Metaverso: el siguiente niv… timo (y IV)

 Aunque claro, también era posible comprar a la manera tradicional, metiéndote en una tienda, curiosear y si veías algo que te gustaba lo tocabas dos veces y una tercera para confirmar y la compra quedaba hecha. 

Respecto a la ropa, la prenda elegida podía ser virtual (para tu avatar) o real, y probártela era muy sencillo tanto si la ropa era para el avatar como si era para tí. En este último caso, tenías que subir al metaverso, dentro de tu perfil, un vídeo tuyo, de cuerpo entero en el que dieras una vuelta completa para que la cámara te pudiera ver desde todos los ángulos. El algoritmo tomaba el vídeo, hacía una réplica tridimensional de ti, que usaba para luego calcular tu talla, ponerle la ropa que habías escogido y mostrarte como te quedaría. El resultado es que veías a tu yo real dentro del metaverso con la ropa que habías elegido ya puesta y haciendo un pase de modelos para ti. 


Ya se estaba acercando al lugar en el que había quedado con Lucinda (el señor de Cuenca) y pasó por el barrio residencial más exclusivo de Bahamas Virtual World. Recordaba haber estado allí unos años atrás. En aquellos tiempos, se vendían mansiones virtuales por cien euros. Ojalá hubiera comprado una. Hoy esas mismas mansiones costaban cien mil euros, tras haberse trasladado allí algunos avatares de famosos.


Luisfer entró en el paseo marítimo que precedía a aquella playa paradisíaca en la que su cita debía estar esperándole. Y, efectivamente, un poco más allá comenzó a distinguir la espectacular figura de Lucinda (el señor de Cuenca) y su corazón (el de Luisfer, no el de su avatar) se fue acelerando.


Voy a parar aquí la narración antes de que las cosas comiencen a ponerse subidas de tono, porque creo que la cita de Luisfer con Lucinda (el señor de Cuenca) superó todas sus expectativas a pesar de no haber comprado todavía el VRSxD (Dispositivo Sexual para Realidad Virtual). Al fin y al cabo, esto es un post gratuito, si queréis seguir leyendo la historia de la cita, tendréis que suscribiros al blog de pago.


Respecto a como acaba la historia de Luisfer en su relación con el metaverso unos años más tarde, se me ocurren dos posibles finales.


  1. Luisfer es exprimido hasta que al final se queda sin pasta y pasa a ser un paria del metaverso. Todas las cosas interesantes allí son de pago y él no puede suscribirse a ninguna. Solo tiene acceso a las cosas gratuitas que son una mierda. Su vida en el metaverso se transforma en algo tan mierdoso como su vida real. Quiere huir de su vida virtual, pero es tan dependiente y está tan desconectado de su vida real que ya no concibe su vida fuera del metaverso. Un día descubre que están construyendo un metaverso dentro del metaverso y su avatar prueba una nueva vida virtual dentro de la vida virtual que tiene. Deseemos suerte a Luisfer


  1. Luisfer es exprimido hasta que al final se queda sin pasta. Su última gran compra fue el VRBI (Virtual Reality Brain Interface- Interfaz cerebral para Realidad Virtual). Gracias al VRBI se pudo conectar al metaverso sin necesidad de gafas, guantes o ropa de RV, sino que usaba su cerebro para interactuar directamente con el metaverso. Luisfer se acostumbró a usarlo y ahora permanece en estado vegetativo en una cama y está viviendo una vida en su metaverso (o eso creemos), mientras es alimentado por una sonda. Lleva ya dos años así. Deseemos suerte a Luisfer.


Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Ojo, que la tecnología para desarrollar todo lo que describo en esta historia ya existe o existirá en breve. Quizás el VRBI (el interfaz cerebral) tarde aún en desarrollarse, de momento es posible enviar comandos a un ordenador con el pensamiento. Lo que creo que va a ser un poco más complicado es lo de enviar imágenes y sonidos complejos al cerebro sin pasar por los ojos y los oídos, pero todo se andará. Tenemos tiempo y con el ensayo y error somos la leche.


Estemos atentos a lo que se nos viene encima. Aún estamos a tiempo de no consentir que el metaverso se use en contra nuestra, sino por el contrario, a nuestro favor. 

No permitamos que se nos manipule y usemos el tiempo para entrenar nuestro cerebro en vez de dejarlo en modo de bajo consumo (stand by). 

Si no lo hacemos, las inteligencias artificiales, que no duermen nunca, pronto nos superarán, pero más por el hecho de que nosotros nos vamos a hacer muy tontos que por el hecho de que ellas se vayan a hacer muy listas.


Deseémonos suerte entre nosotros. Con el metaverso, la vamos a necesitar.


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