, no estamos eligiendo entre distintas alternativas sino la única que nos dan, disfrazada de distintas ideologías

Es decir: los mismos perros con distintos collares.


Volviendo a simplificar bastante (un post no da para mucho) hay dos grandes corrientes políticas en el mundo que suelen denominarse conservadores y progresistas (o derechas e izquierdas). 

Aunque el nombre de esas corrientes nos da una cierta idea de sus tendencias, la interpretamos ligeramente mal. No nos pensemos que los conservadores quieren conservar lo bueno, sólo quieren conservar LO SUYO y no pensemos que los progresistas buscan el progreso de todos sino sólo SU progreso. 

Hechas estas matizaciones básicas, podemos concluir que es bastante irrelevante a quien elegimos puesto que van a defender unos intereses distintos de los nuestros: exactamente LOS SUYOS y los de aquellos para quienes trabajan


Para ejemplificar la situación y no levantar ampollas, usaré los Estados Unidos que nos pilla un poco más a trasmano que nuestro querido terreno patrio. Allí están los republicanos y los demócratas, es decir, los conservadores y los progresistas. 

Trump ganó las elecciones con el eslogan de hacer grande otra vez América. Recurrió al nacionalismo y al proteccionismo. Recurrió, por tanto, a instintos básicos de sus votantes como son la defensa de tu propio grupo y la protección frente a intrusos, en este caso, decían, en la forma de extranjeros que podrían quitarte el pan. 

Ambas son cosas que atacan la línea de flotación del votante puesto que el empleo es un bien escaso y si encima viene gente de fuera, apaga y vámonos. Respecto a la defensa del propio grupo, de los tuyos, no creo que necesite explicación adicional. 

Además añadió la negación del cambio climático aduciendo que era un invento de los progres que querían hacer negocio y que estas olas de calor o frío, sequías y tornados son cosas naturales.


La probable realidad es que a Trump le preocupe más una calva de hierba en uno de sus campos de golf (y eso nunca va a ocurrir porque lo vigila uno de sus capataces) que el trabajo de sus compatriotas o la grandeza de América. Respecto al cambio climático, lo más probable es que a él eso se la sople y simplemente está defendiendo los intereses de sus amigos que hacen grandes negocios quemando petróleo y carbón.


Ahora vamos con los demócratas, que aquí hay para todos, y que son los defensores de la igualdad. Pero ellos viven en mansiones donde cualquiera se perdería intentando encontrar la salida, mientras Estados Unidos es uno de los países con más pobres del mundo. 

Más muestras de igualdad: por ejemplo, Obama cobra un millón de dólares por dar una charla de una hora mientras un reponedor de Wal-Mart cobra 1.000 dólares por un mes de trabajo descargando camiones.

Obama recibió también el premio Nobel de la paz al comienzo de su primer mandato pero no recuerdo exactamente qué pacíficó.


Después de muchas legislaturas demócratas, Estados Unidos es un país con una baja movilidad social, lo que quiere decir que si naces en una familia rica, vas a ser rico y si naces en una pobre, tienes bastante probabilidad de ser pobre toda tu vida.


Y respecto al cambio climático, defienden su existencia, pero haciendo negocio a costa de él. Por ejemplo, nos dicen que no comamos carne mientras invierten en carne artificial. Nunca sabremos si es necesario de verdad dejar de comer carne o es que están promocionando sus inversiones.

En cualquier caso, nadie,  ni unos ni otros, nos dice cuál es la auténtica solución para resolver el cambio climático y que sencillamente consiste en aumentar el nivel cultural de la gente y con él su consciencia para acabar con este consumismo absurdo, estúpido y suicida. Quizá sea esa la razón por la que se machacan los sistemas educativos.

Solo teniendo la cabeza convenientemente amueblada puede darse uno cuenta de que los cachivaches, la ropa, la comida rebuscada, los vinos y las cervezas caras, las series, los videojuegos o  los viajes exóticos no pueden dar por sí mismos la felicidad. Yo diría que, más bien al contrario, aumentan nuestra esclavitud.

Nadie nos lo dirá nunca porque va justo en contra de sus intereses. Nos quieren consumiendo siempre sus productos y servicios, aumentando nuestra dependencia, para ellos incrementar su poder y riqueza.


He podido cometer alguna imprecisión en esta descripción muy superficial de la política americana pero espero que la idea básica haya quedado clara. La situación es parecida en el resto de los países incluyendo, naturalmente España y la Unión Europea.


Si las ideologías están al servicio de los intereses de las élites ¿qué podemos hacer? ¿A quién podemos votar? parece que estamos atados de pies y manos. Sin embargo, podemos hacer mucho, pero claro, requiere esfuerzo. 

Veamos algunos ejemplos:


(Pulsa aquí para seguir leyendo)


----

Monografías de Siguiente Nivel


Compendio de Autoayuda

Trucos ecológicos

Suplantator el Extraterreste

La solución definitiva

Lecciones víricas

Historias de Villarriba y Villabajo

Cuentos de Navidad

Comentando Libros

Ya llegó el fin del mundo

Palabras olvidadas

----

Estos son los objetivos y estos otros los sueños 

de Siguiente Nivel. Si se parecen a alguno de los tuyos, 

ayuda a su difusión, compartiendo, comentando 

o marcando “me gusta” en las publicaciones 

o en la página.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento de Navidad 2.023

La verdad sobre el cambio climático

Noche mágica de Reyes