Esto es lo que te va a ocurrir

 No hace falta ser profeta, ni siquiera muy listo para darse cuenta de cosas que nos van a pasar. En algunos casos, basta con pararse a pensar en ellas cinco minutos. Desgraciadamente, el estilo de vida actual no nos permite ni esos cinco minutos de reflexión. 

Pero bueno, ¿voy a decir ya o no qué es lo que te va a ocurrir?

No. No lo voy a decir porque todavía es pronto y no me he enrollado lo suficiente.


Tengo que dar tiempo a que salte la publicidad y yo cobre mi céntimo correspondiente.

Rayos, me acabo de dar cuenta que mi blog es bastante cutre y que no tengo publicidad y, por tanto, me quedaré sin mi céntimo.

Siendo así, no tiene sentido que alargue más la respuesta a la pregunta inicial. 

Lo que te va a ocurrir es que si lees el titular de este post, querrás saber de una manera casi compulsiva la respuesta y tenderás a pinchar en el enlace para leer el resto. La curiosidad, que es la razón que te impele a leerlo, está programada en el cerebro y no puedes, no podemos, evitarlo.


Aunque dicen que la curiosidad mató al gato (y más de un gato y un hombre han muerto por curiosos), lo cierto es que también es el motivo por el que hemos desarrollado esta sociedad científica y tecnológica. Si no hubiéramos sido curiosos, aún andaríamos cazando osos por el procedimiento de tirarles piedras.


Pero esa ventaja evolutiva de la que está dotado el cerebro, también es utilizada en nuestra contra. Y la he usado yo con el título de este post y seguramente, he disparado la curiosidad del lector. Comprobaré si estoy en lo cierto comparando el número de clicks en el enlace de este post frente al número medio de clicks que tengo habitualmente. 

Luego en un comentario al post os pondré el resultado y si estoy en lo cierto, tendrá más visitas que la media y si me he equivocado tendrá igual o menos visitas y también lo pondré.


Esta tecnología que he usado se llama clickbait, (cebo para que pinches podría ser la traducción) y consiste en formular los titulares de las noticias o los de los posts de tal forma que te inciten a pinchar (hacer click) para leerlos, porque generalmente el dinero que ingresan por publicidad las respectivas webs es proporcional al número de visitas (que es rigurosamente controlado por los servidores). Así pues, si normalmente en la publicidad nos mandan un mensaje oculto que dice básicamente “dame tu dinero” en las páginas webs hay un mensaje oculto que es “dame tu click”

El riesgo del clickbait va desde hacerte perder el tiempo leyendo una cosa que prometía mucho y que luego es una sinsustancia, hasta llevarte mediante engaños a páginas poco recomendables que de una forma u otra consigan quitarte tu dinero más o menos legalmente o directamente de forma ilegal.


Tras pinchar en un enlace deberíamos reflexionar sobre si directamente nos han robado el tiempo (ladrones de tiempo) o hemos obtenido algo a cambio. Es decir, deberíamos evaluar si lo que hemos leído nos ha hecho mejores personas, o más sabias, o más seguras o más mejor. Dicho de otra forma, si nos ha nutrido intelectualmente.

Por cierto, un concepto, el de nutrición, sobre el que deberíamos reflexionar más a menudo. No solo en el plano intelectual sino también en el físico, porque muchas veces, en vez de nutrirnos llenamos el estómago con guarrerías que están muy ricas pero que intoxican más que nutren.


He hablado de tecnología para referirme al clickbait porque no es solo un truco que se use para llamar nuestra atención, es toda una ciencia cuidadosamente estudiada en la que nosotros somos los conejillos. Además se usa por extensión en otros muchos ámbitos. Por ejemplo, en la publicidad, en la que para llamar nuestra atención, se construye un entorno que transmite exactamente unas ideas que de forma subliminal calan en nuestro cerebro sin que nosotros seamos conscientes. 

En un anuncio de coches, por ejemplo, los actores con su correspondiente edad, raza, sexo, vestimenta, etc son cuidadosamente seleccionados, las carreteras son siempre idílicas y solitarias y para finalizar aparcan en la entrada de una mansión moderna que evoca libertad. En realidad, evocan libertad casi en todos sus detalles. La música y las voces, hasta las letras están cuidadosamente seleccionadas, el tamaño, la forma, el color, la posición. Todo forma parte, junto con el resto del anuncio de una estudiada coreografía.

Todo excepto las pequeñísimas letras que contienen la información más útil y que aún suponiendo tengas vista para leerlas, no daría tiempo.


La publicidad como he dicho antes tiene ese mensaje oculto de dame tu dinero y te va a convencer para que se lo des. Utilizarán todos los medios.

Algunos anuncios parecen muy inclusivos porque aparecen actores de distintas razas o distintas edades o distintas configuraciones corporales. Podríamos creer que la marca quiere hacer una labor pedagógica de inclusividad o que quiere mostrar unos valores asociados a la marca, pero me temo que no sea así y que lo que ocurra es que su público objetivo es aquel que valora la inclusividad. Si a su público objetivo les gustaran las cacas de vaca, al fondo del anuncio aparecería de forma despistada una caca de vaca.

Si creo esto es porque he visto evolucionar a las marcas en los últimos años y lo han hecho para peor y creo que nosotros, la gente, le importamos una mierda (caca de vaca) y solo quieren nuestro dinero. Antaño, si también era así (cosa que pudiera ser), al menos lo disimulaban mejor en el trato.


Pero la tecnología clickbait también se usa en otros sitios, por ejemplo, el supermercado. Ahí todo está cuidadosamente estudiado también, el color de la luz, la música, la colocación de los productos… Nos ponen a la altura de los ojos y de las manos, los productos en los que ellos ganan más dinero. 

Hay algunos que usan los productos de bazar a buen precio como cebo para llamar la atención y una vez allí siempre compras esas otras cosas que te faltan y unas pocas que no te hacen falta en absoluto. De ahí que cambien los productos de bazar con frecuencia.


Estamos siendo siempre manipulados, en casi todos los ámbitos, también en las noticias, y siempre con tecnologías muy sofisticadas y cuidadosamente estudiadas (como el clickbait) para obtener distintos objetivos: desde comprar un producto a vendernos una ideología o una marca política. No lo digo para que nos desesperemos, no es tan grave, lo digo para que seamos conscientes.


Cada vez que hagamos un click, que leamos algo en Internet, que veamos un vídeo, deberíamos evaluar de qué nos ha servido, es decir, si nos ha nutrido. A lo mejor solo pretendíamos pasar el rato, pero si es así, que lo hagamos conscientemente, no sea que pensemos estar haciendo algo útil y sea simplemente que estos ladrones nos estén robando el tiempo,  incluso, si no tenemos cuidado, la cartera o lo que podría ser peor: la conciencia.

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Comentarios

  1. Dije que iba a contar el éxito de la publicación y debo reconocer que ha tenido más o menos el mismo número de lectores que otra entrada. O dicho de otra forma, está en la media. Debe ser que no domino la tecnología del clickbait. De todas formas, espero que se haya entendido lo que quería decir

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