Creer en la NADA más absoluta

 El hombre es un animal religioso, no sé quién lo dijo, pero a mi me parece bastante probable que así sea porque todos necesitamos creer en algo, algo a lo que aferrarnos.

Incluso el que dice no creer en nada, ya está creyendo en algo. Cree que todo esto que vemos y sentimos: el universo, el amor, etc, se creó por azar siguiendo unas leyes ciegas y absurdas a la vez que brillantes, y eso es tan indemostrable y tan increíble como la existencia de Dios. 


La ventaja de no creer en nada, o dicho de otra forma, de creer en la nada es evidente: te libra de cualquier obligación que pueda implicar la relación con un Dios supremo. Por ejemplo, en el cristianismo te libra de la pesada carga que impone el concepto de pecado (concepto que por otra parte te impulsa a un autoexamen y una mejora permanente), pero a cambio te ofrece las ventajas de la nada, es decir, la vaciedad más absoluta, el sinsentido más radical, la absurdez más profunda. 

Algo que desarrollaron bastante bien los nihilistas (y los existencialistas en general) y que por ejemplo Sartre, describió en su novela La Náusea, es decir, la náusea permanente que da vivir en este sinsentido, a poco que se piense en él.


De todas formas, nos solemos referir a esos creyentes en la nada y en el azar como no creyentes. Así pues, en los siguientes párrafos me referiré a ellos como tales aunque sean tan creyentes o más que los que dicen creer en Dios.


Pues bien, en mis discusiones con “no creyentes", he llegado a la conclusión de que olvidan a propósito algunas cosas para seguir siendo no creyentes. 


Algunos ejemplos:

  • La creación, o el universo usando terminología no creyente, es insondable e inabarcable para la mente humana. Nunca llegará a entenderlo. Cada nuevo descubrimiento dispara mil incógnitas nuevas. Por ejemplo, en base a la información procedente de los últimos y más potentes telescopios, resulta que el Big Bang, la teoría cosmológica más aceptada, hace aguas porque donde debería haber polvo cósmico (o galaxias en formación) hay galaxias maduras hechas y derechas.


  • Durante la edad media, la fe lo impregnaba todo. A partir del Renacimiento, los descubrimientos científicos fueron sustituyendo la fe por la razón y eso fue bueno. Sin embargo, algunos científicos empezaron a pensar que la razón podría explicarlo todo y la fe no sería necesaria (craso error). Pasando el tiempo, y con los nuevos avances científicos ese pensamiento distorsionado se fue ampliando y generalizando hasta que Nietzsche llegó a la conclusión de que habíamos matado a Dios.


  • La petulancia de la ciencia ha llegado a ser estúpidamente inmensa. Cada nuevo descubrimiento, cada nueva ley descubierta, el hombre se endiosaba. Pero, ¿no es absurdo? 

Sí, es cierto, se ha descubierto la ley de la gravedad (poniendo un ejemplo muy básico) que explica un montón de cosas, pero ¿por qué esa ley es así y no de otra forma?¿Quién ha diseñado la ley?


  • Los  cristianos, por ejemplo, usan la fe allá donde no llega la razón. Los no creyentes pretenden seguir usando la razón allá donde no llega y se ríen de los creyentes cuando piensan en las películas que se montan. ¿Y qué películas se montan los no creyentes para explicar la vida y la muerte, la inmensidad del universo y la complejidad y pequeñez del átomo? 

Mi impresión personal es que simplemente no piensan en ello. 

En realidad, por ejemplo, no se tiene ni idea de cómo funciona el átomo. El átomo de Bohr, el modelo más aceptado de átomo, habla de una nube de electrones que se mueve en una zona en la que es posible encontrar a un electrón con una cierta probabilidad. 

En este sentido, aún se siguen descubriendo nuevas partículas subatómicas o se inventan nuevas aún no descubiertas para explicar determinados fenómenos. Incluso se dice que las partículas subatómicas están hechas de partículas más pequeñas que llaman quarks. ¿y los quarks, de qué están hechos?

Ahora se habla de entrelazamientos cuánticos que permitirían el intercambio de información de forma instantánea. ¿No viola eso la ley de la relatividad de Einstein al permitir que algo se desplace a velocidades superiores a la de la luz? En fin… 


  • La ciencia nunca podrá sustituir a la fe como pretende porque nunca entenderá completamente la realidad. Es eso que los creyentes llaman Verdad y que permanece oculta a los sentidos y como tal imperceptible e ininteligible (y, naturalmente, inefable). Si hasta Einstein, que no tengo claro si era creyente o no, dijo que un sistema no puede entenderse a sí mismo, cosa de bastante sentido común. Por este motivo, el cerebro no podrá nunca entenderse usando el propio cerebro para entenderse, pues obviamente es de un nivel de complejidad muy superior a sus capacidades. Se dice que usará la inteligencia artificial, que sin duda tiene otras capacidades, en algunos sentidos muy superiores a las del cerebro, pero en otros nunca le alcanzará. Si lo hiciera, un sistema (el ser humano) habría sido capaz de crear otro sistema más complejo que él mismo, lo que tampoco parece tener mucho sentido.


  • Si la existencia de Dios se pudiera demostrar con la razón,  ¿dónde quedaría la libertad del hombre para decidir si Dios existe, si el bien y el mal existen?. 

Si cada cristiano, por ejemplo, de los millones que han sido, son y serán, es decir, todos esos que forman la Iglesia, fuera bueno (siguiera estrictamente los postulados de su propia doctrina) en el mismo momento que dice que es cristiano ¿dónde quedaría la libertad del no cristiano para quedarse con las partes luminosas de la Iglesia o con las oscuras para creer lo que desee creer?


En conclusión, no creo que el “no creyente” haga bien intentando usar la razón cuando el creyente habla de fe para convencerles de su error. 

Sería mejor que cada cual pensara en sus posibles errores y discutir, no ya en el terreno de la razón sino en el de la fe (es decir, cada uno con sus creencias), cómo se explica la realidad y cuál puede ser la mejor forma de buscar la felicidad ya en esta tierra. 

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